Nada es lo que parece.

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Jackson P.D.V:

Me equivoque, se que rondar por su casa como un verdadero sicópata era un error y lo peor es que ella me había visto, la pregunta era ¿me había reconocido? Pero tenía que hacerlo, tenía que verla una vez más para aclarar mis dudas.

Se parecía tanto a Emily que cuando la vi mi corazón si aun latiera se hubiese detenido, busque en ella algún rastro de Emily, que me dijera que estaba ahí y que no había muerto, pero mis esperanzas se desvanecieron con la misma rapidez con la que llegaron. Su forma de ser era totalmente distinta a la de Emily, era más decidida, mucho más segura en sí misma y la manera en que sus ojos brillaban no se comparaba con nada.

Y aquí estoy ahora a las cuatro de la mañana tratando de recuperar el sueño y buscando una excusa de por qué estaba merodeando en la noche por su casa en caso de que me reconociera. Bueno, siempre podría decirle que mi perrito se me había escapado y que trataba de recuperarlo, eso me daría una coartada y además una excusa para que me mirara con esa cara que ponen las chicas cuando una suelta una tontería como esa.

Nina P.D.V:

El sonido de la alarma me indicaba que mis horas de sueño habían acabado y peor aun que tendría que levantar mi culo de la cama para ir a algo llamado instituto o mejor dicho purgatorio. Me levante de mala gana y estire cada musculo de mi cuerpo, me dirigí hacia el armario y vi que ropa usaría hoy, tenía que dar una buena impresión si quería lograr entrar al grupo de las descerebradas.

Elegí un conjunto que consistía en un vestido ajustado en el busto pero que luego caiga libre hasta unos centímetros arriba de mis rodillas, unos tacones y una chaqueta de cuero negra ajustada por si hacia frio afuera, me maquille con un tono claro sobre el parpado, un poco de rímel y brillo labial.

- Increíble –me dije a mi misma viendo mi reflejo en el espejo incrédula de que la persona parada ante él era yo misma-.

Baje hasta la cocina por el desayuno, ahí estaba sentado Marcus leyendo el periódico muy concentrado, me serví una taza de café que Alec me quito cuando entro en la cocina por lo que tuve que servirme otra, cogí una dona pero luego la regrese a su lugar.

- ¿Qué mierda de desayuno es esto? –Dije con el ceño fruncido-.

- Sí, se supone que el desayuno es la comida más importante del día, sobre todo con adolecentes en crecimiento como nosotros –me apoyo Alec-.

- tostadas, puedo hacer tostadas –nos ofreció Marcus, la verdad es que ni yo, ni Alec confiamos en sus dotes culinarios-.

- Queremos seguir vivos al final del día, gracias –le respondió Alec con una sonrisa irónica, que era la que mejor se le daba-.

- ¿Dinero para el almuerzo? –Nos ofreció unos cuantos dólares a cada uno que no demoramos en quitarle de las manos- ¿quieren que los vaya a dejar?

- No, nos vamos en la moto de Alec –le respondí apurando mi café- de hecho deberíamos irnos ahora.

-Suerte chicos, por favor compórtense  -me miro directamente a mi-.

- ¡Lo hare, por el amor de dios! –Le dije exasperada de que confiara tan poco en mis habilidades-.

Salimos hacia la moto, mi teñida no me facilitaba las cosas para viaje  pero luego se me ocurro una idea brillante. Me senté de lado, con mis dos piernas mirando hacia la izquierda, era incomodo porque no sentía la misma seguridad que con las dos piernas alrededor de Alec pero así me vería como una verdadera dama, al menos eso esperaba.

Finalmente luego de 15 minutos llegamos a la escuela, el terreno era grande rodeado por un extenso bosque pero la escuela en si no lo era tanto, unos cuantos alumnos nos miraron curiosos sobre todo a Alec que destacaba dentro de la gente de ese lugar. Me despedí de Alec con un beso en la mejilla y le guiñe un ojo, obviamente él supo que era parte de mi nuevo personaje que se alejaba a paso confiado hacia la recepción.

Loca por el enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora