Loca por el enemigo.

Una mala noche

Casi escupí la malteada que contenía en mi boca, Jack me miro con una sonrisa poco disimulada y estiro su brazo para tomar mi mano mientras yo lo miraba con los ojos abiertos. Con lentitud quite la mano y fingí que me limpiaba la boca. Cuando las chicas se fueron lo mire molesta pero él no parecía notar mi enojo ya que me miraba con la misma sonrisa prepotente de siempre.

-Muy gracioso –Le dije en un especie de gruñido-.

-¿Qué?

-Mira, te agradezco que no me hayas dejado abandonada en la carretera pero puedo seguir sola.

-¿Segura? –Dijo levantando una ceja-.

-Completamente –Dije sin dudar y mirándolo a los ojos-.

-Bien y dime… ¿Cómo piensas pagar todo esto? –Le dio una mirada a la inexistente hamburguesa y al resto de papas que quedaba en mi plato, mordí el labio inferior pensando en algo-.

-Se me ocurrirá algo.

- ¿Saldrás corriendo cuando la camarera se distraiga?

-Corro rápido –Dije encogiéndome de hombros-.

- ¿Y después? No creo que llegues caminando a ninguna parte.

-Pediré un aventón.

-¿Y los depravados?

-Tendrán un cuchillo enterrando en su entrepierna antes de que lleguen a rosarme.

-Te creo –Dijo sonriéndome, se quedó mirándome unos momentos y suspiro- Mira, realmente yo soy tu mejor opción –Levanto la mano derecha y puso la izquierda sobre su corazón- prometo comportarme.

-No confío en ti.

-Y haces bien, pero piensa… si hubiera querido hacerte algo ya estarías muerta.

- ¿Crees que te la haría tan fácil? –Dije acercándome a su cara para mirarlo con desafío-.

-Punto para los dos –Dijo mirándome con diversión, su mirada bajo hasta mi boca y note por primera vez lo cerca que estábamos, volví asentarme bien lejos de el- vamos, sé que tú y yo lo pasaríamos bien.

-Porque esto me suena como una muy mala idea.

-Porque probablemente lo sea –Dijo tirando un billete de veinte a la mesa, me miro mientras se arreglaba la chaqueta de cuero- ¿vienes?

Llegamos a Londres de madrugada, note que nos deteníamos en una especie de club que se veía exclusivo, mire a Jack con la ceja alzada era obvio que no nos dejarían entrar en un lugar como ese y menos con las pintas que llevábamos.

-¿Nombre? –Le pregunto el gorila que cuidaba la puerta, tenía una lista con los mejores nombres de la elite de Londres-.

-Jack Rowling y Nina Hoffman –Dijo Jack con la mayor seguridad del mundo, el gorila miro la lista y negó con la cabeza-.

-No aparecen.

-Mira bien –Lo miro a los ojos y entendí lo que planeaba hacer- nuestros nombres están ahí.

-Lo siento señor Rowling –Dijo el guardia luego de mirar nuevamente y nos dejó pasar-.

El lugar estaba completamente oscuro y solo lo iluminaba unas luces azules que se movían alrededor del lugar, una especie de neblina falsa lo hacía lucir con un aspecto misterioso como si cualquier cosa pudiera pasar. Todos vestían ropa tan elegante que me hacían sentir como una vagabunda debido a que llevaba unos jeans junto con una polera translucida que se encontraba llena de sangre producto del choque.

-Me veo como la mierda para un lugar como este –Le dije fuerte para que se escuchara por sobre la música-.

Jack me echo una rápida mirada y luego se movió hacia la pista, vi que conversaba con una chica muy guapa y que esta parecía interesada en él. Me moví hasta el bar y pedí dos shots de tequila que me tome enseguida mientras veía como Jack coqueteaba con la espléndida rubia, al cuarto tequila ambos se acercaron hasta donde yo estaba.