Un viaje complicado

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Dylan término de subir las maletas al auto, yo esperaba sentada en el lugar del copiloto sin dejar de mover mi pierna nerviosa. Este viaje me ponía de esta manera, sobre todo por el hecho de pasar tiempo a solas con Dylan.

-Las cosas están listas -Dijo subiendose al auto-.

-De acuerdo... -Dije mirando por la ventana-.

-Nina no tienes que hacerlo sí no quieres, quédate tranquila de que yo volveré con la estaca -Dijo mirándome-.

-No, está bien quiero ir -Dije sonriendole-.

-Andando entonces -Dijo poniendo el auto en marcha-.

El camino se hizo largo, la carretera eterna y los temas de conversación inexistentes, de vez en cuando le dirigía unas miradas breves a Dylan que parecía muy concentrado en el camino.

-Muero de hambre -Mentira, podía pasar días sin probar un bocado-.

-Podemos parar en la próxima estación -Dijo mirándome-.

-Eso sería perfecto -Dije suspirando-.

-¿Cansada?

-Bueno llevamos viajando bastante tiempo -Apoye mi cabeza sobre el vidreo de la ventana y cerré los ojos-.

Me sacudian pero lo hacían con suavidad, desperté alarmada y sin querer le pegué un golpe en la cara a Dylan.

-Lo siento -Dije avanzando hacia el-.

-Está bien, de todos modos no va a sangrar -Dijo sonriendome-.

-Lo está haciendo -Dije apuntando su nariz-.

Se tocó la nariz y efectivamente le sangraba, se saco un pañuelo del bolsillo de atrás y se lo puso en la nariz para impedir que seguira sangrando.

-Ya paro -Dijo sacandose el pañuelo-.

-Lo siento -Dije nuevamente-.

-Mi culpa, es evidente que aún te cuesta estar cerca mío -Dijo dolido y entro a la cafetería sin mirarme-.

-Dylan, espérame... -Dije sintiendome mal- Dylan, no es así.

-Sí lo es, y te entiendo toda tú vida te han dicho que los vampiros son malos y tenían razón.

-Dylan se que jamás me harías daño -Dije suplicandole con la mirada-.

-Pero no es suficiente, ¿no?

-Sólo dame tiempo -Dije mirando el suelo-.

-Tranquila, tiempo es todo lo que tengo -Dijo levantando mi mirada- ¿Que deseas pedir?

-Un café y un pastel de chocolate.

-De acuerdo -Dijo llendo hacia la camarera-.

Me senté a esperar en uno de los asientos, pero algo me llamó la atención. Un hombre con un gorro calado hasta las cejas me mirada fijamente, de pronto se levanto del asiento y salió afuera del local, la curiosad me pudo y decidí seguirle ya que algo en el me parecía sospechoso.

Cuando salí me encontré con el lugar desierto sin ninguna pista del hombre de la cafetería, estaba devolviendome hacia la cafetería cuando alguien me tomo por atrás y me tapó la boca impidiendome gritar.

-¿No te dijeron que la curiosidad mató al gato? -Me dijo al oído-.

Me libere con facilidad, al frente mío estaba el típo de la cafetería con una sonrisa maligna, me lancé hacia el hombre para atacarlo pero fue mucho más rápido que yo y me estampo contra el suelo con fuerza dejándome fuera de combate, trate de levantarme pero la visión la tenía borrosa, vi el contorno de unas piernas avanzando hacia mi.

Loca por el enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora