Encapuchado

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Mire como Audrey ponía unas guirnaldas en la entrada del gimnasio, ella pareció notar mi mirada por que volteo y me dio una pequeña sonrisa, el sentimiento de culpabilidad por involucrar a Audrey en esto me hacia sentirme de lo peor. La escalera en la que estaba montada se movió levemente, mire hacia abajo y vi a Ella mirarme.

-¿Sucede algo? -Pregunte mientras terminaba de pegar los adornos a una de las paredes-.

-Necesito que lo hagas mas rápido Bianca -Dijo al borde del colapso nervioso- ¡El baile es a las 8!

-Lo se Ella, lo has dicho toda la semana -Eso ultimo fue mas bien un suspiro cansado sin que ella pudiera escucharme-.

-El Dj dice que no podrá venir -Le dijo un chico con aparente miedo a la reacción de Ella-.

-¡¿QUE?! -Le grito ella afirmándolo de la polera- ¡El Dj es lo mas importante de un maldito baile!

-Cálmate Ella -Dije bajando de las escaleras, hice que soltara al pobre chico que se alejo rápidamente de nosotras-.

-¿Que me calme?, ¿Que me calme? Necesitamos a ese Dj -Se sentó en una silla y comenzó a respirar rápidamente-.

-¿Todo bien? -Dijo Dylan apareciendo a nuestro lado-.

-Mira normalmente no estaría de acuerdo con esta situación pero Ella parece al borde de una ataque de pánico -La mire preocupada como se agarraba la cabeza con ambas manos, aleje un poco a Dylan para que ella no escuchara- Tranquilizala.

-¿Te refieres a...? -Dijo mirándome sorprendido-.

-Si, mírala esta tiritando -Ella miraba rápidamente una planilla con la organización del baile, sus manos temblaban-.

-De acuerdo -Se acerco a Ella, puso sus manos sobre sus brazos y la acaricio para tranquilizarla, la miro directamente a los ojos- Vas a tranquilizarte, todo saldrá bien. Encontrare a un Dj que venga y esta noche sera increíble gracias a ti.

-Gracias Dylan -Le dijo Ella con una sonrisa emocionada y lo abrazo-.

Alec P.D.V:

Me quede mirando como Sara respiraba tranquilamente, sus ojos se movían debajo de los parpados a pesar de que estaba durmiendo, tenía entre mis manos el libro de Dante Infierno y a pesar de que era uno de mis favoritos no podía concentrarme en el cuándo tenia a Sara en mi regazo, se veía tan inocente, tan dulce, tan diferente a todo lo que había conocido que me asustaba un poco…No quería ser yo quien acabara con eso.

La noche anterior había sido complicada, con Marcus nos tuvimos que enfrentar a diez vampiros solos los dos sabía terminaríamos con ellos, porque tenía que ir ayudar a Nina y sobre todo porque tenía que ver a Sara sonreír aunque fuese una última vez, y ahora aquí con ella me alegraba tener más momentos para disfrutar de ella. Sabía que Michael no estaría nada contento con lo que pasaba aquí, nos estábamos relajando como nunca antes pero supongo que era algo que todos necesitábamos, Sara murmuro algo entre sueños y se movió levemente, sonreí y la bese suavemente en los labios haciendo que se despertara.

-Lo siento, no fue mi intensión despertarte –Le acaricie su pelo, que sinceramente era una obra de arte-.

-No me molesta ser despertada así –Dijo con los ojos aun somnolientos pero con una sonrisa-.

-Sara sé que no suelo decírtelo a menudo… Pero sabes que te amo, ¿Verdad?

-Lo se tranquilo –Dijo con una sonrisa, acerco su mano hasta mi mejilla y me acaricio- no hace falta que me lo digas, aunque me gusta como eso suena.

-Te amo –Le repetí esta vez mirándola a los ojos, ella se levantó levemente y me beso en los labios. Me permití disfrutar de ese beso, atesorando cada momento de el por qué cuando todo esto terminara solo tendría los recuerdos-.

Loca por el enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora