Los hermanos Rowling.

1.8K 59 7
                                    

No podía fijar mi vista, veía nubloso debido al golpe que me habia dado en la cabeza. Trate de recomponerme, la sanguijuela se tomaba su tiempo para matarme, sentía mis brazos sin fuerzas pero aún así los obligue a dar el último esfuerzo.

Toque la tierra en busca de algún apoyo cuando algo duro tocó mi palma, a pesar de aún veía borroso pude diferenciar la estaca que hace unos minutos había creado, con un movimiento imperceptible lo escondi detrás mío.

-Tengo que admitir que diste trabajo -Me dijo el vampiro mientras me observaba, se acerco un poco más a mi- no pareces una simple humana.

-Veo que empiezas a usar el cerebro, casi te tomaba por un zombie -Con ayuda de el árbol que estaba detrás mío logré pararme, apoyé mi espalda al árbol para mantener el equilibrio- ¿Son ellos los que no tienen cerebro?

-No deberías insultarme en esas condiciones -Me dijo molesto-.

-¿Podrías acercarte un poco? -Dije aferrando con fuerza la estaca que tenía atrás mío, sólo tenía una posibilidad-.

- Veo que...

Comenzó a decir el chupasangre pero no lo deje terminar, con las pocas fuerzas que me quedaban me lance sobre el y le clave la estaca justo en el corazón. Caímos juntos al suelo, rodee lejos del cuerpo de aquel repugnante ser, esperaba que el tercer vampiro me atacara pero para mi sorpresa el con calma se arrodillo al lado mío sin apoyar su cuerpo en el suelo para no manchar su elegante terno.

-Mi hermano estará realmente complacido de nuestro encuentro -Dijo cerca de mi oído- bueno, quizás no la parte en donde mataste a dos de sus mejores hombres...

-Pues dile a tú hermanito que cuando quiera podemos arreglar cuentas -Dije mirándolo severamente para conservar mi dignidad-.

- Eres tan parecida a ella -Dijo casi con cariño-.

Y tan rápido como un pestañeo el desapareció entre las sombras de los árboles, descanse mi cabeza en el frío suelo y finalmente deje de batallar contra en el cansancio.

-¡Bianca! -Una voz masculina me llamaba con urgencia, se escuchaba tan lejana que decidí ignorarla-.

Sentí como unas manos tocaban mi rostro de forma desesperada, quería calmarlo y decirle que estaba simplemente cansada, que volviera dentro de cinco minutos y lo atenderia.

- Que no este muerta por el amor de Dios -Dijo preocupada aquella voz-.

-Por favor, deja de llorar -Esa voz era completamente distinta a la primera- de aquí veo como su corazón bombea sangre.

- Tenemos que llevarla a casa -Sentí como mi cuerpo dejaba el suelo, ¿estaba volando?-.

-Ni lo sueñes, ¿Que pasará cuando despierte?, ¿Le diremos que bambi la vino a dejar, después de que se emborracho con la abuela de caperucita roja?

- No es el momento -Dijo la primera voz con tono firme- Podemos...

¿Podemos que? Me esforce por mantenerme conciente pero mi cerebro me jugo una mala pasada y me envolvió en una neblina oscura.

Un fulgor naranjo me despertó, trate de incorporarme pero mi cuerpo entero se quejó del dolor.

-¿Donde mierda estoy? -Dije soltando un quejido-.

- Al fin despiertas -Me dijo una voz varonil a mi espaldas-.

-¿Tú? -Dije sorprendida-.

Jack me sonrio de medio lado, se acerco al sillón donde hace unos segundos estaba durmiendo, en su mano tenía un vaso con whisky, bebio un trago y luego me lo ofreció, yo lo mire con desconfianza.

Loca por el enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora