Salí a tomar aire fresco en medio de la noche, ya estaba por amanecer y parecía que todo estaba mucho más vivo, los arboles tenían hojas más verdes gracias al rocío de la mañana, el cielo poco a poco comenzaba a volverse más claro y el canto de los pájaros me tranquilizaba. Era mi momento favorito del día, donde podía poner mis pensamientos en orden y relajarme, me refugie en la manta que me envolvía y respire hondo.
-Todo se ve mucho mejor durante el amanecer ¿no? –Pegue un leve salto al escuchar la voz de Jack a mis espaldas, di una leve mirada a la casa. Específicamente a mi cuarto donde dormía Dylan y luego mire a Jack, algo en su mirada me decía que estaba pasando por un mal momento-.
- Si, eso creo… -Me fije que estaba usando la misma ropa del día de ayer así que efectivamente no lo estaba pasando bien- ¿Mala noche?
-Mal siglo –Dijo con una risa acida, carente de toda alegría-.
- Mira no me agradas, pero me doy cuenta que algo te pasa –El me dio una sonrisa triste ante mis palabras y simplemente me miro unos segundos antes de suspirar-.
-Me pase más de un siglo persiguiendo un sueño imposible.
-Lo dices por Emily –Dije de mal humor, si había algo que me jodia era ella-.
-Supongo que tenías razón sobre ella y no es más que una perra sicópata.
-Lamento que te hayas enterado de esa manera… -Porque en el fondo sabía que le dolía que hubiese buscado a Dylan en primer lugar, obviamente no me lo diría y en el fondo se lo agradecía porque no quería profundizar en ese tema-.
-¿Nina? –Era la voz confundida de Dylan llamándome desde la casa-.
-Tengo que ir… -Voltee hacia donde se encontraba Jack hace unos segundos pero ya no estaba, Dylan me abrazo por atrás y me dio un beso en la mejilla- ¿Qué haces acá?
-Aprovecho la mañana –Dije acomodándome entre sus musculosos brazos-.
-Vamos adentro, estas helada –Dijo tomándome de la mano para entrar a la casa-.
Esta noche iríamos a la iglesia en ruinas con Audrey aprovechando que Dylan tenía que hacer cosas, Marcus y Alec nos acompañarían para vigilar mientras nosotras buscábamos la famosa estaca. Pero primero como buenas adolecentes teníamos que ir al colegio, por más latoso que eso me pareciera.
-Hola Ella –La saludo Audrey cuando nos encontramos con ella en el pasillo- buenos días.
-No tienen nada de buenos –Dijo de mal humor cosa bastante rara en ella que siempre llevaba una sonrisa-.
-¿Paso algo? –Le pregunte guardando mis libros en el casillero-.
-¿A parte de que Jack termino conmigo y que Becka se fracturo la pierna en el entrenamiento de porristas? Nada malo –Dijo apoyándose en los casilleros al lado mío- además que en dos días y tengo que preparar el baile.
-Nosotras podemos ayudarte –Le ofreció Audrey, le abrí los ojos advirtiéndole la mala idea que era-.
-¿Verdad? –Pregunto Ella tan emocionada que no pude decirle que no-.
-Si por qué no, ¿Qué tan difícil puede ser? –Dije encogiéndome de hombros-.
-¡Chicas las amo! –Dijo abrazándonos fuertemente, soltó un grito espantado- ¿Han visto a Sienna Rivers y a ese horrible vestido que lleva? No hay ningún emoticón que exprese lo trágico de ese conjunto.
Audrey y yo rodamos los ojos al mismo tiempo, así fue como Ella recupero rápidamente su excesivo optimismo de siempre. Estaba por tocar la campana para entrar a clases cuando vi a Dylan caminando por el pasillo y no puede evitar sonreír, él también lo hizo cuando me vio.
ESTÁS LEYENDO
Loca por el enemigo.
Romantizm¿Qué harías si toda tu vida has sido entrenada para ser un arma para matar? Sin sentimientos, sin remordimientos, sin miedos y sin capacidad empática. Pero luego conoces a ese alguien que derriba todos tus muros, tus inquietudes e inseguridades, dej...