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Después de haber viajado kilómetro y kilómetros, Flechitas encontró una prisión la cual con tan solo ver el patio puedes notar que está infectada de esas cosas. Querían tomarla como refugio lo cual apoyé completamente, solo debíamos reforzar las rejas y estaríamos bien. Mi herida seguía doliendo, Hershel se rehúsa a que ayude por la herida. No pienso quedarme sentada mientras veo como los demás trabajan.

-¿Estás bien de flechas? -se acercó Rick. El último tiempo había mejorado considerablemente nuestra relación, lo cual a su esposa no le a agradado nada.

-Perfecta. -comenté con sarcasmo mientras le mostraba una flecha que con un solo tiro se partiría a la mitad.

-Deberías pedirle a Daryl. -comentó mientras miraba su querida arma de combate.

-Estaré bien. -le sonreí de lado.

-Rick. -lo llamó su esposa.

Le hice una seña con la cabeza para que fuese, antes de irse me regaló una media sonrisa.

-Summer. -se acercó Hershel. -ten cuidado, por favor. -tomó mi hombro. -y cuida a Maggie.

-No te preocupes. -le sonreí de lado. -y nadie tocará a Dora. -le giñé un ojo.

[...]

Caminé detrás de Maggie mientras sostenía una flecha entre el arco, en segundos los podridos se dieron cuenta de nuestra presencia. La idea era mantenerse juntos lo cual se fue a la mierda al ver que una bola de podridos se acercaba.

Retrocedí mientras disparaba mis flechas, procuraba no perder de vista a Maggie al igual que no me partiera la jeta contra el piso.

Dos caminantes se comenzaron a acercar a mi, busqué una flecha en mi espalda sin tener buenos resultados.

-Ay no.

Tiré el arco por algún lugar del patio mientras sacaba uno de mis cuchillos. Uno de los caminantes me tomó por los hombros intentando masticar mi bonita cara, atravesé el cuchillo por debajo de su mandíbula mientras que el otro se tiraba sobre su compañero haciéndome caer de espalda.

-Dios, que olor. -arrugé la nariz a mientras miraba a uno de los lados.

La sangre del caminante cayó sobre mi produciendo que un asco se apoderara de mí. El peso de los caminantes se quitó dejándome ver a Rick.

-¿Estás bien? -preguntó mientras estiraba su mano.

-Podría estar mejor. -me quejé mientras quitaba la sangre de mi cuello.

-Hueles asquerosamente mal. -rio mientras disparaba.

Rodé los ojos mientras recogía el cuchillo, un grito retumbó en mi cabeza. Maggie estaba acorralada en una de las rejas mientras tres caminantes intentaban morder su cuello.

Nadie estaba cerca de ella, todos estaban preocupados de no ser infectados por alguna de esas cosas. Corrí lo más rápido que pude, sentía como si el corazón se fuese a salir de mi pecho de un tirón.

El cuchillo se había quedado en el suelo producto del grito, salté con intenciones de caer sobre los caminantes, Maggie quedó pegada a la reja mientras su pecho subía y bajaba.

Comencé a golpear la cabeza de uno de los caminantes contra el piso mientras que el otro intentaba alcanzar la carne de mi brazo. Dora estaba quita en la reja, inmóvil.

-¡Dora, no es tiempo! -grité mientras sacaba el cuchillo que mantenía en mi bota.

Unos e los caminantes alcanzó mi brazo apretándolo contra sus dientes, clave el cuchillo en su cabeza mientras el otro era acabado por una flecha. Flechitas estaba frente mía mientras mataba el último caminante en pie.

-Summer. -murmuró Maggie.

Me senté en el pasto, mi pecho subía y bajaba producto a la adrenalina, toque mi estómago, creo que Hershel tenía razón. La gente que se encontraba fuera comenzó a entrar a la prisión, Beth se tiró sobre mí mientras me abrazaba.

Me levanté mientras tiraba el cuchillo al suelo, saqué la polera de cuadros que traía sobre mi. Unos dientes estaban marcados en mi brazo, dejándome volver a respirar.

-Creo que voy a vomitar. -murmuré mientras me apoyaba en mis piernas.

-Perdón. -murmuró Maggie mientras se acercaba. -casi mueres por mi culpa. -se cubrió la boca.

-Pero no ocurrió. -sonreí mientras me enderezaba. -soy inmortal. -presumí.

Una sonrisa salió de sus labios para después tirarse sobre mí.

-¿Estás bien? -se acercó preocupado Rick.

-Viva y coleando, queda Blake para rato. -volví a colocar la polera sobre mi. Caminé hasta Hershel mientras sonreía de lado. -la protegí. -giñé un ojo. Sonrió de lado antes de que pasará junto a él.

¿Dónde puta dejé mi arco? Caminé mientras miraba el piso.

-Arquito, arquito, arquito. -lo llamé.

-No es un gato. ¿Sabes? -se acercó Flechitas.

-No molestes, cupido. -gruñí.

Corrió un caminante con el pie dejándome ver mi arco, estaba partido a la mitad.

-No puede ser. -lo recogí. -vamos, casi muero, se abrió la mierda de herida y rompí mi arco. ¿Ahora qué? ¿Se me cae el puto pelo? -Me quedé mientras miraba el cielo. -arco de mierda. -volví a tirarlo al suelo.

-Es de madera. ¿Qué esperabas? -se burló.

-Cállate cupido. -fruncí el seño. -mierda de caminante. -lo patee. -¿Qué no querías que me acercara más a ti? -pregunté mientras miraba mi arco.

-Sólo venía a ver si debía matarte, no eres importante perra. -rodó los ojos.

-Gracias por el alago. -le sonreí con sarcasmo. -¿Qué haré ahora? -froté mi cara. -Quédate con las flechas. -dije antes de pasar junto a él. -Ya no me sirven. -gruñí, una vez más.

Pequeña Perra ➳Daryl Dixon/Summer Blake➳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora