XX

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Mordí mi labio mientras miraba por la ventana, mis brazos abrazaban mis piernas.

Lori y Rick pasaron corriendo por frente mi ventana cautivando mi atención por completo. Salí de la casa a trote, siguiéndolos.

El grupo comenzó a rodearlos dejándome perdida ante la situación.

-¿Qué ocurre? -me hice un espacio entre toda la multitud.

-Debe estar en algún lugar, es imposible que salga de la comunidad sin ser visto. -aseguró Deanna.

-¿Alguien me pondría al tanto? -me posicioné junto a Maggie.

-Carl no está. -habló rick mientras abrazaba a su esposa.

-Lo más probable que esté con alguno de sus amigos. -se acercó Carol, consolando a su amiga.

-¿Qué le dijiste al respecto de las clases? -pregunté ganándome la atención de todos.

-Carl se acaba de perder y lo único que te preocupa son las estúpidas clases y lo inútil que es este lugar. -lloró Lori. -¿Quieres dejar de pensar en ti cinco minutos? -limpió sus lágtimas mientras me miraba.

Podía sentir la mirada de todos sobre mí, sobre todo de Daryl que se encontraba junto a su mejor amigo, Rick. Tomé el arco que descansaba sobre mi espalda produciendo la tensión de todos los presentes.

Rompí la estresante redondela que habían formado, saliendo del lugar para poder caminar.

-¿Y te irás? -preguntó Lori. -No perteneces a este lugar y nunca lo harás. La familia nunca se abandona. -elevó la voz.

Seguí mi camino sin mirar atrás.

[...]

Un árbol chocó contra mi codo produciendo un dolor eléctrico, el cual recorrió todo mi brazo.

-Ay diosito. -acaricie mi codo.

hace un par de horas que salí de la comunidad en búsqueda de Carlitos. Por la posición de Deanna ante mi pregunta me dio a entender que había rechazado su oferta, desde que llegamos a este lugar Carl se la pasaba con Sophia, se nota a milla el desagrado que tiene ante los demás chicos de su edad.

El gorro de Sheriff descansaba junto a él al igual que su arma, mantenía la vista fija en el extenso lago.

-Carlitos. -me acerqué a él.

-Vete, Blake. -un notorio enojo salió de él.

Me senté junto a él ignorando lo antes dicho.

-Extrañaba esto. -habló después de un largo rato. -matar caminantes, sentir la adrenalina.

-Tu madre está preocupada por ti. -miré el lago al igual que él.

-Claro que no. -desordenó su cabello con una de sus manos, mientras que la otra descansaba sobre su rodilla doblada. -sólo tiene ojos para Judith, sólo se preocupa por ella.

-Tú sabes defenderte Carl. -doblé mis piernas para luego apoyarme en estas. -ella ni siquiera sabe hablar.

-No es eso, Summer. No soy tan estúpido como para pelear por eso. -botó un suspiro. -simplemente se olvida que tiene dos hijos. -me miró. -desde que llegamos aquí no se a dado cuenta de nada. Uno de esos imbéciles me odia con todo su ser, llegué a casa con un golpe en la mejilla y no se dio cuenta.

Lo miré.

-¿Quién? -pregunté.

-Ron. -volvió su vista al lago. -coqueteó con Sophia. -soltó un gruñido. -la semana pasada desaparecí un día entero, estuve en el bosque. -confesó. -ni cuenta se dio, al llegar estaba alimentando a Judith. Podía sentir como el estómago fuese a salir de mi cuerpo y me patearía el trasero para alimentarlo, me dijo que no había comida. -botó un suspiro. -acá fuera siento como si todo se esfuma.

-Deberías agradecer que tienes padres. -lo miré, ganándome su atención. -a tu edad tenía metido de todo en mi cuerpo. Drogas, alcohol, hasta penes. Nadie se preocupaba por mí. -le sonreí de lado. -hubiese dado lo que fuese por vivir con gente como tu familia.

Guardó silencio para luego volver a mirar el lago.

La noche comenzaba a caer de apoco hasta dejarnos en completa oscuridad, habíamos mantenido una larga conversación de todos los temas existentes.

-¿Nunca has pensado en dejar de vivir? -preguntó.

-Tienes que elegir como vivir, busca tus propias razones. -Comenté mientras miraba el cielo. -cuando te pierdas en la oscuridad, busca esa estrella. -apunté la más brillante.

Elevó su vista al cielo, sonriendo.

-Brilla más que las demás. -murmuró.

-Cada persona es una estrella y brilla por distintos motivos. -lo miré. -sólo debes entender cual es el tuyo. -le sonreí.

El regreso a Alexandria se hizo corto gracias a nuestra charla. Diversas linternas nos apuntaron, dejándonos completamente ciegos.

-Me recuerda cuando llegamos con Daryl. -cubrí mis ojos. -¡Abre la estúpida puerta, Spencer el mongólico! -Elevé la voz.

El portón comenzó a abrirse dejándonos ver la gran comunidad dentro. Dejé entrar a Carl primero para luego seguirlo. El grupo completo se acercó a trote siendo liderados por Rick y Lori, quienes se tiraron sobre su hijo a abrazarlo.

Cuanto hubiese deseado a su edad sentir un abrazo tan familiar.

Pasé junto a todos interrumpiendo la bonita escena familiar.

-Summer. -llamó mi atención Carl. -Gracias. -sonrió.

Asentí con la cabeza mientras le regalaba una media sonrisa para seguir mi camino, quiero llegar a mi hermosa y cómoda casa.

Abrí la puerta encontrándome una mujer de mediana edad, rubia y notoriamente tetona. Como acto de reflejo le apunté con mi arco, ganándome un grito de su parte.

-Summer. -apareció Daryl por la puerta. -baja el estúpido arco.

-También me alegra verte. -rodé los ojos mientras colgaba el arco en mi espalda. -no sabía que Alexandria tenía prostitutas. -Lo miré fingiendo sorpresa.

-¿Perdón? -se levantó la rubia.

-Hablo con tu dueño, cariño. -le sonreí.

-Su nombre es lucía, la encontré en el bosque. -se apoyó en el marco de la puerta. -Deanna me dijo que tendría que quedarse aquí, no hay más casas.

-Te dije que no quería mascotas en la casa, Dixon. -descolgué el carcaj de mi espalda.

-¿Quieres tratarla bien? -preguntó.

-¿Por qué? . - lo miré. -¿Por qué tiene unas tetas kilométricas y puede darte las noches de placer que necesitas?. -pregunté. -buena suerte con intentarlo.

Caminé hasta las escaleras. -por cierto, queda una casa vacía y completamente limpia en la esquina de esta calle, debes aprender a mentir mejor. -le giñé un ojo para luego comenzar a subir las escaleras.

Ya, buena persona es ahora el huraño este.

Pequeña Perra ➳Daryl Dixon/Summer Blake➳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora