Capítulo 24

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Maratón 1/2

-Ella volvió por ti solo por el dinero, Justin… porque sabe que vas a ganar la competición… y porque si está contigo, tendrá derecho a parte del cheque.

Justin soltó una aguda carcajada. _tn_ negó con la cabeza. Lo que ella suponía… lo que Ryan le había dicho.

-¿No me crees verdad? – dijo ella dejando la taza y la cucharilla en el lavavajillas.

-Cielo… de veras te pido que no inventes excusas tontas, solo por celos.

-¿Qué? – se giró _tn_ - mira, que no me creyeras por que tienes los ojos vendados, aún la pasaba… pero que pienses que me lo estoy inventando por celos… Por dios, Justin, tengo un orgullo… y más grande que esa idi.ota que te tiene comiendo de su mano.

-No hables así de Jasmine.

-Hablo como quiero de quien quiero. – contestó ella – y si no me crees, ya te las veras. – se dirigió a subir las escaleras – ¿Aun que sabes qué? Cuando te des cuenta de su jugada, me echarás de menos. Pero yo ya no estaré aquí. Porque deja que te diga algo, Justin, a mi nadie… nadie, me usa de segundo plato.

Justin estaba sentado en el sofá. La lluvia caía fuerte, contra el cristal de la ventana. No sabía porque se sentía tan… chafado. O quizás sí. _tn_ lo abatía. Era la única mujer que le había plantado cara, hasta entonces. La única, que de verdad, lo podía llegar a asustar. ¿Pero por qué? Solo era una niña…

Se escuchó un ruido, algo que caía por las escaleras. Él se giró. Dejó la Coca-Cola encima de la mesita y apagó la tele.

-¿Dónde vas? – le dijo observándola. _tn_ de espaldas, arrastraba una gran maleta rosa chicle, por las escaleras. Y a cada peldaño… ‘clack’, ‘clack’. Las ruedecitas hacían ruido. – deja que te ayude… - dijo agarrando el asa de la maleta.

-No, puedo sola. – lo apartó y bajó la maleta hasta el replano.

-¿Dónde vas? – le repitió Justin, preocupado.

-Me voy, me voy de aquí. – ella suspiró, mirando al suelo. Justin sabía que había estado llorando, de nuevo. Tenía el tono rojizo en sus ojos. ¿Por qué? Había tantas preguntas en su mente… y todas relacionadas con ella. – Justin… - alzó la vista – yo no puedo seguir en esta casa.

-¿Pero porque? ¿Dónde iras? ¿A tu casa? ¿Con Oscar?

-Cualquier cosa es mejor que estar aquí, contigo. – eso fue como un puñal para Justin.
La frase se repitió una vez tras otra… _tn_ era lo último que quería: convivir con él.

-Dime al menos por qué…

-Porque si Justin… por qué no puedo estar escuchando… a través de las paredes, como le haces el amor a aquella mujer que te está engañando… - se dirigió a la puerta y giró el pomo – a otra mujer que no soy yo. – los ojos se le humedecieron de nuevo.

-No entiendo… - dijo Justin, cogiéndola del brazo – no te vayas.

-No me pidas eso, dios mío. Y si, lo entiendes más que nadie, como va esto. Lo que hemos tenido tú y yo, ha significado algo más… al menos para mí. Me has sabido escuchar… y no como un simple polvo, me has ayudado… y me has sacado de donde me tenía ese cabrón… - miró a Justin y sonrió – Aun que ahora el cabrón eres tú. Porque ni Oscar me había hecho tanto daño.

Justin no sabía que decir. Solo arqueó una ceja.

-No me mires así –dijo _tn_ soltando una risita que hizo que el mundo de Justin temblara. – Todo esto es una locura, ya lo sabes… - abrió la puerta. La lluvia caía tan fuerte que mojó algo de las baldosas de dentro. – Y más ahora, que he terminado enamorándome de mi propio profesor.

Le dedicó una última sonrisa a Justin, y salió de aquella casa. Arrastrando la maleta, poniéndola entre las piernas. Subiéndose a la moto, y marchando.
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_tn_ se arregló el pelo con un broche de color verde. A juego con la camisa. Siempre coqueta. Lunes. Primera hora, con Justin. Perfecto… que asco. Salió con la maleta en los hombros y ya perfectamente arreglada.

-¿Te gustan las magdalenas?

-Claro – le sonrió a su hermana. La tenía en un pedestal, ahora que le había permitido quedarse a vivir con ella el resto de los meses.

-Entonces, desayuna algo… encima de la mesa. – ella miró. Leche, zumo natural, y algunas que otras pastas.

-Gracias.

-¿Me tendrás que dar las gracias por todo?

-Claro, eres mi hermana… y te agradezco lo que estás haciendo por mí.

-No me las des, solo lo hago porque te quiero, mocosa. – sonrió y le besó la frente – Ahora corre, que si no llegarás tarde.

_tn_ cogió una de las magdalenas y las mordió. Relleno de mermelada, como le gustaban a ella.

-Mhm… - dijo saboreándolo. – me piro Abi… te quiero. – le dio un beso a la mejilla y se fue, dando otro bocado a la pasta.

Se fue a subir a la moto, pero en ese momento pasó un coche. La lluvia de estos días había dejado charcos. Y no solo de agua. De barro.

-¡Joder!

-¡Lo siento, nena! – pitó el conductor del BMV.

-Si, sobre todo esto… - se intentó limpiar, pero los chispazos de barro se habían quedado en los pitillos. Ensuciando los pantalones, y la chaqueta tejana. Suerte que el jersey lo cubría esta. Pero igualmente, algunos mechones del pelo limpio de _tn_, habían recibido igual. Se intentó limpiar con un pañuelo, pero el barro era de difícil de quitar. – A la mier.da. A quien no le guste, que no mire. – Se puso el casco y arrancó, dirección a la escuela.

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sigan falta uno. 

Voy a ser tu maestro |HOT| {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora