Maratón 6/10
-¿Pero a ti que te pasa? – le espetó cerrando la puerta de la cocina.
Abi se sentía realmente mal. Había subestimado a Justin, a su hermana pequeña.
-Intentas sacarle algo a Justin, algo del cual lo puedas dejar mal. – dijo negando con la cabeza – lo matas a preguntas, sabiendo que nosotros, somos la primera familia imperfecta. Mira Abi, yo le quiero, y si a ti no te gusta, de veras que…
-Me alegro de que estés con él.
-De veras que te digo que cojo los trastos y me… ¿Qué dijiste? – dijo _tn_ esbozando una sonrisa.
-Que me alegro que estés con un chico así… es muy buena persona, es un buen hombre… y a ti se te ve diferente, se te ve feliz.
_tn_ abrazó a su hermana.
-Y si tú eres feliz, yo también lo soy. – le besó la mejilla.
Des de la cocina se escucharon voces. Diick y Justin habían entablado conversación y ahora se reían.
-Y si a mi novio le cae bien, también quiere decir algo.
_tn_ asintió con la cabeza. Trajeron un par de platos con un trozo de tarta cada una y luego se tomaron los cafés. Pronto Justin y _tn_ se marcharon a la casa de él.
Diick ayudó a recoger los platos a su novia.
-Justin es un buen chico. – le dijo mientras los metían en el lavaplatos.
-Lo sé.
-Y tu hermana está contenta con él. – Diick se quedó pensativo – creo que van en serio.
Abi suspiró. Tenía que admitir que su hermanita ya no era tan pequeña. Que estaba creciendo y que era normal que quisiera una relación estable. Ella llevaba ya cuatro años con Diick.
-A propósito. – Diick se la acercó y la abrazó por la espalda – Ya que nosotros vamos enserio también… - buscó en su bolsillo – se que no es el momento perfecto, pero esto es lo que lo hace perfecto. – Abrió la pequeña caja azul marino delante de los ojos color avellana de Abigail – Cásate conmigo, amor.
_tn_ se despertó frotándose los ojos. Fue en busca de algo que llevarse a la boca, estaba hambrienta, y eso que había cenado muy bien. Se alegró de que todo fuera bien, a Justin le había caído estupendo su cuñado y su hermana. Y viceversa. Y _tn_ se sentía feliz. ¿El primer paso? Superado. Veremos qué opinaba su madre de Justin. Esperaba que se lo tomara igual de bien que Abigail.
Cogió un tazón de uno de los estantes de la cocina y lo llenó de leche. Lo puso en el microondas un minuto.
-Auch, quema. – lo dejó en el mármol, al sacarlo del electrodoméstico. Le vertió un poco
de leche fría para compensar. Luego le echó unos cereales de chocolate que tenía Ryan en uno de los muebles.
Se llevó la primera cucharada a la boca. Masticó, tragó. Pensó en lo que haría hoy.
-Mier.da, la fiesta de Cal. – suspiró, aun eran las diez y cuarto de la mañana. – Bah, que más da. Me pondré unos pitillos cualquiera y una camisa. Total es una simple fiesta con música alta, y amigos, en una mansión de un pringado, que como siempre quedará destrozada.
_tn_ rió. Hablaba para si misma, pero Justin lo había escuchado. Se adentró a la cocina.
-Buenos días, reina. – le dio un beso en la frente.
-Buenos días, mi rey. – lo intentó imitar.
Justin sonrió.
-¿Y bien? ¿Qué dices que iras a hacer hoy? – dijo Justin poniendo café en polvo en la cafetera, junto con un poco de agua.
-A una fiesta de un amigo, junto con Lucia.
-Mmmh… deja que me lo piense. – dijo Justin con una expresión de interrogación.
-¿Ahora resulta que eres mi papá? – sonrió. – no necesito tu permiso para irme de fiesta, rico. – le apuntó con la cuchara, entrecerrando los ojos.
-¿Perdón? – Justin arqueó una ceja – Bueno vale, si me lo pides así, si te dejaré ir… pero no fumes, no bebas, ni esnifes nada. Ah, y ni falta que te diga que… nada de mirar a otros.
_tn_ soltó una sonora carcajada.
-Te lo digo en serio.
-Adoro tus celos. – rió _tn_. – Vale, papi. La segunda parte de la lista, te aseguro que la cumpliré. – se levantó y le besó los labios. - ¿No sabes que _tn _ta_ es fiel ante todo?
Justin sonrió al escuchar eso.
-¿Quieres decir que… vas a emborracharte, ponerte morada y meterte…? – se asombró Justin, recapacitando. Serio.
-No, tonto. – dijo sin dejar terminar a Justin – tampoco eso, pero unas copitas no harán daño a nadie.
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Sigan ---->
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Voy a ser tu maestro |HOT| {Terminada}
Hayran KurguA la señorita Carmen se le había enfermado el marido. Por lo que _tn_ sabía, era bastante grave. Cáncer de hígado... la gente decía que se podía morir de eso. Lo peor no era que el marido de Carmen, la aburrida profesora de música, se estuviera a pu...