Todo por Ti © (#2) ✔ [En Edición]

23- Amistad

Olivia…

Una semana, siete días en los que solo he salido de mi habitación para ir al colegio, más de 168 horas en las que en mi mente hay un solo recuerdo que da vueltas y vueltas.

*Flashback*

— ¡León! — grito su madre a un costado de la cama. Me levante casi corriendo y me paré a su lado sosteniendo su mano.

— ¿Qué pasó? —dijo él casi en un susurro, se volteó a verme, luego bajo la vista a mi mano sosteniendo la suya y volvió a mirarme unos instantes.

— ¿Estas bien hijo? ¿Te duele algo?

—Estoy bien, me duele un poco la cabeza… y… ¿Qué me pasó? ¿Dónde está Marilyn? —ella se paró a mi lado y me dio un empujón poco sutil. Yo miraba aquella escena como si fuera una película.

¿Por qué preguntaba por ella? ¿Por qué me miró de esa manera?

—Estoy acá Li­—la madre de León salió dispara por la puerta en busca del médico y yo solo me quedé allí. Observando a león tratar a aquella chica como i fuese su novia y como si yo existiera.

— ¿Qué me pasó?

—Tuviste un accidente, ¿no te acordas de nada? —se volteó hacia mí con una sonrisa triunfante en el rostro y yo solo sentí ganas de golpearla.

—No… creo que no—depositó sus ojos en mí y me regalo una sonrisa—Hola, soy león… ¿Vos sos amiga de Mari?

No supe que hacer, no supe que responder, simplemente salí corriendo con las lágrimas agolpándose en mis ojos y un nudo en la garganta que no me dejaba respirar.

*Fin del Flashback*

¡No se acordaba de mí! ¡No tiene ni la más remota idea de quién soy!

Muy bien Olivia, eso es lo que ganas por enamorarte. ¿Esto es el amor? ¿Esto se siente cuando amas a alguien? Realmente era más feliz cuando no creía en el amor, cuando creía que el amor era solo un invento de las personas para justificar su miedo a estar solos. Pero he de asumir que vivía engañada, el amor si existe, lamentablemente a mí me toco darme cuenta de la peor manera.

— Odi…—la voz de mi hermana Emma me sacó de mis pensamientos repentinamente— Enana… te traje algo para comer, y no quiero un “no tengo hambre” como respuesta. — Su voz sonó autoritaria, pero sin perder la dulzura.

— ¿Qué día es hoy? —pregunté mientras me sentaba en mi cama.

— Sábado Odi, ¿Querés ir a dar una paseo? —yo solo negué y me dispuse a comer lo que ella me había traído. Creo que entendió rápidamente mi intención, porque enseguida salió de mi habitación dejándome sola nuevamente.

Terminé de comer-me obligue a terminarlo-dejé la bandeja a un costado de mi cama y me volví a acostar, no iba a dormir, no podía dormir, solo podía recostarme ahí y repasar aquella escena sacada de una película de terror una y otra vez. En determinado momento la puerta de mi habitación se abrió repentinamente, pero yo ni me moví para ver quién era, ya se iría cuando no le contestara. Pero antes de darme cuenta la luz de día entro por la ventana alumbrando cada rincón de mi habitación.

—Argg…—gruñí para luego taparme hasta la cabeza—Seas quien seas no quiero hablar, no quiero salir, no quiero nada.

— ¡Olivia Vázquez! En este momento vas a levantar ese feo trasero de ahí y vamos a salir.