Epílogo

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La fiesta recién estaba comenzando y la casa de la familia Vázquez ya estaba repleta de gente. Entre ellos amigos y familiares que habían venido a festejar el primer año de las gemelas, Alina y Noa.

Globos rosados, una carpa en forma de castillo, dibujos de princesas y hasta un castillo inflable eran parte de la gran decoración que había en el patio de Morena y Teo esa tarde.

La morocha daba vueltas de un lado para otro, preocupada de que todo saliera bien. Camino hasta la cocina en busca de más bebidas, abrió el refrigerador y en ese momento sintió unos brazos que la envolvían por la espalda.

—Amor, relajate—dijo una voz en su oído—Isabel y Agustina se están encargando de todo.

—Pero Teo…—intentó protestar girándose para poder observar a aquel hermoso hombre— ¿Las gemelas? —dijo con un suspiro de resignación. Sabía que su marido tenía razón, pero no podía dejar de ser perfeccionista y preocuparse por que todo saliera como lo había planeado desde hacía meses.

—Alina está con Max y Noa con Emma… O quizás sea al revés, no lo sé realmente—dijo con un encogimiento de hombros— Todo está bien, veni vamos a divertirnos—él bajo su mano hasta encontrar la de su esposa y entrelazo sus dedos con los de ella arrastrándola suavemente fuera de aquella cocina.

Olivia se encontraba sentada en una de las tantas mesas que esa tarde se encontraban esparcidas por todo el patio de su casa, a su lado estaba Anna haciendo un monologo sobre lo aburrido que podía ser Salvador a veces y como dedicaba más tiempo a su amante que a ella-la estúpida y sensual play station- aunque claramente Olivia no estaba prestando demasiada atención a aquella conversación, ya que por algún motivo la servilleta rosa sobre la mesa se le antojo sumamente entretenida mientras se perdía en sus pensamientos de por qué León no se dignaba a aparecer por la fiesta.

Está bien que hace un par de días habían tenido una pequeña-según Olivia-discusión sin importancia. Bueno, quizás no haya sido tan pequeña. Pero Olivia moriría antes de admitir que todo surgió por un absurdo ataque de celos de su parte, pero mierda, ella vio claramente a aquella rubia prácticamente pedirle a gritos a su novio que la desnudara allí mismo. Ok, tal vez ella solo exagera un poco, pero si vio como la chica en cuestión le susurraba pura mierda en el oído de León y él solo le sonreía coquetamente. Esa es mi sonrisa, solo mía. Pensó la pelinegra antes de acercarse a paso firme hacia su novio y la regalona teñida. Lo que le siguió fue una situación algo confusa, ya que Olivia comenzó con unos cuantos insultos al aire ante la mirada confusa de León y aquella chica. Después León pidiendo disculpas hacia la rubia y tomando a Olivia del brazo salió rápidamente de allí.

Si Olivia hubiese sabido que aquella rubia no era otra que Missy, la mejor-y muy lesbiana-amiga de León la historia definitivamente hubiera sido otra.

—Entonces… ¿Qué me decís? —la voz de Anna llegó a los oídos de Olivia haciéndola volver a la realidad.

—Sí, genial—dijo sin siquiera voltear a ver a su mejor amiga.

— ¿Entonces te parece genial que te rape la cabeza y con tu cabello me haga un suéter?—preguntó curiosa su amiga al ver a Olivia tan perdida en su mente.

—Por supuesto Ann, lo que haga feliz… ¡Espera! ¡¿Qué?!

Anna no pudo reprimir la carcajada ante la reacción de su mejor amiga, la cual se limitó a fulminarla con la mirada y seguir jugando con aquel pedazo de papel.

— ¿Qué pasa chicas? —preguntó la castaña uniéndose a sus amigas en aquella mesa, y fue seguida por el resto del grupo. Unos minutos después la mesa era un entrevero de risas, gritos y hasta algún que otro insulto, pero nada que fuera del interés de Olivia quien seguía perdida en sus pensamientos.

Todo por Ti © (#2) ✔ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora