Capítulo 1

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Hoy era el último día de vacaciones, mañana iniciaríamos nuestro último año en la secundaria. Pasaría la tarde con Ellie como todas las tardes desde que iniciaron las vacaciones, tenía la esperanza de poder decirle todo lo que siento a ella esta tarde, una parte de mí tenía miedo de contarles mis sentimientos, pero otra parte deseaba hacerlo, deseaba tanto sentir sus labios. Llevaba un año queriendo contarle lo que siento, pero no sabía cómo hacerlo.

Mis padres no se encontraban en casa, mi mamá se encontraba dando clases de ballet y mi padre se encontraba en el aeropuerto trabajando. Y yo estoy de nuevo aquí, sola. Revisé mi celular y tenía un mensaje de mi dulce Ellie. Sonreí al ver su nombre en la pantalla: estaba tan enamorada de ella que ya quería ir hasta su casa para decirle todo.

Hola Hermosa,

Te escribía para que supieras que iré a tu casa en unos minutos, vinieron unos amigos de mis padres y no los soporto. Te quiero ver :3

-Ellie

Hola nena :3

Por supuesto aquí estaré, yo también te quiero ver; tengo algo que decirte. Te espero.

-Julie

Dejé mi celular en mi cama para ir arreglarme un poco. Tenía mi jeans rasgado en los muslos, mis converse negras y mi camisa de tiras negra, me maquillé de manera sencilla, mi cabello lo tenía suelto, dejando mis rulos a la vista y me coloqué un poco de perfume de vainilla. Agarré mi celular y me dispuse a bajar, cuando iba a entrar a la cocina el timbre sonó. Cuando abrí la puerta vi a Ellie con una gran sonrisa en su rostro.

— Hola, hermosa. — dijo Ellie, abrazándome — Ya te echaba de menos. —dijo sonriéndome.

— Nena, yo también te eché de menos, aunque no fueron ni hace diez horas que nos vimos. — dije riendo y ella pasó. — Y cuéntame, ¿quiénes eran esta vez los visitantes de tus padres? — vi que hizo una mueca de disgusto y me miró.

— Eran los abogados con los que trabaja en el bufete. — dijo colocando los ojos en blanco. — Uno de ellos no paraba de mirarme y tuve que decir que me necesitabas para venirme lo más rápido posible. — dijo Ellie sentándose en el mueble.

No puede evitar sentirme un poco molesta por lo que dijo. O sea, ella es mi chica, nadie más la puede mirar más que yo. Creo que se notó mi frustración, porque Ellie se me quedó mirando.

— ¿Ocurre algo? — preguntó Ellie.

— No. — susurré. — No ocurre nada. — dije, suavizando la mirada. — ¿Quieres tomar algo?

— Me encantaría tomar un vaso de chocolate frío. — dijo Ellie, haciendo un adorable puchero. — Sabes que amo tu chocolate.

— Y yo te amo a ti. — dije en un susurro y caminé hacia la cocina.

Busqué dos vasos, agarré la jarra con chocolate y serví su contenido en ellos, agarré dos paquetes de galletas y las puse en una bandeja con los vasos y la jarra. Sé que ella va a querer más de un vaso de chocolate. Salí de la cocina, sonriente, no vi no estaba en la sala. Noté que la ventana corrediza que daba al patio trasero estaba abierta y me dirigí hacia allá. En el patio teníamos una mesa con cuatro sillas, una piscina, unas cuantas sillas más para acostarse y un pequeño jardín.

— Nena, te traje algunas galletas también. — dije, dejando la bandeja en la mesa y vi a Ellie en la orilla de la piscina.

— Me quieres engordar, ¿verdad? — dijo Ellie bromeando y se giró para mirarme.

— Te verás hermosa igual. — dije viéndola mientras caminaba hacia la mesa. — Y si engordas, yo también lo haré. — dije destapando las galletas.

— Por eso es que te adoro hermosa. — dijo Ellie tomando su chocolate y sentándose en el césped. — Hoy el cielo esta hermoso, ¿no lo crees?

No solo el cielo. Tú estás hermosa.

— Está deslumbrante, nena. — dije sentándome a su lado.

Veíamos como pasaban las nubes, el cielo estaba hermoso el día de hoy. Ellie estaba muy hermosa: tenía puestos sus shorts de mezclilla, una blusa blanca y sus Nike blancas. Tenía su cabello marrón suelto, sus ondas caían y cubrían sus hombros, sus grandes pestañas cubrían sus ojos color café los cuales me atrapan siempre y, por esa razón, duraba mucho rato mirándola y sin olvidar sus dulces labios color carmesí deseaba tanto sentirlos contra mi piel, pero era imposible.

— Julie, ya creo que me vestiste y desvestiste con tu mirada. — dijo Ellie, entrecerrando los ojos para mirarme.

— Sabes que no lo puedo evitar, linda. — dije con una mirada divertida.

— Oh vamos Julie, deja de mirarme así. —dijo Ellie sonrojándose.

— Oh, mira tu rostro. — dije entre risas. — Eres tan adorable, nena. — agarré sus mejillas.

Todas nuestras tardes eran así, siempre decía algo que hacía poner roja a Ellie y me parecía realmente hermosa. Tenía su rostro tan cerca, podía besarla, pero sería un error si ella no siente lo mismo que yo. Pude sentir como se ponía nerviosa y dejé caer mis manos en mis muslos bajando la mirada.

— ¿Sucede algo Jul? — preguntó Ellie con la mirada preocupada.

— Bueno, yo... yo quería decirte algo. — dije, nerviosa.

— Me estás preocupando, Julie. ¿Qué sucede? — dijo Ellie agarrando mis manos.

— Estoy sintiendo algo por alguien. — dije mirándola.

— ¿Conozco al chico? — preguntó Ellie.

Ni Ellie, ni mis padres sabían que me gustaban las mujeres y  solamente mis hermanos sabían sobre mi sexualidad, era bastante frustrante ocultarle esto a ella, he intentado decírselo, pero siempre ocurre algo en ese momento.

— No es un chico. — susurré bajando la mirada.

— Es una chica. — dijo, levantando mi rostro y yo asentí. — ¿Te gustan las chicas, Julie? — preguntó Ellie y yo volví asentir. — ¿Por qué no me lo habías dicho?

—  No era tan fácil, lo intenté, te lo juro, pero siempre ocurría algo en esos momentos. — dije con una mirada triste.

— Julie, yo...eh... bueno, a mí...— decía Ellie nerviosa. — Sé lo difícil que es decirlo, créeme.

Me quede mirando perpleja a Ellie por lo que estaba diciendo, no podía creer lo que me estaba tratando de decir.

— ¿También te gustan las chicas? — pregunté, perpleja.

— Bueno, sí. Pero también me gustan los chicos, soy bisexual. — dijo Ellie ladeando la cabeza un poco. — En realidad me gustan más las chicas que los hombres.

— ¡No puedo creerlo! Y yo asustada por lo que ibas a pensar. — dije riendo sutilmente. — ¿Tus padres lo saben? — pregunté.

— No lo saben, he intentado decírselos, pero no he podido. — Dijo Ellie jugando con el vaso — De seguro me mandan a una casa con puros hombres para que se me olviden de que me gustan las chicas.

— No permitiré eso. —dije, seria. — Te quería decir que me gustas mucho Ellie, desde hace un año estoy enamorada de ti. — dije, mirándola. Vi cómo iba a decir algo y le puse un dedo en la boca. — Por favor, déjame terminar. — dije, y Ellie asintió. — Desde que estudiamos juntas siempre me has llamado la atención, por eso siempre te digo lo hermosa que eres o me quedo mirándote, he soñado tantas veces que te beso y despierto junto a ti. — dije, suspirando. — Pero, cuando despierto, realmente tú no estás junto a mí, no sé qué dirás, temo por lo que vayas a decir, pero ya no aguanto estar ocultando lo que siento. Estoy enamorada de ti, mi querida Ellie. — finalicé.

En cuanto terminé, Ellie se quedó callada y vi cómo se lanzaba hacia mí, besándome. Me tomó unos segundos reaccionar, cerré mis ojos y me dejé llevar. Sentir sus labios contra los míos era mejor de lo que imaginaba. Si antes sus amaba sus ojos más que nada, ahora amo sus labios más que eso.



Hola :3 ¿Como están? 

Espero que les guste el comienzo de esta historia, le he dedicado mucho y espero que la disfruten  

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Mi primer y único amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora