CAPÍTULO 33

10 2 0
                                    

Los días pasaban rápidos y ni si quiera nos habíamos percatado de que habían pasado dos semanas desde que habíamos llegado. Hoy ya era veintiséis de julio, eran las cuatro de la tarde y no paraba de llover desde que amaneció. Todos estábamos en nuestras habitaciones, ya que anoche nos dormimos tarde después de una fiesta a la que fuimos un rato.

Ellie estaba dormida profundamente pero podía notar que aún le cuesta respirar, habíamos discutimos varias veces porque le insistía en que llamáramos a Carmen  y ella me amenazaba que si lo hacía no me hablaría. Ella se la ha pasado molesta conmigo desde entonces. Lleva dos días sin decirme más de dos palabras en todo el día.

Ya me estaba comenzando a frustrar cada ves que me ignoraba o simplemente seguía de largo. Me pare de la cama decidida hacer una llamada. Agarre mi celular y fui al  baño arreglarme para luego bajar a la sala. Cuando baje los muchachos estaban en el patio metidos en la piscina, sin importar que estuviera lloviendo.

—¿Disfrutan de la lluvia chicos? —Les pregunté apoyada del marco de la puerta.

—Pero si es mi hermosa princesa —grito Alejandro con una sonrisa desde el borde de la piscina. Rodee los ojos.

—¿Qué haces con esa pijama puesta Jul? —Pregunto Estefan desde atrás de mi, gire a verlo y sonreí.

—Pero que apuesto estas — dije mirando su short corto plateado — yo quiero un short brillante como ese —bromee y el me miró mal.

—No te burles Guzmán —me miró amenazador y eleve mis manos en zona de paz. — Y es en serio, ¿Qué haces con esa pijama? No vinimos a dormir, vinimos a disfrutar.

—Es que recién es que me levanto de la cama primo —lo mire haciendo un mohín y el me dio un beso en la mejilla.

—Ve a cambiarte y trae tu trasero de nuevo aquí abajo — me ordeno y  le hizo un saludo militar sonriendo.

—Si mi capitán —me burle y el negó riendo.

—No te tardes Jul— grito desde afuera de la casa.

Volví a subir a la habitación y Ellie aún seguía durmiendo. Me quedé unos minutos viéndola, tenía la sábana movida por lo que podía ver su cuerpo. Había adelgazado estos últimos días, no estaba comiendo casi y eso me preocupaba. Solté un suspiro— llamaré a Carmen así sea lo último que haga y ella me deje de hablar—  Me cambié de ropa a un traje de baño negro completo. Subí el cierre que tenía al frente hasta la mitad de mis pechos.
Solté mi cabellos, me deje mis sandalias. Me quedé pensando en si levantar a Ellie para que  bajara a comer algo pero en ese instante se dio media vuelta y se cubrió completa con la sábana. Agarre la toalla, mi celular y salí de la habitación. Iba pensativa bajando las  escaleras y el sonido del timbre de la casa me volvió a traerme en si. Me mire y me cubrí con el paño, por si fuera algún vecino o alguna persona que no conociera.

Abrí la puerta y vi a Jackson con una sonrisa en su rostro, le sonreí y le hice un gesto para que entrara.

—Hola nena ¿Cómo estás? — Me pregunto abrazándome.
—Hola Jack — dije cerrando la puerta — Bien ¿y tú? — le dije sin muchos ánimos y el me miro dudoso. Me tomo el mentón e hizo que lo viera.

—Tu no estás bien Jul. Te conozco mejor que nadie y lo sabes — hablaba seguro y solté un suspira resignada.

—Para que te miento —solté finalmente bajando la mirada y el me envolvió en sus brazos.

—¿Es Ellie no es así? — me pregunto separándose un poco de mi. Asentí —¿Aún sigue estando mal?

—Si, y lo peor de todo es que sigue necia de que llame a su madre — dije disgustada — Jack, no se que hacer. Te juro que no se que hacer. Me provoca agarrarla subirla al Jeep y manejar hasta caracas para que su mamá la chequee y me diga que es lo que tiene.

Mi primer y único amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora