EllieLos doctores ayer pasaron todo el día haciéndome exámenes y yo cada vez me sentía peor. Ningún medicamento me hacia efecto o al menos así yo lo sentía, mi mamá decía que tenía que tener paciencia y dejar que hicieran su efecto. Pero ya me estaba agotando físicamente, me había entrado una extraña sensación esta mañana al despertar, es como si supieras que tu cuerpo ya no sufrirás más.
No sabía si Jul había venido ayer a verme porque no permitieron dejar pasar a nadie, por la situación en la que me encontraba. Estaba muy débil y solo quería dormir por efecto de los calmantes, que al parecer era el único que hacía efecto para el dolor en el pecho. Mi papá no se despegaba ni un segundo de mi lado, atendía sus llamadas y trataba de no estresarse por problemas en el bufete.
—Carolina por favor, estoy en el hospital con mi hija— decía a cada rato mi papá hablando con su secretaria — Pues dile a Carlos que se vaya a la mierda, mi hija es más importante, se que hoy es el juicio final pero no tengo cabeza para eso— caminaba de un lado a otro por toda la habitación y pasaba sus manos por su cabello suspirando — Por favor Carolina, habla con el por favor ¿cuántos abogados hay en el bufete? ¿Uno solo? No verdad.
》 Solo te pido que lo aplace unos días, solo unos días —guardo silencio y me miró, estire mi mano para que la tomara — ¿Qué dijo Carolina? — Miro su reloj, un par de horas, de acuerdo, estaré ahí a las cuatro entonces— colgó.
—No debiste aplazar tu caso papá, estoy bien puedes irte. Hay mu has enfermeras cuidando de mi —le dije mirándolo y él beso mi frente.—Podrán haber quinientas enfermeras cariño, pero siempre, escucha muy bien, siempre querré cuidarte yo junto a tu madre — dijo mi papá dulcemente. Le dediqué una sonrisa débilmente.
—Te amo papá, gracias por tanto amor que me has dado y ser ten comprensivo conmigo — dije con cierta dificultad al respirar— gracias por siempre apoyarme.
—Eres mi hija, siempre estaré para ti, en las buenas, en las malas, en tus locuras que a veces nos saca canas —dijo riendo sutilmente — pero siempre estaré para ti, te amo más que mi vida y sin ti, sin tu madre, yo no soy nada. Solo sería un hombre moribundo con un cargo que mandaría a volar con mucha facilidad.
Mis ojos se pusieron llorosos, no quería dejarlos pero ya no tenía fuerzas para luchar. La puerta se abrió y entró Julie, Sebas y mi mamá. El corazón se me agitó al verla, es irónico estar de nuevo en un hospital, pero esta vez la que esta en cama soy yo. Y ella está ahí, tan fuerte, tan hermosa y tan frágil al mismo tiempo.
—¿Se puede? —pregunto Julie en la puerta.
—Adelante hija, pasa — dijo mi papá sentándose en la silla al lado de mi cama.
—Hola Germán, hola hermosa — dijo Dulcemente Jul. Sus ojeras habían desaparecido y el agotamiento ya no se notaba en su rostro.
—Hola Jul — sonreí al verla y miré a Sebas a su lado — hola Sebas.
—¿Cómo te sientes hija? —Pregunto mi mamá chequeando las medicinas que se acabaron.—Un poco débil y siento como si tuviera una tonelada de arena en el pecho, la verdad es que me cuesta mucho respirar mamá — dije con dificultad.
Aún así no apartaba la mirada de Jul.La amaba tanto, desearía poder vivir y estar con ella toda una vida, una donde podamos hacer más cosas. Saltar de acantilados en alguna playa de México, Italia de algún otro país que soñábamos con ir juntas. Pero presiento que nada de eso podrá ser posible, al menos por mi parte no podrá ser posible. Mi mamá terminó de colocarme las otras medicinas que me tocaban y beso mi frente.
—Debo atender a una mujer que esta apunto de dar a luz, así que cualquier cosa ya sabes donde apretar para llamar a las enfermeras cariño — dijo mirándome dulce, para luego mirar a mi padre— ¿te quedarás amor? — Le pregunto y el negó.
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Mi primer y único amor
Teen FictionTe quería decir que me gustas mucho Ellie, desde hace un año estoy enamorada de ti.- dije, mirándola. Vi cómo iba a decir algo y le puse un dedo en la boca. -Por favor, déjame terminar. -dije y Ellie asintió. -Desde que estudiamos juntas siempre...