27: Fin del juego

7.1K 575 432
                                    

Le costó dar el paso e ir a ver a su suegro tras el nacimiento de Owen, pero después de aquella primera vez, era cosa de fin de semana. Siempre decía que tenía una noche con los compañeros de trabajo, pero nada más lejos de la realidad: iba a Beacon Hills a ver a Derek.

Le sabía a poco pasar esas horas con su suegro, pero al menos le daba fuerzas para seguir con su rutina. Un cambio de aires. Era adicto a aquella relación fuera de su noviazgo, no podía evitarlo, y había dejado de sentirse mal por escaparse para ser follado por Derek.


Es más, se sentía mal haciéndolo con Lily, que era su pareja realmente.

Aquella tarde, la chica había conseguido una entrevista con una importante empresa en un pueblo a una hora de allí, así que Stiles le había deseado la mejor de las suertes y se había quedado con Owen. Le había dado de comer y lo había dormido, quedándose en el salón viendo la tele, aburrido.


Le había mandado un par de Whatsapps a su suegro pero no había recibido respuesta, por lo que torció el gesto y lo dejó a un lado. A los diez minutos llamaron al timbre, con lo que fue a abrir pensando que sería algún vecino molesto.

Pero nada más lejos de la realidad, se trataba de Derek.


-¿Qué haces aquí? -preguntó Stiles dejándolo pasar.

-Me llamó Lily antes de salir diciendo que tenía una entrevista y que cenaría por el camino, así que estaría bastante rato fuera. Y yo no tenía otra cosa mejor que hacer -comentó tirando de él y besándolo con rudeza. Stiles jadeó.

-Me parece bien.


Lo empujó hasta el cuarto que compartía con Lily, tirándolo en la cama y colocándose encima de él. Lo besó con vehemencia y casi me arrancó la camiseta, dejándole chupetones por el pecho. Stiles los odiaba pero en ese momento le daban igual: aquel gesto, el ir a verlo aunque fuera por un rato, lo tenía anestesiado. Totalmente conquistado.

Derek le dio la vuelta sin cuidado, ganándose una exclamación de sorpresa. Apretó las nalgas de Stiles sin cuidado, bajándose los pantalones y la ropa interior, mojando con saliva su entrada ante la falta de lubricante.


Iba a doler, lo presentía, pero tampoco era remilgado y le gustaba que doliera un poco, así se acordaría de que su suegro vino a follárselo y se fue con las mismas.

Efectivamente, un agudo dolor lo atravesó en dos cuando Derek empezó a metérsela. Apretó los puños sobre la colcha, quejándose de la molestia, pero su suegro le chistó mientras se perdía en él.


Con todo su cuerpo pegado al de Stiles, comenzó a mover la pelvis, clavándose hondo en él, rozando cada uno de los pliegues sin cuidado, buscando el placer que ambos cuerpos deseaban.

El roce de la cama con el miembro de Stiles hizo que se corriera sobre la colcha, soltando un sollozo del placer adolorido que sentía.


Sintió que Derek se corría en su interior, notando cómo se tensaba, gruñendo en su mejilla y dejando un beso en ésta, saliendo de él y poniéndose de pie.

Se subió la ropa interior y los pantalones, viendo cómo Stiles intentaba respirar con normalidad y sacar fuerzas para levantarse.

Fue entonces cuando oyó la puerta. El castaño pareció no haberla escuchado, pero Derek se dio cuenta además que su nieto estaba llorando en la habitación de al lado.


-Levanta, coño -susurró pasándose las manos por el pelo, oyendo la voz de Lily llamar a Stiles sin obtener respuesta.


El otro pareció reaccionar segundos después, comenzando a buscar sus bóxers, y justo se los acababa de poner cuando abrió la puerta su novia.


-¿Dónde estabas? Owen no para de... -Entonces se puso a procesar la imagen ante sus ojos.


Su padre estaba parado en medio de la habitación, y Stiles estaba en ropa interior, rojo de la vergüenza y con marcas que claramente eran chupetones. Lily boqueó unos segundos y luego miró a Derek.


-Mamá tenía razón -gruñó con rabia-. Eres un capullo. -La escena no mejoró cuando Stiles notó que el semen se escurría por la cara interior del muslo. Lily se dio cuenta de aquel hecho y apretó los dientes.

-Lily...

-Ni se te ocurra hablarme. -La chica cerró de un portazo, y oyeron pasos apresurados por el piso.

-Joder... -siseó Stiles terminándose de vestir.

-Ha llegado antes de lo previsto -musitó Derek pasándose una mano por la cara.

-Voy a hablar con ella.


Salió de la habitación seguido de su suegro, yendo a la cocina, donde estaba Lily bebiendo a morro de una botella de ginebra.


-Sedme sinceros, ¿desde cuándo pasa esto? Porque no creo que sea cosa de hoy -espetó ella volviendo a darle un trago. Los otros dos se miraron.

-Lily...

-¡CONTESTADME!

-Desde que pasamos aquel primer fin de semana en su casa -murmuró Stiles con la vista gacha. La chica soltó una risa incrédula.

-Simplemente genial, Owen es hijo mío y de un marica. Todos los hombres de mi vida son unos jodidos depravados y desviados.

-No quería que esto pasara, Lily... -empezó a decir Stiles.

-¿Que yo me enterara o acostarte con mi padre?

-Lily... -dijo Derek, y ella lo señaló con un dedo acusatorio.

-Tú cállate. Sabiendo que Stiles me hacía feliz no lo soportabas y querías arrebatármelo.


Soltó la botella de un golpe en la encimera, rompiéndola y armando una confusión que cuando se aclaró, vieron que Lily llevaba un arma en la mano. La pistola que escondían en la cocina por si alguna vez la necesitaban.

Ambos levantaron las manos, pero la pistola apuntaba a su padre, a la cabeza. Y Owen seguía llorando desconsoladamente desde el cuarto.


-Lily... -susurró Derek, contemplando los ojos llorosos de su hija.

-Mamá estará contenta de que por fin acabe con el cáncer que eres.


Disparó la pistola, pero en las milésimas de segundo que tardaba el proyectil en impactar, alguien se interpuso. Y fue el que recibió la bala.

Stiles cayó cuán largo era en el suelo de la cocina, con un disparo en la cabeza que acabó con su vida a los pies de Derek. Lily se tapó la boca con las manos, mientras que Derek contemplaba los ojos marrones sin vida del chico.


-Coge a Owen y sal de aquí -musitó Derek. Al ver que Lily no se movía, la miró con dureza-. ¡VAMOS!


La chica corrió a por su hijo, y momentos después pegó un portazo saliendo del piso. Derek cogió la pistola y sacó su teléfono móvil.


-Llamo porque se ha cometido un asesinato en el piso de mi hija -explicó en voz baja-. He matado a su novio.


---


En breves cuelgo el epílogo, que será bastante corto.

Daddy-in-law (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora