Capítulo 1: El día que te conocí

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En una mañana soleada, una joven de preparatoria está terminando de alistarse para asistir a su escuela, mirándose frente al espejo acomodaba su peinado haciéndole una cola a su cabello rubio con un listón color azul marino, luego mirándose de pies a cabeza, checaba que todo se viera como se debe; uniforme bien planchado y sin manchas, el peinado bien hecho, zapatos brillantes de color negro y por último, una gran sonrisa que a ella le gustaba ofrecer a todo el mundo porque como ella dice, "Una gran sonrisa sirve para alegrar tu día y el de los demás". Revisó su mochila para confirmar que todo lo que iba a utilizar estuviera dentro.
– ¡Vaya!, no había visto la hora, será mejor que me dé prisa o llegare tarde y Chris se enojara conmigo, aunque bueno, él siempre es el que llega tarde –. Se colgó la mochila en su espalda y salió de la casa tan rápido que se le olvido despedirse de su madre quien tenía el almuerzo de ella para la escuela el cual no se llevó por la prisa de llegar a la escuela.

Afuera de la escuela estaba un joven el cual llevaba su uniforme un poco arrugado y con cabello alborotado, su mochila la tenía en el piso como si no quisiera llevarla, ese joven se notaba con mucho sueño o quizás era aburrimiento y aun siendo la hora de entrar, él seguía afuera sin hacer absolutamente nada hasta que escucho un voz gritando a lo lejos.
–Chriiiiiiis–. Decía la joven mientras corría hacia él alzando la mano para saludarlo.
–Vaya, Alice, y creí que era yo al que siempre se le hacía tarde –. Se acercó a ella y comenzó a darle palmadas en la cabeza como gesto burla y cariño de la llegada de ella.
– ¿Que tiene que yo haya llegado tarde?, ¿Por qué sigues tú afuera? Es para que ya estuvieras adentro-. Alice aun haciendo su berrinche y regañándolo, lo tomo de la mano y juntos se fueron caminando al salón donde tenían su clase.

La maestra estaba contándoles a sus alumnos sobre los temperamentos de las personas, cuando de repente incurren en la clase Alice y Chris los cuales solo se quedaron viendo a la maestra a los ojos sin decir nada.
–Si tienen un buen motivo el cual explique este retraso que tienen para llegar a mi clase, será mejor que lo expliquen de una buena vez o retírense en el acto –. La maestra parecía tener una mirada fría que no mostraba nada de compasión y que solo quería continuar con su clase.
Alice estaba totalmente congelada por el miedo que sintió al ver a la maestra molesta con ellos dos.
–Discúlpenos maestra, a Alice y a mí se nos hizo tarde porque de camino a acá pasamos por un parque fantástico y nos quedamos disfrutando la vista que perdimos la noción del tiempo –. A Chris le comenzaron a temblar un poco las piernas por temor a que descubriera que mentía. "Ella puede ser dura, pero le encantan las cosas que tienen que ver con el romance talvez nos perdone". Pensó él.

La maestra, mientras jugueteaba con una pluma que tenía en sus manos, se quedó pensando unos segundos. Después dijo:
–Debe tratarse de ese nuevo parque que abrieron hace unos días, la verdad si es hermoso, lo recomiendo bastante a los que aún no lo han visitado –. Volteo a verlos nuevamente y les señalo que se sentaran. –Tomen asiento, y que sea la última vez –. Acto seguido los dos se sentaron en sus respectivos asientos y sacar sus libretas para comenzar a tomar los apuntes de la clase.

Pasaron las clases y todos comenzaron a recoger sus cosas para irse a sus casas, Chris, como siempre, se lo tomo con calma, pues no tenía prisa de llegar a su casa y tenía a Alice a su lado apresurándolo para salir más rápido.
–Vamos Chris, ¿Siempre tienes que ser tan lento?
–Vaya, ¿Cuál es la prisa?
Tras un leve suspiro, Alice miró a Chris de manera muy decepcionada. –Parece que lo has olvidado nuevamente.

Antes de que Chris pudiera responder, detrás de él se pusieron tres chicos, dos de ellos eran delgados y apenas llegaban a medir lo mismo que Chris, sin embargo, el tercero de ellos que se encontraba entre los otros dos era más alto y robusto. El nombre de este sujeto es Mike, el típico abusón de la clase.
–Miren nada más lo que tenemos frente a nosotros chicos, la gran pareja de ñoños.
–A ti eso no te incumbe, es hora de irnos Alice–. Chris se colocó su mochila en la espalda y comenzó a caminar a la puerta cuando Mike lo sujeto del hombro.
– ¿Cuál es tu prisa, enano?
–Ninguna.
–Entonces, ¿Por qué no jugamos un rato? –. Mike hizo girar a la fuerza a Chris para que lo viera de frente, cerrando su puño y entre risas de él y sus colegas, se prepara para soltar un golpe directo a la cara de su víctima, sin embargo, antes de poder darlo, sintió un golpe muy fuerte en la mejilla derecha que lo dejo fuera de combate durante unos segundos, había sido Alice que, en momento de valentía, soltó el primer golpe.
–Deja a Chris, él no te ha hecho nada, yo sí, vamos, lucha conmigo ¿O tienes miedo? –. Alice se notaba muy enfurecida que infligió miedo a los otros acompañantes de Mike.
–Por Dios, nunca golpearía a una chica–. Sobándose donde había recibido el golpe se dirigió a la puerta siendo seguido por su compañía y en la puerta se detuvo para voltear a ver a Chris con una mira la cual intentaba causar miedo e intimidarlo. –No siempre tendrás a tu noviecita que siempre te ha estado protegiendo, un día de estos estarás vulnerable y no dudare en atacarte.

Al escuchar esas palabras, a Chris le llegaron muchos recuerdos a su mente. Cuando recién entro a secundaria, no tenía ni un solo amigo y casi no hablaba, y un día un niño más grande que él, lo amenazo con golpearlo habiendo salido de clases solo porque había rechazado el hacerle la tarea, "Y fue ahí cuando ella apareció", pensó al recordar que, en ese momento, una niña llego con un gran palo que se había encontrado en el suelo y persiguió al chico que le quería pegar, salvándolo de él. La niña se ausento unos días y no fue a la escuela ya que había sido suspendida por agresión, pero cuando volvió y al observar al chico que en aquel momento estaba indefenso, corrió hacia él y le dio un fuerte abrazo susurrándole "Me alegra verte bien". Fueron pasando los días y el abusivo nunca volvió a molestar al pobre chico y si lo intentaba, aquella niña siempre aparecía en su defensa. Ellos dos se volvieron más unidos con el tiempo comenzaron a salir más seguido a lugares como plazas y parques de diversiones y al final del año escolar, el niño le declara su amor a la niña y ella acepta con una gran alegría que no podía contener que en ese mismo instante en el que acepto se acercó a él para robarle su primer beso y comenzar a escribir su larga historia de amor.

– ¿Estas bien Chris? –. Alice se sentía muy preocupada por él
–Claro, todo gracias a ti.
–Recuerda aquella promesa que te hice hace algunos años.
–"Siempre estaré cuidando de ti hasta el final", como podría olvidar esa promesa.
A Alice se le salieron unas cuantas lágrimas por la alegría y nostalgia que sentía en ese momento, y Chris la abrazó muy fuerte.
–Es hora de que vayas a tu casa y te pongas la ropa más elegante que tengas, hoy cenaremos en el restaurante más lujoso de la ciudad, todo sea por celebrar ya nuestros cinco años juntos.
Limpiándose las lágrimas, Alice miro a su novio a los ojos y le dio una dulce y muy cálida sonrisa. –Nos vemos a las siete, Chris.

La Cámara de los CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora