La Cámara de los Condenados

Capítulo 17: Entre los suburbios

"El miedo nunca ha sido malo", pensaba un joven adulto mientras caminaba por la ciudad esa callada noche, "El miedo puede llegar a mostrarnos lo débil que somos, y no es malo ser débil, pues una vez la reconozcamos, podemos volvernos más fuertes de lo que pudimos habernos imaginado. Y yo ahora tengo que afrontar los míos hablando con una persona."

La noche llego y justo en la cena en la cual, la madre de Chris, había invitado a sus amigos a quedarse, ellos no pudieron negarse con tan amable invitación. Al acabar, sus amigos se retiraron a sus respectivas casas y Chris subió a su cuarto. Esa noche no podía dormir.

Mientras la noche avanzaba, Chris miraba su techo, o caminaba en círculo por su cuarto. La preocupación sobre el gran caos que podría generar Axel, el no saber cómo detenerlo, y el no saber que pasara si Axel gana, era lo que no lo dejaba dormir, "¿Qué se supone que deba hacer?", era lo que se cuestionaba una y otra vez, "supongo que tendré que salir", fue lo último que pensó antes de salir a escondidas de la casa.

Caminar siempre lo ayudaba a pensar mejor, ya que veía al mundo en movimiento y eso hacía que sus ideas también se movieran. Faltaba poco para la medianoche y eso era otro punto a favor para él, ya que la noche siempre le ha gustado, tal vez sea por el aire fresco o porque no había un sol que le molestara en los ojos, también muy probable por la falta de gente y los espectaculares paisajes nocturnos que creaban las luces de la ciudad, más de las plazas y parques pues, aunque a algunos se les haga una escena de terror, para él era una vista tranquila y muy bella, pero esta vez no paso por ninguno, decidió enfocarse en caminar por la ciudad, "tal vez alguna de todas estas luces me iluminé y me muestre alguna forma de acabar con todo esto". Seguía su camino sin rumbo esperando que, en algún momento, la respuesta le llegara como si de un milagro se tratase.

Era raro ver pasar camiones a esas horas de la noche, sin embargo, una compañía de autotransportes tenía mucha demanda, tuvieron que tener camiones en movimiento a esas horas. Solo tres camiones partieron esa noche, todos con al menos 60 personas en cada uno, y cada uno con destinos diferentes. El camión con el número de serie A3075 y con dirección a Oklahoma, tuvo que tomar un desvió pues parte de la carretera principal estaba en mantenimiento y estaría cerrada por al menos tres días más, la desviación no fue mucha, a lo mucho le sumaria 10 o 15 minutos más al tiempo estimado del recorrido en circunstancias normales. Los pasajeros eran variados, desde niños hasta adultos ya de la tercera edad, algunos dormidos, otros en el celular o laptop y por ultimo otros pocos leyendo con la luz personal con la que contaba el camión, todos parecían ir muy relajados.

Por otro lado, es normal ver camiones de carga los cuales llevan grandes mercancías de un lado a otro a esas horas. Las empresas piden que la mercancía se les sea entregada desde muy temprano, incluso aunque el sol todavía no muestre sus primeros rayos, ya que las necesitan antes de abrir para poder surtir todo lo que necesitan y los demás empleados que también están desde temprano para comenzar con el acomodo. Sin embargo, hay cierta probabilidad de que un camión de carga, el cual llevaba unos sillones para una mueblería, no llegue puntualmente.

El camión que tuvo que tomar el desvió tuvo un pequeño accidente, se le paso el momento en el que tenía que dar vuelta a la derecha y continuo recto, llegando a un semáforo el cual estaba en rojo. La calle se sentía muy sola, el camión era el único que estaba ahí, como si todas las personas hubieran desaparecido salvo las que estaban dentro del vehículo. El semáforo cambio y el camión comenzó a acelerar. El camionero con rumbo a la mueblería venía algo rápido, se encontraba también algo adormecido por unas pastillas que tuvo que tomar antes de salir, su vista aun funcionaba, pero su mente se notaba algo distraída, fuera de este mundo, tanto así que no pudo observar el semáforo cuando cambio a rojo, y cuando por fin reacciono, ya era tarde, tenía un gran camión enfrente el cual era imposible esquivar, solo se escuchó el grito de los choferes de ambos vehículos, ya que los pasajeros del camión no sabían con qué cruel destino se habían enfrentado.