Capítulo 16: El segundo encuentro

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No se supo que había despertado a Chris, si la intensa lluvia que caía sobre él, o el fuerte sonido que hacían los truenos a lo lejos, a fin de cuentas logro ponerse de pie sin saber dónde estaba. No había nada a su alrededor, este fue punto clave para saber dónde estaba, todo lo que veía eran nubes negras en el cielo las cuales no paraban esa incesante lluvia, y uno que otro rayo que se podía observar a lo lejos de la nada. Aun entre el ruido de la tormenta, se lograban apreciar dos voces, las cuales parecían estar discutiendo.

–Ya te dije que no tengo algo por el cual disculparme.
–Aun así, tenemos que, es decir, lo trajimos sin antes pedir su opinión o avisarle.
–Eso es lo que menos me importa, además dudo que a él le importe.
–Le importe o no, disculparse es lo correcto.
–Discúlpate tú si quieres, yo no tengo razón para pedir disculpas.
Chris no quería entrometerse, pero dedujo la razón por la cual había llegado de nuevo a ese lugar, pero prefirió reservarse cualquier comentario y preguntar mejor por ello. Como aún no se habían dado cuenta de que ya estaba ahí, Chris decidió intervenir su discusión.
–Ángel, Demonio, ¿Son ustedes?
–Claro que somos nosotros Chris, solo nosotros podemos llamarte a este lugar.
– ¿Para qué me han traído de regreso, Ángel? ¿Acaso hice algo mal?
–Antes Chris, deja que nos disculpemos por haberte traído a este lugar sin antes haberte avisado.

La voz demoniaca rápido se interpuso.
–Yo no lamento nada, al contrario, Christopher, fue divertido matarte.
Ese comentario causo un leve Shock en Chris.
– ¿Matarme?
–Tranquilo joven– La voz angelical trato de tranquilizarlo. –Es la única manera de traerte a este lugar, pero te devolveremos, tu tranquilo Chris.
Las palabras de la voz angelical calmaron a Chris, aunque lo más probable es que fuera su voz.
–Pero no te hemos traído solo por gusto Christopher–. Comento la voz demoniaca la cual se notaba un tanto desesperada. –Tenemos algo importante de lo cual charlar un poco.
–Se bien de lo que quieren hablarme Demonio, sobre ese poder que active accidentalmente, ¿Verdad?
–Eres más inteligente de lo que pensé Christopher.
La voz angelical le susurro algo a la voz demoniaca que Chris no logro apreciar.
–Como quieras, a mi simplemente me da igual quien sea el que hable.
–Bien–. Tomo la palabra la voz angelical. –Ese poder que obtuviste en aquel momento, es una parte extra de nuestro contrato, si tu derramas una lagrima en la parte trasera de tu palma izquierda, lograras activar una velocidad mayor a la que posees ahora, el lado bueno, es que no solo físicamente eres más veloz, sino que tu mente avanzara más rápido y lograras pensar infinidad de cosas en cuestión de segundos.


–En cambio–. La voz demoniaca se interpuso apenas terminara de hablar la otra voz. –Como ya pudiste probar, si clavas un cuchillo o algún otro objeto filoso en tu palma derecha, podrás tener una gran fuerza, pero no solo eso, tu piel se vuelve como el acero, demasiado resistente.

Entender el funcionamiento de esos poderes fue algo fácil de comprender para Chris, aunque solo había una duda en él.
– Pero, ¿Por qué la necesidad de este poder? Entiendo bien que me han salvado de una grande, pero según entendí es algo extra de ustedes, ¿Por qué implementarlo?
La voz angelical decidió responderle contando una historia:
–Hace miles de años, cuando el primer humano logro hacer nuestro ritual, todo salió normal, incluso fue visto algo así como entidad divina por su población y tuvo una buena vida. Lástima que la segunda persona que lo hizo hace dos milenios no tuvo la misma suerte, fue acusado de brujería y lo intentaban asesinar, fue ahí cuando decidimos darles un poco más de poder, obviamente no tendrían ese poder extra sin pagar antes por él, así que cuando el segundo obtuvo este nuevo poder logro sobrevivir a todos sus atacantes y huir para tener una mejor vida en otro lugar. El tercero que llego hace un milenio atrás, cuando nos vimos por primera vez, decidimos contarle a cerca de estos poderes extras por si los llegara a necesitar los usara, pero les dio un mal uso y rompió las reglas. Por último, hace cinco siglos llevo la cuarta, una bella joven con un corazón enorme, le decidimos explicar nuevamente este poder extra y ella nunca los uso, salvo para una última acción noble, la cual termino en su terrible final. Y ahora has llegado tú, no te lo quisimos contar porque no lo vimos necesario en su momento, sin embargo, lo descubriste tu solo, realmente eres un joven extraordinario.
–Pero hay una cosa más que debes saber Christopher– Agrego la voz demoniaca rápidamente. –Con estos poderes hay una sola regla, no importa si los usas para bien o para mal, nunca las actives las dos al mismo tiempo, serás sentenciado a un gran castigo si rompes esta regla.

Permaneciendo calmado y habiendo captado todas las instrucciones, Chris solo dijo una cosa:
– ¿Algo más que deba saber?
–Si Chris, y tiene que ver con ese conocido tuyo, Axel.
La tranquilidad de Chris se desvaneció. Sintió como un escalofrió le recorrió todo el cuerpo, sabía que lo que le iban a comentar, no iba a ser nada bueno.
– ¿Qué tiene que ver Axel en todo esto?
–Mira Chris–. Hablo la voz angelical seguido de la voz demoniaca. –Axel, está tratando de adquirir un poder demasiado grande, un poder que lo convertiría en un Dios y nada lo podrá detener una vez él adquiera tan magnifico poder.
–Pero no solo eso, ese tipo apenas consiga ese poder, vendrá tras nosotros, nos matara, es la única forma en la que podrá tener aún más poder y romper el delgado hilo entre la vida y la muerte.
Chris se sentía ligeramente confundido pero aun así lograba entender un poco lo que pasaba.
–Eso significa, que, me están pidiendo ayuda, ¿Verdad?
–Así es Chris, te lo explicare de una forma más sencilla. Estamos en la Cámara de los Condenados, y elegimos vivir por lo que es tú deber salvarnos, claro que, si lo logras, estaremos en deuda y si no lo logras, al menos lo intentaste.
–Y ahora qué sabes esto Christopher, es tu deber detener a Axel, claro está que debes tener cuidado en no romper ni una regla de las que te hemos puesto hasta ahora, debes ser un chico listo, sabrás como ingeniártelas.

Hubo un ligero silencio donde no se escuchaba más que la tormenta.
–De acuerdo, buscare como arreglar todo esto.
–Contamos contigo Chris... Por ahora solo te devolveremos a tu mundo, cierra los ojos.

Cuando sus ojos quedaron en la oscuridad por haberlos cerrado, sus oídos dejaron de escuchar ruido alguno, eso no duro mucho tiempo, solo un par segundos. Lo primero que podía escuchar era una voz masculina decir: Su pulso, ha vuelto, siento su pulso nuevamente.
Al abrir los ojos observo la cara de Adrián ya que la mitad de su cuerpo estaba recostado en las piernas de él, la otra mitad estaba sobre Emma. Los noto muy felices a todos, incluso algunos con lágrimas en sus ojos, Liz, como casi siempre, fue la primera en hablar.
– ¡Por Dios, Chris! Vaya susto que nos has metido, pensamos, que realmente te nos habías ido.
– ¿A qué te refieres? No entiendo bien lo que paso.
–Te explico–. Dijo James quien nuevamente iba al volante. –Cuando paso toda esa locura de los lobos y entramos en la camioneta, te dio un infarto, pensamos que era por lo que había pasado y solo te desmallaste, pero Adrián no sintió tu pulso y... supusimos lo peor.
–Ya veo... Eso fue lo que paso entonces.
Darién tomó la palabra seguido de Adrián y Emma.
–No sabíamos que hacer, realmente esto era algo que no nos esperábamos.
–Hasta que a mí se me ocurrió de primero llevarte al hospital, si realmente eso había pasado, si no tenía arreglo al menos lo pudieron haber declarado oficial.
–No es momento para bromas Adrián, realmente nos diste un buen susto, y nos alegra saber que aun sigues con nosotros.
Chris se sentía algo mal por el horror que les debió haber causado toda esa situación accidental, "tal vez sea lo mejor explicarles todo lo que paso, merecen saber la verdad", pensó Chris.
–Amigos, esto que acaba de pasar...
–No necesitas decirnos nada–. Liz lo interrumpió. –Ya nos explicaras después, por ahora solo deberíamos preocuparnos por llegar bien a casa y descansar.
Liz y todos tenían una cálida sonrisa en la cara por lo que Chris también decidió sonreír y disfrutar un cómodo y calmado regreso a casa.

A la mañana siguiente, todos los amigos y de Chris fueron a su casa, como no había nadie, aprovecho la situación para contarles todo acerca de ese ritual extraño en el que se vio involucrado, ese extraño poder que manifestó en la cueva y, sobre todo, les hablo sobre la Cámara de los Condenados y al lugar que fue cuando tuvo ese infarto que, como le explico, solo fue una llamada de emergencia. Como era de esperarse, no podían creer todo así de golpe, pero después de recordar aquella experiencia en la cueva, era mucho más fácil creer y confiar en Chris.

La Cámara de los CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora