La Caja Misteriosa en la Biblioteca (En Modo Corrección).

Capítulo XII

"Estoy despierto ¿Lo estaré realmente? No puedo moverme, ni hablar pero, si puedo ver, estoy viendo ¿Habré muerto? No lo creo. Puedo escuchar pasos, murmuraciones, una especie de sonido rítmico o más bien acompansado. Estoy en una habitación de paredes blancas, el techo también es blanco aunque un poco oscuro. Sin temor a equivocarme y viendo que estoy acostado, creo que estoy en in hospital. "  piensa Tomás que sigue sin darse cuenta de lo grave de su predicamento clínico.

La sensación de quietud lo llena de renacimiento, pero aún no concibe el poder encontrar las respuestas necesarias para esclarecer sus dudas. La puerta se abre, entran dos personas que conoce muy bien y que podrán decirle que diablos pasa, aunque lo primero que siente es alegría, un sentimiento que casi a había olvidado. Al verlos exclama:

"¡Padre Williams, no lo va a creer, pero me contenta verlo y mucho!  Dígame ¿Qué pasó? —añade— ¿Por qué no puedo moverme?

"¡¿No me oye maldición?!  —grita con exasperación temiendo lo peor.

Al parecer está de nuevo frente a otro dilema, puede ver y oir lo que sucede a su alrededor sin embargo él está aislado de los demás. Trata de escuchar y es cuando. . .

El padre Williams habla con el Dr. Martín que se encuentra en su diaria rutina revisando los signos vitales de Tomás. Todo parece estar en normalidad. El monitor cardíaco sigue mostrando los latidos que ocasiones se ven alterados volviendo a sus pulsaciones normales. Aunque, últimamente el electroencefálograma ha mostrado actividad cerebral muy activa y constante lo que es ha pasado desapercibido entre médicos y enfermeras tan es así que desconocen la nueva condición de Tomás es decir, qué está consciente de manera inconsciente es algo complicado; es como decir que despertó con los ojos cerrados, que puede ver y los demás no lo notan. Por supuesto él aún tiene mucho por descubrir, se encuentra atento a todo es por ello que ya que no pueden oírlo, escuchará lo que dicen al respecto de su estado.

—¿Cómo se encuentra hoy? —pregunta el padre.

—Igual —contesta el médico casi automáticamente— ¿Sabé algo padre? Lamento tener que decirle la misma respuesta de todos los días, pero no tengo otra que ofrecerle. Su condición es la misma salvo algunas variantes que no cambian su estado.

En su interior, Tomás sigue a cada uno con la mirada. Sigue insistiendo en hablar pero ha sido en vano lo que al fin le ha hecho entender que no es posible pues ha escuchado del médico que está en coma lo que para el es difícil de creer.

"Acaso... se ha vuelto loco estos dos, estoy despierto idiotas ¿cómo es que puedo verlos y ustedes no ven mis ojos abiertos?  —dice con molestias.

Cuando estuvo de nuevo solo en la habitación, de repente pudo notar que en el cuarto estaba otra persona que quiere mucho y que no se había percatado de su presencia, alguien que sabía que vendría a verlo y a la cual ansiaba poder ver. Esperaba que ella pudiera brindarle la oportunidad de aclarar los vacíos en su vida. Esa era Rosalie, si aquella dulce alma que alegra sus días, su existencia y a la cual considera honesta pero, ella se ve distinta, pálida con sus bellos ojos ahora ojerosos. El padre Williams y el médico no parece haber notado su presencia al salir.

"Rosalie ¿puedes oirme?" —le pregunta temiendo que no fuera así, no obstante ella respondió.

"Claro que si, puedo oirte."

"¿Cómo es posible que tú puedas y los demás no?  —vuelve a preguntar sorprendido de su descubrimiento.

"No te preocupes Tom, sólo tú puedes verme y oirme al igual que sólo yo puedo oirte" , dice con un dulzón casi macabro en su voz.

"No entiendo. Eso quiere decir que. . . ¿Estás muerta, Rosalie?

Ella no responde, se queda mirándolo como si fuera una estatua finamente tallada. Esperando que sea él quien al fin aclare el panorama de su destino incierto para terminar con este infierno. Tomás a su vez espera con impaciencia a que sea ella quien pueda ayudarle.

"Solo tú sabe donde estoy" —responde al fin con tristeza— "No fue tu culpa Tomás, pero es importante que me encuentres. Por favor te necesito."

Una sombra de vacilaciones hace que su cabeza desmemoriada de vuelta, hurga tan profundo buscando poder desenterrar un esqueleto. Le duele mucho recordar es como tratar de tirar del gatillo de un revólver y saber que morirás sin remedio, por otro lado; debe arriesgarse o no podrá regresar a la realidad. Rosalie ha desaparecido, ella se sigue apareciendo como el recordatorio de que algo fatal sucedió y así es, sólo que el pobre no lo recuerda.

Como un relámpago de luz a su frágil memoria retorna Rosalie hermosa como siempre, puede verla feliz pero, sobre todo viva, si viva. La ve subirse al auto de Alejandro, ellos están juntos, aquellas imágenes son evocaciones dolorosas, siente que su corazón se rompe en mil pedazos. El monitor ha encendido un pitido que alerta la emergencia. Tomás había olvidado lo doloroso que había sido ese momento al verlos juntos, pudo verlo tras el cristal del auto como sus cuerpos se movían de manera sensual, se estaban besando. Estaban juntos. . . Pero ¿porqué tanto sufrimiento? ¿O más bien era rabia, irá? Sea lo que fuese.

Ese sentimiento que estaba aflorando en el bibliotecario que siempre había sido apacibles provocaba una gran alteración cardíaca. Las puertas de la habitación se abrieron de modo intempestivo dando paso al personal médico que rápido se alistaban a darle resucitación, conectando cables en su pecho y dándole choques eléctricos. Se escuchaba a los médicos y enfermeras desesperados.

—50 ml de epinefrina, rápido enfermera que se nos va el paciente.

—Enseguida doctor —responde la asistente.

—Llame al cirugía, que preparen el quirófano. ¡Urgente! —grita otro de los médico que procede junto a otro a cambiar a una camilla para llevarlo a intervenir de emergencia mientras un enfermero va encima de su pecho dándole masaje cardíaco. A partir de ahora está en mano de los médicos salvar su vida.

En la habitación queda Rosalie, pálida sin vida viendo como se llevan a Tomás con la vida pendiendo de un hilo que está a punto de romperse. Sólo una lágrima rueda por su cadaverica mejilla.

Otro capítulo terminado, espero que sea del agrado de mis fieles lectoras. Trataré de subir otro tan pronto como pueda. Muchas gracias por darme el ánimo para seguir escribiendo. Saludos y feliz noche.

Atte.
Cristylove

Domingo 05/03/2017