Capítulo XV

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Ahí estaba, frente a otra puerta sin saber que le aguarda al otro lado. A punto de colocar su mano temblorosa en el picaporte cuando una voz familiar se lo impidió.

-¡Espera! -dice ella serena en tono de advertencia- No entre. No te llevará a ningún lado. Ya no hay tiempo para más equivocaciones. . . Estás muriendo Tomás.

Aquellas palabras helaron todo su ser. No puso ninguna objeción, sabía que era cierto, pues podía sentir sus pies cada vez más fríos a cada paso. Sin embargo, no podía detenerse ahora que estaba tan cerca y expresó con firmeza.

-¡O te haces a un lado! ¡O de una vez por todas me dices lo que debo recordar!

-Te liberaré de tu prisión. De tu caja mental. Sólo que debes prometer que no te derrumbarás a ver la verdad.

¿Qué era eso tan horrible que lo haría derrumbar? Desde hace rato, sabía que algo grave había sucedido, en especial a Rosalie. Sabía que era un fantasma. Sólo tenía como objetivo ayudarle, era lo único que le importaba. Lo único que lo mantenía con vida. Ya era hora de regresar. Convencido le suplicó:

-¡Muestrame de una vez! Sé que tu sangre ha sido derramada, veo mis manos manchadas de un rojo intenso. Déjame ayudarte. Déjame libre. Quiero que todo acabe.
¡Muestrame ya!

Ella se dio vuelta, no hizo falta que hablara más, él sabía que debía seguirla. En silencio sepulcral avanzó sin prisa al inminente final de una pesadilla absurda, llena de pistas incomprensibles. Aún y así continuaba admirando su belleza, ya no parecía aquel espectro pálido lleno de irá, su semblante denotaba una paz que Tomás estaba deseosos de sentir. Continúan su camino por el corredor, la ansiedad trata de romper la aparente calma del bibliotecario. Pero antes de que le de tiempo de pensar. Rosalie se detiene frente a otra puerta o quizás fue la puerta que detuvo su andar. Ella se voltea para mirar al hombre que está al final del un viaje sin retorno que la liberará de la incertidumbre. Ella es quien abre la puerta; posando sus labios en los del sorprendido Tomás. Lo invita a cruzar hacia un episodio de su vida que trató de ocultar en lo profundo de su mente.

-Adelante, es hora de que descubras la verdad.

****
"Esto me parece familiar, estoy en el Bar de Don Joaquín, puedo distinguir claramente en que día estoy, lo recuerdo. Me veo a mi mismo reunidos con Rosalie, Alejandro, el Sr. Jonathan. celebrando los logros del año de la biblioteca. Ahora puedo verlo claramente. Pero ¿Qué significa esto?
Observó el instante en que el Sr. Jonathan se marcha alegando que ya había bebido suficiente. Rosalie está ebria, mucho para ser preciso, muy mal, apenas puede mantener sus bellos ojos abierto. Hice un ligero intento de levantarme en tanto que Alejandro se levanta primero y toma la cintura de Rosalie que se tambalea. Se marchan juntos y me quedo sentado viendo como se van.

-Eso no es relevante, sigueme -dice ella- ve y observar bien.

Me dirijo a las afueras del local, sin embargo ya he auto se ha marchado. ¿Que hago? Ya se han ido.

-Por el amor de Dios. No estás viviendo ese momento. Saltalo como lo harías con una escena en una película. Ósea adelanta el episodio. -me reclama ella.

-Pero. . . ¿Cómo?

-Cierra los ojos. . . Sólo eso. ¡Hazlo!

Cerré mis ojo como me lo indicó. Pensé a donde me llevaría esta locura. Con lentitud abrí mis párpados. Estaba afuera de la casa de Rosalie. Me llene de pánico al verme entrar como un ladrón a su casa. No tuvo más remedio que seguirlo. Todo estaba oscuro. Todo con excepción de una habitación al lado izquierdo de pasillos, por la rendija de la puerta se podía ver un halo de luz. ¿Sería la habitación de Rosalie? No me moví, espere a que mi otro yo siguiera sus pasos. Él, al igual que yo notó la luz saliendo del cuarto. Abre la puerta, lo veo abrí los ojos de manera aterradora. Le escucho decir con voz entrecortada -¡¡¡Rosalie !!! ¡¡¿Que has hecho?!! ¡¡¡Tú!!!

Entró a la habitación. Yo sigo ahí, como una estatua, no quiero ver, no puedo, no quiero maldita sea.

Lo escucho llorar, la llama con desesperación, pero notó qué no está sólo. Hay alguien más en la habitación. Reconozco esa voz, la conozco muy bien... es, es. . . ¡Alejandro! Le escucho hablar una y otra vez dice la misma frase:
- ¡Fue un accidente, no quise hacerlo!

Al escuchar esa palabras, me asomo al fin a la habitación, no puedo creer lo que presenciaron mis escépticos ojos. Ahora recordaba todo. Recuerdo con claridad lo que pasó. El escenario sangriento es tan dantesco que es imposible no sentir náuseas. En aquella habitación de rosadas paredes ahora se había agregado otra tonalidad, un rojo pasión muerte. Sobre la cama, encima de unas sabanas con detalles florales, yace inerte, sin vida, mi bella Rosalie en una gran mancha de sangre, apena se podía ver las múltiples heridas por dónde aún brotaba a borbotones su sangre. En su mano izquierda todavía cubierta de sangre; Alejandro sostiene un abrecarta goteando puntitos rojos en la alfombra. La había asesinado pero ¿Por qué? ¿Cómo demonios pudo llegar a esto?
Quiero respuestas, quiero entender. Ahora que lo pienso ¿Cómo carajos me involucre en este crimen? ¡¡¡Dios. . . Soy cómplice!!!

Aún veo como discuten, lo acuso una y otra vez, le toma el pulso y por su expresión, ya no había que hacer.

Ya no aguantó esta cruel escena, trate de agarrar a golpe a Alejandro pero todo se desvaneció. La oscuridad ha vuelto de nuevo, sólo que está vez escucho mi nombre en la lejanía, son muchas las voces que escucho. Me estoy desapareciendo. ¿Estaré finalmente muriendo? ¡Qué Dios me perdone!
****

Muchos son los aparatos conectados a Tomás, en este momento los médicos hacen todo lo posible para salvarle la vida. Ha entrado en un paro cardíaco. Las compresiones que recibe cada vez son más seguidas, por sus venas corre la epinefrina para lograr recuperar sus latidos. Ya ha pasado tres minutos. Pronto declararán su fallecimiento. Mientras en el pasillo del hospital, se encuentran a la expectativa el Padre Williams, que reza para que los doctores logren salvar la vida del bibliotecario, a su lado está el Inspector Ajzael López, agobiado por perder el único que podía esclarecer el caso y Hugo, siempre tranquilo, observando la expresión de incertidumbre de su jefe. Todos reunidos en espera de un milagro aunque cada uno por un motivo distinto. Al cabo de unos cinco minutos, sale de la habitación el Dr. Martín.
Todos se acercan y lo miran con expectación a la espera de lo que dirá:

-Pudimos salvarle la vida.

-¡Bendito sea Dios! -alaba agradecido el padre.

-¿Cómo está? -pregunta serio el inspector.

-¡Está estable... y... -hace una pausa para anunciar sorpresivamente- ¡Despierto!

Este inesperado anuncio dejó a todos los presentes sin palabras. . .

Hola, feliz tarde del domingo 19/03/2017 día de San José.
Espero le guste el giro que ha tomado la historia, al fin se está desvelando lo ocurrido con la pobre Rosalie. Tomás ha despertado, aún tiene cosas que aclarar ahora que al fin se ha librado de su prisión mental . Ya casi llega el fin de esta mi primera novela. Por supuesto aún sin editar. Saludos y ya saben, son libres de realizar críticas para mejorar la historia.

Atte.
Cristylove

La Caja Misteriosa en la Biblioteca (En Modo Corrección).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora