Ya habían pasado dos semanas. Dos semanas aburridas, como de costumbre.
Me desperté a la misma hora desde hace tres días, 6:20 am. Me bañé, me vestí. Esta vez no me cepillé el cabello ya que, raramente, había amanecido bonito. Era viernes, así que estaba bastante relajada. Tomé mi maleta y bajé a desayunar.Había llegado temprano. Más temprano de lo usual. Ninguno de mis amigos había llegado, asi que decidí sentarme en el piso cerca de los casilleros. Saqué mis audifonos y celular, puse mi playlist de Melanie Martinez y saqué mi libreta para dibujar. Pasó el tiempo y los estudiantes iban llegando, cada vez se notaban más llenos los pasillos.
Noté que Jared estaba hablando con un chico al final del pasillo, estaba viendo mucho hacia donde yo estaba sentada. Cuando me fijé, estaba con Nicolas.
*¿porqué miran tanto hacia acá?*
Preferí seguir dibujando.Sentí que alguien se me acercó. Sentía una mirada posada en mí. Subí un poco la mirada y me lo encontré. Era él. Nicolas. Empecé a sentirme nerviosa, como si tuviera que hablar frente de la clase o con alguna autoridad. Me estaba soriendo, le respondí haciendo lo mismo. Se acercó a mí y se sentó en el suelo a mi lado.
–Hola–dijo, con unas sonrisa de oreja a oreja. Sus ojos brillaban. Su cabello estaba perfectamente arreglado.
–Hola–respondí nerviosa. Sentí mis cachetes ardiendo. Estoy casi segura de que me puse roja.
–¿Dibujas?–tomó mi cuaderno, interrumpiendome. No me importó.–wao, esta muy lindo.
–Gracias–Sonreí. Estaba muy nerviosa. Tomé un mechón de mi cabello y lo pasé detrás de mi oreja.
Se quedó ahí, solo viéndome con una gran sonrisa.
–Y, ¿cómo te ha tratado la escuela?
–Estoy genial. Gracias. He conocido a mucha gente muy buena, entre esos está Jared. Me dijo que son mejores amigos.
–Ajá, sí. Llevamos tres años.
–Sí. Me contó mucho de tí, y de otros chicos. Los he visto contigo en la cafetería.
Asentí. No sé porqué, me ponía muy nerviosa al hablar con Nicolas. Era algo extraño, nunca me había pasado. No es que fuera la más sociable, pero al hablar con alguien podía hablar normal, sin sentirme extraña.
Seguimos hablando un rato, riendo y dibujando cosas en mi libreta. Era muy divertido, sabía escuchar.
–______…
–¿Sí?
–Eres muy linda
–Ah, jajaja, gracias
–¿Te gustaría salir conmigo alguna vez?
*¿Qué? ¿Salir?*
–Como... ¿en una cita?
–Sí, si no te molesta. Me gustas.
*¿Gustarle? ¿Yo? ¿Ya conoció a las dos populares?*
–Emmm... Pues claro, ¿mañana a la tarde?
–Claro. Hablamos para tener los detalles.–me hizo un guiño. Se levantó y se fué.*Analizar lo que acababa de pasar era lo más difícil. ¿Le gustaba? ¡LE GUSTABA!*
No podía creerlo. No tenía idea de tener una cita, tener novio, ni mucho menos como saber que es exactamente "amor".
Tal vez estaba exagerando. Tal vez solo era para conocernos mejor. Mi universo sigue en orden, todo sigue igual.
ESTÁS LEYENDO
"Y, de pronto, llegaste tú..."
Teen FictionA los 15 años el amor es lo más confuso del mundo, altera todo tu universo y mueve piezas de tu rompecabezas... pero, a veces, es mejor ser un desastre, pero un desastre feliz.