Nos fuímos de la fiesta casi a las 3 am. Fue lo mejor. Me divertí mucho y, además, ¡tengo novio! Sigo sin creerlo.
Esta vez, pasaría la noche en casa de Nicolas. Fue difícil, pero mi mamá al final accedió.
Sus padres no estarían en casa, irían a bailar.No teníamos sueño, así que nos quedamos en su habitación viendo una película en netflix.
Estaba recostada en su pecho, mientras el jugaba con mi cabello. Odiaba que me tocaran el cabello, pero no podía enojarme con él, sus ojos me derretía de inmediato.
–______…–susurró. Levanté la cabeza para encontrarme con su mirada.
–Te amo.–me dijo mientras me acariciaba el rostro.
–Yo también.–le respondí.
Sin previo aviso, me besó. Le seguí. Sus besos me hacían sentir bien, me hacían sentir segura y felíz. Mi universo era un desastre. Él me hacía un desastre, pero yo estaba felíz. Él me hacía felíz.
Sus manos bajaban por mi espalda hasta llegar a mi cadera y cada vez más abajo. Yo tenía mis manos en su pecho. Me encantaba. En pleno besó él sonrió, fue lo mejor de la vida. Mientras lo besaba, me posicioné sobre él. Volvió a subir las manos, esta vez llevando mi blusa con ellas hasta que me la sacó. Yo hice lo mismo. Sus abdominales quedaron al descubierto y yo había quedado en sujetador. Se separó un poco de mí para observarme.
–Wow, eres hermosa.
Me sonrojé. Y me acerqué para volverlo a besar.
Me lanzó hacia la cama para quedar sobre mí. Sus labios bajaron hacia mi cuello y siguió hasta mis senos. Volvió a subir a mis labios mientras que, con su mano derecha, me desabrochaba el pantalón. Yo hice lo mismo. Ambos quedamos totalmente en ropa interior. Sus boxers era negros, Calvin Klein. *¡DIOS! ¡LO AMO!*
Pasaba mis dedos en lo elastico de su boxer. Sonrió entre besos. Metió su mano dentro de mis bragas, acariciando mi clítoris. Solté un pequeño gemido. De pronto sentí sus dedos entrenando en mí lentamente una y otra vez.
No sabía que estaba sintiendo. Todo era tan nuevo, se sentía tan diferente, tan prohibido. Cerré los ojos y lo disfruté. No pude evitar soltar varios gemidos. Él mientras besaba mi cuello, mordía y chupaba. No me importaba, mi cabello taparía los chupones.
–Así... Así... –decía entre jadeos. Nicolas metía sus dedos cada vez más rápido.
–¿Así te gusta, amor?–me susurró al oído. Gemí para responderle. Sonrió y me dió un profundo y sediento beso. Minutos después sacó sus dedos.
–Te amo, ______–me susurró.
–Te amo, Nicolas–le respondí.
Se acomodó junto a mí y me rodeó con su brazo. Me acomodé en su pecho y cerré los ojos. Mi consciencia apareció después de tanto tiempo de dejarme sola.
*Te está llendo de maravilla. Te ves más alegre, menos estresada, menos ansioda y más activa. Un poco de desastre a veces hace bien.*
Sonreí y, de pronto, quedé totalmente dormida.
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"Y, de pronto, llegaste tú..."
Teen FictionA los 15 años el amor es lo más confuso del mundo, altera todo tu universo y mueve piezas de tu rompecabezas... pero, a veces, es mejor ser un desastre, pero un desastre feliz.