Ya se iban a hacer las 9:00 pm. Debíamos irnos. Recogimos todo y nos repartimos en ambos autos.
Con Nicolas iban Jared de co-piloto y Hillary, Carolina y yo atrás. Ya, en el otro auto, Raúl conducía, Carlos iba de co-piloto y Diego, Yamiliz y Alexandra atrás. Ellos salieron primero ya que yo aún debía guardar unas cosas.Ibamos muy relajados en el auto, hablando de todo lo que pasamos.
No habían muchos autos en la calle a esas horas, lo que era bueno, pero, a veces, no tanto.
A la mitad del camino oímos un ruido, pero no prestamos mucha atención. Al poco rato pasó.
Lo único que recuerdo es una luz frente a nosotros y un duro golpe contra el asiento del piloto. Quedé inconsiente al instante. No supe que pasó después.Al siguiente día estaba en el hospital. Tenía un esguince en la muñeca izquierda y me dolía mucho la cabeza. La primera persona que ví al despertar fue a mi mamá. Junto a ella estaba mi papá y Susan.
–Hija, que bueno que despiertas.
–¿Qué... Qué pasó?
–Tuvieron un accidente anoche...
–¿Qué? ¿Do... Dónde están todos?
–Están en la sala de espera, hijita. Vamos.
Fuí con Susan a la sala de espera mientras mis padres hablaban con una enfermera. Todos estaba ahí, esperándome. Carolina con un cuello ortopédico, Hillary tenía varías quemaduras en las piernas y un moretón en el brazo derecho. Jared tenía el brazo derecho quebrado y un esquince en el tobillo.
Los saludé a todos y noté que alguien faltaba.
–¿Dónde está Nico?
Todos intercambiaron miradas extrañas.
–Chicos, ¿Dónde está Nicolas?–volví a preguntar algo angustiada.
–¡Chicos!
–______, amiga, calmate.–dijo Carolina
–¡¿Dónde está mi novio?! ¡Quiero saber!
–_____...–dijo mi mamá tras de mí. Me volteé a ver.–Ven conmigo.
Obedecí. Me llevó a urgencias. A una habitación apartada. Los nervios se apoderaban de mí. No quería entrar.
*No puedo... No puede ser... ¡Nicolas no puede estar ahí! ¡NO!*.
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"Y, de pronto, llegaste tú..."
Teen FictionA los 15 años el amor es lo más confuso del mundo, altera todo tu universo y mueve piezas de tu rompecabezas... pero, a veces, es mejor ser un desastre, pero un desastre feliz.