CAPÍTULO 6

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Todos esos recuerdos de lo vivido con Helen lo golpearon como si estuviese en un ring de boxeo, luego de un año después de irse de la casa se encontraron nuevamente en la calle iban en sentidos opuestos entre mucha gente que intentaba cruzar un semáforo, pero sólo ellos se detuvieron como si el tiempo los hubiese congelado, sus miradas se encontraron y reconocieron sin importar nada a su alrededor, se quedaron allí mirándose sin moverse en ninguna dirección, luego de unos minutos ella cruzó hacia él plantándose justo enfrente.

-Hola Carter-dijo sin dejar de mirarlo.

-Helen- su tono era duro sin ninguna emoción, aunque por dentro sentía que sufriría un infarto pero no se lo demostraría.

-Te ves muy bien, me imagino que ya saliste del ejército-ella se mostraba amable como si nada hubiese ocurrido entre ellos.

-Sí, ya terminé hace algún tiempo-no le interesaba preguntar por su vida ni nada que se relacionara con ella-un placer saludarte veo que estás muy bien-intentó pasar por un lado pero ella lo retuvo por el brazo.

-Espera ¿podemos tomarnos un café?

La miró con escepticismo-¿un café dices? No tenemos nada de qué hablar Helen, además debo irme.

La frialdad de su mirada y cómo la trataba la dejaron sorprendida pero ella sabía muy bien que se lo merecía por lo que insistió-Por favor Carter hablemos aunque sea unos minutos, es sólo un café.

-No te quiero cerca, así de simple-la rabia contenida todo ese tiempo afloró en él.

-Necesito que me escuches, es todo-le suplicó con la mirada.

Carter pensó que esa era la oportunidad perfecta para vengarse de ella, de hacerle pagar por todo el sufrimiento que le causó-¿Quieres hablar? Pues entonces lo haremos pero no en un café, conozco un mejor lugar-sacó la mano a un taxi que pasaba justo en ese instante al detenerse casi empujó a Helen dentro, ella un poco impresionada subió mientras él le indicaba al conductor una dirección y se colocaba a su lado en la parte trasera, unas cuadras más adelante se detuvo el auto, Carter pagó y salió, no esperó a que ella se bajara y se dirigió a la entrada del edificio, ella no podía creer que la hubiese llevado allí pero si era la única forma de hablar con él accedería a entrar.

-¿Puedes esperarme al menos para entrar?-le gritó acelerando el paso tras de él.

-No tengo mucho tiempo así que apresúrate-apenas volteó a mirarla, sacó una tarjeta de crédito y su identificación- una habitación por favor.

-¿Por qué me traes a un hotel Carter? ¿Qué te pasa?

-Tu pediste hablar y aquí lo haremos, solos, sin que nadie nos interrumpa-su mirada era fría como el hielo y un extraño brillo en sus ojos.

-Está bien, si así lo quieres, así será-lo miró desafiándolo como siempre.

Subieron en el ascensor en completo silencio, Carter tenía tanta rabia contenida que no sabía si podría controlarse estando a solas con ella en esa habitación, ella apenas lo miraba de reojo, se notaba nerviosa se mordía el labio inferior, era su forma de reprimir sus emociones, abrió la puerta con la llave electrónica dejándola pasar primero, la siguió y cerró la puerta de golpe, el ruido la sobresaltó, comenzaba a arrepentirse de haber ido allí.

Carter se acercó a ella como un león acechando a su presa, notaba su inseguridad y eso le gustaba, quería hacerle pagar cada minuto de sufrimiento, ella quedó arrinconada contra la pared, lo miraba con miedo, el colocó sus brazos a cada lado dejándola prisionera y disfrutó ver como comenzaba a temblar.

-Te lo diré una sola vez Helen, no me interesa lo que quieras decirme, ya no me importa-se lo decía en un tono grave, bajo y muy cerca del oído, su voz la hizo estremecerse.

-¿Entonces para que me trajiste aquí?-quiso salir de su encierro pero él no la dejó y se acercó aún más pegando su cuerpo completamente al de ella y apretándola contra la pared.

-Para que te des cuenta que ya no soy el mismo imbécil que dejaste tirado aquella noche-Helen intentó moverse pero solo consiguió que él la estrechara aún más-comenzó a forcejear con todas sus fuerzas-quítate de encima Carter-le gritó pero él la tomó de las muñecas fuertemente y con una rodilla le abrió las piernas colocándose en medio.

-Aún me enciendes, ¿puedes notarlo?-le dijo empujando su entrepierna hacia ella y mirando a sus labios-pero eso no significa que me importes, dejaste de hacerlo hace mucho tiempo ya.

-¡Déjame ir!-sus esfuerzos por separarlo eran inútiles, a pesar del entrenamiento que tenía Carter la inmovilizaba de una manera de la que no era fácil escapar, intentaba reprimir las lágrimas que amenazaban con salir.

Liberó una de sus manos y la tomó por el rostro con fuerza pegando su boca a la de ella de una manera violenta, su beso era de rabia, ella intentaba rechazarlo pero él la dominaba y sin darse cuenta comenzó a corresponderle con la misma furia, le soltó la otra mano y ella se abrazó a él, arañando su espalda, mientras él la tocaba con fuerza y se quejaba por el daño que hacían las uñas en su piel, sus respiraciones se hicieron más aceleradas, de pronto la ropa les estorbó demasiado y en un amasijo de manos se deshicieron de todo lo que les impedía estar piel con piel.

Carter no fue nada delicado con ella, la poseyó como un loco desesperado, liberando el animal que tenía dentro, no tuvo contemplaciones y con cada embestida dentro de ella quiso dejarle claro que allí solo quedaba eso, nada más que sexo, Helen al borde del llanto lo recibía como un escarmiento, sabía que quería castigarla más allá del cuerpo y con cada empuje la hacía temblar no solo de dolor sino de placer porque siempre fue así de intenso entregarse a él, pero tenía la esperanza de que quedara algo del hombre que amaba con todas sus fuerzas, sin piedad aceleró el ritmo y profundizó el beso hasta hacerla gritar satisfecha, apoyó la cara en su hombro disfrutando de ese último instante dentro de ella, sintiendo como se estremecía entre sus brazos, casi sin aliento luego de un éxtasis arrollador salió de ella dejándola aún pegada a la pared, se giró para tomar su ropa mientras le tiraba la de ella.

-Vístete, hemos terminado-le dijo aun jadeando.

-¡Eres un imbécil no puedes tratarme como una cualquiera!-le gritó mientras recogía la ropa que le tiraba a sus pies.

-Pero tú si pudiste tratarme como una mierda aquella noche en la casa, ¿lo recuerdas?-se vestía rápidamente.

-Carter pero las cosas no sucedieron como tú te las imaginas, déjame explicarte.

-ya te lo dije, no me interesa nada de lo que puedas decirme, cuando necesité una explicación no había nadie en casa, me dejaste tirado como si nunca te hubiese importado, si no merecía una explicación antes, menos ahora.

-Te amo, Carter, con toda mi alma yo no...

Se acercó bruscamente a ella haciéndola retroceder asustada-No vuelvas a decirme eso jamás, esto acaba aquí Helen-apretaba los dientes muy fuerte y su mirada era fría como el hielo, abrió la puerta y se marchó dejándola sola, con el sudor y su perfume sobre la piel , con aquella verdad que nunca tuvo el valor de decirle hace más de dos años, comenzó a llorar con el dolor vivo de esos recuerdos sintiéndose tan mal por haberle destrozado el alma al amor de su vida.

Un pasado un futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora