Capítulo 38

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Ya era casi mediodía, Nick y Victoria caminaban por un parque mientras cargaban las bolsas de la compra, conversaban sobre lo que les rodeaba, observaban como las personas se movían a su alrededor con evidente estrés del día a día.

-Me siento afortunada-dijo Victoria parando cerca de un pequeño banco para sentarse.

-Ilumíname-le dijo Nick colocando las bolsas a un lado y tomando asiento junto a ella.

-Esas personas que van de un lado a otro, no disfrutan nada de lo que tienen a su alrededor.

-¿Y tú sí?-le dijo mirándola con gracia.

-Claro, justo ahora disfruto estar sentada aquí, respirando aire puro y en buena compañía.

-Yo no soy una buena compañía, tenlo por seguro-Nick miraba a un lado y a otro, no podía perder la costumbre de examinar todo a su alrededor, buscando señales que pudiesen alertarlo.

-Eres muy negativo y no estás acostumbrado a que te traten bien-sentenció Victoria sin mirarlo.

-No, en realidad hace mucho tiempo dejé de tener alguna amabilidad con la gente, el mundo es malo Victoria, muy malo-su voz al igual que su rostro se ensombreció.

-En algún momento cambiaré tu forma de pensar, no soy una ingenua ni una soñadora, pero puedo ver el lado positivo de las cosas antes que el lado malo, me centro en eso, nada más.

-Eres un ser especial, ¿Lo sabías? Tienes una especie de luz... no sé cómo describirlo.

-¿Crees que todo en la vida es fortuito? ¿Qué nada se da porque así debe ser?-Victoria miraba el cielo despejado sobre ellos.

-Un día creí en el destino, pero ya no, no creo en nada-Nick en cambio miraba el suelo.

-Vamos a comer algo, si no puedo llenar tu alma al menos déjame llenar tu estómago-se levantó con energía y con la sonrisa que la caracterizaba le brindó de nuevo la mano.

-Se está haciendo costumbre esto de tomarnos de la mano ¿no te parece?-Dijo Nick mirándola.

-Me gusta el contacto físico, creo que así las energías fluyen mejor-le guiñó un ojo-vamos tengo hambre.

Nick tomó los paquetes del suelo y aceptó la mano de Victoria, tan pequeña y cálida entre la suya, lo desconcertaba mucho esa mujer, sus comentarios, su mirada, su belleza no física sino de espíritu, era realmente hermosa por fuera y por dentro.

Llegaron a un pequeño restaurant de comida española cuyas mesas exteriores estaban ubicadas bajo grandes paraguas rojos, dentro del local las mesas eran más grandes y el color rojo abundaba a donde quiera que se mirara, el piso de parqué completaba el cuadro.

-¿Te gusta la comida española "amigo"?-preguntó Victoria mientras se sentaba en una de las mesas al aire libre.

-Digamos que está entre mis preferencias-Dejó las bolsas de nuevo en el suelo-esto comienza a molestarme-señaló refiriéndose a los paquetes.

-Voy a suponer que por tu oficio siempre debes estar alerta a lo que te rodea, por eso no entiendo cómo siendo capaz de percibir hasta el más mínimo detalle no es posible que disfrutes lo que ves.

-Tienes una facilidad increíble de cambiar súbitamente el rumbo de una conversación, pasas de lo trivial a lo intenso en un segundo, comienzas a enloquecerme-Dijo Nick mientras miraba al camarero venir.

-De acuerdo volvamos a la comida, quiero una tortilla de patatas, no es mi intensión incomodarte es que a veces divago un poco y es como si pensara en voz alta, puedo llegar a incomodar, disculpa-Victoria tomó nerviosa el salero de la mesa y comenzó a rodarlo entre sus dedos.

Nick sintió una punzada de vergüenza por su actitud, tomó las manos de Victoria entre las suyas para detener el juego con el salero, soltó el aire de manera cansada y la miró a los ojos-No tienes nada de que disculparte, eres una persona muy espontánea y no debes cambiar eso, solo puedo decirte que hace mucho tiempo que no comparto así con nadie y la amargura que cargo dentro suele escapárseme de vez en cuando, soy yo el que debe disculparse.

Se quedaron mirando fijamente hasta que fueron interrumpidos por el camarero que se acercó a tomar la orden, Nick apartó las manos rápidamente de las de ella y pidió lo que Victoria quería y dos cervezas.

-No deberías tomar, lo digo por tu herida-le dijo Victoria viendo la gente pasar.

-¿Cómo es que no conocías a Carter? Si eres la prima de Helen-esquivó el tema de su herida.

-Siempre supe de él desde que apareció pero no lo conocí personalmente hasta hoy, apoyé a Helen con todo lo que sucedió la llamaba todas las noches para tratar de hacerla cambiar de idea sobre ellos-dijo perdiéndose en sus recuerdos.

-Algo muy grave al parecer-quiso indagar más en el asunto.

-Perder un hijo siempre es una tragedia y por muy optimista y positiva que sea creo que eso jamás se cura.

-¿Perdieron un hijo?-Sintió pena por ambos.

-Pensé que lo sabías, no es algo de lo que ninguno quiera hablar fue un accidente, veo que no eres tan cercano a Carter como creí.

-Soy un amigo... reciente por decirlo de alguna manera, pero de igual forma lamento escuchar lo que les pasó, yo... conozco el dolor de perder a alguien que amas.

-Eso es muy evidente, se nota en tus ojos.

Cuando llegó la comida se dispusieron a disfrutarla sin hablar demasiado, Nick miraba a Victoria comer con tal gusto que no pudo evitar sonreír, con ella era muy fácil todo.

-Ya veo a que te refieres con disfrutar de las cosas simples, una simple tortilla te tiene encantada.

-Tenía mucho tiempo sin saborear algo así y no como desde el vuelo.

Terminaron de disfrutar la comida saboreando cada trozo, pidieron otro par de cervezas y la cuenta.

-Debemos irnos, tengo que arreglar algunas cosas antes de irme-le dijo Nick levantándose de la mesa.

-Así que te irás de igual modo-Victoria lo siguió.

-Sí, es lo mejor para todos-su gesto se endureció y esta vez fue él quien tomó de la mano a Victoria que al notar el gesto volteó a verlo con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

a salir a

Un pasado un futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora