Capítulo 47

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Hank el hombre que había secuestrado a Helen apretó su cuello el tiempo suficiente para que ella perdiera el conocimiento y no hiciera ningún tipo de ruido mientras los policías pasaban fuera del contenedor, pasados unos minutos y al no escuchar nada se asomó con cuidado mirando alrededor, al parecer podría llegar al pequeño callejón donde tenía su otra vía de escape.

Acercó a Helen al borde le quitó el chaleco antibalas, se apoyó un poco en el filo tomándola de los brazos y la bajó saltando él inmediatamente, la arrastró hasta el pequeño espacio que había entre los edificios y al llegar a la mitad visualizó la alcantarilla, ya sabía a dónde le conducía siempre tenía un auto a dos cuadras de allí en caso de que tuviese que huir.

Apoyó a Helen en la pared mientras levantaba la rejilla a un lado tratando de hacer el menor ruido posible, dentro habían unas escaleras de metal que terminaban en un río de aguas servidas, odiaba esa salida pero era su única vía de escape segura, se colgó a Helen sobre el hombro como un saco de patatas y comenzó a descender.

Agradecía estar en buena forma porque la chica no era precisamente liviana y desmayada parecía pesar el doble, cuando llegó al final de la escalera sintió cómo se le mojaban los zapatos y la ropa hasta las rodillas y maldijo entre dientes su suerte, no entendía como habían logrado llegarle tan cerca ese lugar lo conocían muy pocas personas, cuando estuviese a salvo pensaría en eso.

Caminó con Helen a cuestas unos trescientos metros y se detuvo a descansar un poco, estaba agotado por el esfuerzo y todavía le faltaba más de la mitad del camino para llegar a la calle donde tenía el auto, debía apresurarse porque en cualquier momento ella despertaría.

Justo cuando caminaba de nuevo ella reaccionó, tosía desesperada tratando de tomar aire, alzando la cabeza miró alrededor aterrorizada y removió sus piernas con fuerza tratando de liberarse del agarre de él, sintió como la halaba hacia adelante y la recostaba a la pared mugrosa.

-Por tu bien es mejor que te quedes tranquila y no acabes con mi paciencia-le dijo sacudiéndola por los hombros violentamente.

Helen lo miró a los ojos intentando reconocer a su captor, era uno de los que había creído reconocer cuando vio las fotos que les había dado Nick, en ese momento su mente estaba demasiado nublada para pensar con normalidad y saber quién era, sentía la humedad en su ropa y zapatos miró hacia abajo el olor era nauseabundo, recordó cómo la había amenazado antes llamándola por su apellido, ese hombre la conocía.

-Vendrás conmigo porque tú y yo tenemos una cuenta pendiente que saldar y no lo haré aquí, prefiero algo más... íntimo-le dijo acercando su cuerpo al de ella de una manera lasciva.

En ese momento Helen supo que lo peor estaba por venir, debía permanecer lo más tranquila posible para buscar la manera de escapar de ese psicópata, así que decidió colaborar y dejó de forcejear con él.

La volvió a montar sobre su hombro y caminó pesadamente a través del túnel esta vez sin pausa, se detuvo junto a otras escaleras de metal oxidada iluminada por un pequeño hilo de luz proveniente de la superficie, volvió a colocar a Helen contra la pared.

-Te advierto que si intentas cualquier cosa te mataré aquí mismo y pasaran muchos días antes de que encuentren tu cuerpo en esta porquería, no muevas ni un centímetro-luego subió por las escaleras rápidamente quitando la rejilla para poder salir, se asomó y la calle estaba vacía ya casi era de noche.

Bajó para subir de nuevo empujando a Helen a la superficie, el auto estaba en el sitio de siempre se acercó y metió la mano por debajo del parachoques sacando la llave, Helen miró alrededor buscando alguna salida, rogaba que alguien apareciera y por lo menos le diera tiempo de correr, de pronto fue consciente de que no llevaba el chaleco, se lo había quitado, estaba más desprotegida y no podía intentar ninguna tontería, pero sabía que no podía subir a ese auto o no volvería a ver la luz del día.

Hank abrió la puerta del coche y la tomó del brazo para empujarla dentro cuando lo tuvo detrás de ella echó su cabeza hacia atrás lo más fuerte que pudo dándole justo en la nariz a su captor que no se esperaba ese ataque, aprovechó ese momento de desconcierto para empujarlo con su cuerpo pegándolo contra un auto estacionado del otro lado de la acera, sabía que no le dispararía porque llamaría la atención y pronto se llenaría el lugar con sus compañeros, lo único que pensó fue en correr esperando llegar a la avenida principal, lo hizo lo más rápido que pudo pero sintió un jalón por el cabello tan fuerte que pensó que le arrancaría el cuero cabelludo.

-¿A dónde crees que vas? ¡Desgraciada!-Hank la tiró al suelo y la pateó varias veces sacándole el aire, la arrastró hasta el auto abriendo la maleta y la metió dentro pero antes de cerrarla le dio un golpe tan fuerte en la cara que la noqueó de inmediato, se fijó a su alrededor por si acaso alguien lo había visto y se subió rápidamente al asiento del chofer encendió el motor y salió lentamente con las luces aún apagadas.

A lo lejos vio el reflejo de algunas luces de patrullas y el sonido amortiguado de ambulancias que se alejaban unas cuadras atrás, pensaba la ruta que tomaría para salir de la ciudad, se iría a Virginia allí tenía dónde llegar y ocultarse sin problemas, pero antes haría pagar a esa agente por la muerte de su hermano.

Tenía un local nocturno con un sótano amplio donde nadie notaría la presencia de Helen, no podrían relacionarlo con él porque no estaba a su nombre y la gente que lo frecuentaba no tenía nada que ver con sus negocios sucios, nadie se imaginaba que era una tapadera para el lavado de dinero proveniente del tráfico de armas, de hecho el lugar podía pasar como cualquier otro de los más frecuentados de la ciudad, se dirigió hasta allí conduciendo bajo los límites permitidos no quería llamar la atención.

Unos veinte minutos más tarde estacionó en la parte trasera del local en un pequeño estacionamiento privado ocupado sólo por unos cuantos autos de los empleados, al bajar uno de los hombres de seguridad se le acercó.

-Señor Hank, es un placer tenerlo por acá, ¿puedo ayudarle en algo?-le dijo observando su aspecto sucio y el olor a basura y desagüe que expedía.

-Necesito que te ocupes de lo que está en la maleta, llévala al sótano y que nadie más te vea, ¿tienes las llaves de mi reservado?

-Por supuesto, aquí las tiene-le dijo dándole un pequeño llavero.

-¿Cómo está el lugar esta noche?-le preguntó ya caminando hacia la entrada trasera.

-Excelente como siempre señor, mucha clientela dispuesta a gastar bastante dinero.

-Perfecto, cualquier movimiento extraño avísame iré a quitarme esta mugre de encima-le dijo entrando al edificio.

El hombre tomó las llaves del auto y abrió la maleta, se sorprendió al ver de qué se trataba el paquete, era una mujer amordazada con las manos atadas y con el rostro golpeado, tocó con cuidado su cuello buscando el pulso, aún estaba viva, la sacó con cuidado cargándola y entrando al local una pequeña puerta unos cuantos pasos adelante daba paso a unas escaleras largas que terminaban en el sótano casi dos pisos más abajo, allí tenían la bodega y almacén, bajo hasta el final y la colocó en el suelo, el lugar estaba alumbrado por pequeñas luces pegadas a las paredes quedando algunos espacios en penumbra, cuando subía sintió un poco de pena por esa mujer, no saldría viva de allí.

oNormal style=',ZL.

Un pasado un futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora