Por tus Ojos

Preludio

Amanezco a las 5 a.m pero al contrario que entre semana me quedo en la cama. Recuerdo al momento como he llegado aquí y agradezco que puse la alarma nada mas cenar para no dormirme. Seria patético llegar tarde mi primer día de trabajo. Cierro los ojos e intento volver a dormir...pero estoy demasiado nerviosa así que tan solo me quedo en la cama tapada.
Me duermo alternativamente hasta las 9: 30 cuando suena mi despertador. Por precaución lo puse antes para evitarme imprevistos. Me ducho con tranquilidad, bebo un vaso de leche con un croissant que no consigo acabarme. Yeremi se levantará tarde. El pobre necesita esas horas de sueño.
Salgo de casa con pensamiento positivo. Le voy a echar tantas ganas que la señora Dori no va a querer a nadie mas. Debo coger el autobús para llegar a la plaza mayor. A las 10 30 estoy en camino. Me recrimino a mi misma, tenia que haber salido mas tarde. Me centro en mi música hasta que veinte minutos después me bajo del bus. Miro mi reloj, aun es temprano. Queda mas de media hora, así que me siento en un banco a escuchar música. Recibo un mensaje de Chack:
"¡¡Suerte Enana!! Lo harás bien, relájate y deja los nervios. Te llamo por la tarde😘" río en voz alta y me emociono, vuelvo a reír esta vez de mi misma,!! soy idiota¡¡ ¿Que mierda me pasa?¡¡¡ Deja de llorar todo el maldito día Cleo!!! Acto seguido me llama Marian, lo cual me relaja muchísimo, porque estoy casi en modo histeria, hablo con ella hasta que se acerca la hora y me despido entrando en el kiosko.  Dejo mi bolso negro con una calavera tallada en el almacén de atrás y me pongo manos a la obra. Dori me explica el funcionamiento de la la caja, la verdad es que es bastante básica, pero aun así tardare mucho en hacerme a ella, todo, absolutamente todo tiene su etiqueta con el precio por lo que no tendré mayor problema de momento para aprenderme los precios. Me explica el funcionamiento de las golosinas, algo así como un autoservicio. El cliente se sirven lo que desean y nosotras lo pesamos y ponemos precio, parece hasta fácil si no fuera porque las golosinas mas grandes tienen otro precio y cuanto las juntas hay que contarlas todas para separar el precio.

 Dori puntualiza mucho sobre el hecho de vigilar a los críos, ya que muchos creen que somos ciegas y se intentan llevar golosinas gratis. Pronto dan las doce y la una del mediodía y ésto empieza a animarse. Ayudo en todo lo que puedo  aunque me estreso  muchísimo porque parece ser que mañana moriremos todos y hay que acabarse todas las golosinas y toda la prensa del kiosko. Pronto dan las tres de la tarde, aunque yo no me doy ni cuenta y sigo trabajando. A las tres y media Dori finaliza mi jornada avergonzada por haberme retenido media hora mas de la que habíamos hablado, cosa que no me importa porque estoy aprendiendo y no puedo ponerme quisquillosa, ella dice que olvidó completamente la hora. Cojo mis cosas y me despido de ella sonriendo. Salgo cogiendo mi movil tengo unos cuantos washaps de Chack  y alguna llamada perdida de Yeremi. Lo llamo y hablo con brevemente, pues lo veré ahora en casa. Marian vuelve a llamarme para preguntarme que tal me ha ido y le cuento todo mientras ella se ríe divertida. Quedamos sobre las 6 de la tarde en su casa. Para mirar la ropa maquillarnos y " todo eso" según ella. Me pregunto para que tanto tiempo.... cuatro horas, si la fiesta empieza a las 22 pero no digo nada. Llego a casa sin problemas y Yeremi me espera hasta ansioso, me pregunta un millón de cosas...¿Como te fue? ¿ Que tal es la señora Dori? ¿ te agobiaste mucho? ¿te tocó algún gilipollas?  rió y le cuento con todo lujo de detalles, después comemos viendo la tele como suele ser habitual y le cuento que por la noche voy a ir a una fiesta. Me mira con ojos entrecerrados y se cruza de brazos, parece enfadado:

—¿Y no pensabas preguntarme?—aparto la mirada algo noqueada, no esperaba que me saliera con esas.

—No pensé que hubiese problema.....— le mantengo la mirada.

— tu no tienes 18 años ni eres adulta aún, yo ahora soy tu tutor...no estas desamparada, estas a cargo de alguien así que a parir de este instante hacerme participe de tus decisiones. Porque soy yo quien decide si vas a ir o no—Aunque se que tiene razón, no puedo evitar enfadarme, ¿me cree una niñata?

—Yer entiendo tu postura pero soy lo suficientemente madura para saber comportarme en una fiesta. He ido otras veces

—Lo se, y no digo que seas inmadura, solo te digo que me tomes en cuenta...yo ahora soy papá y mamá...—su sola mención me provoca arcadas, dejo el plato a medio comer y empiezo a levantarme:

—Cleo.....ven aquí.... siéntate y acaba eso...—lo miro con la mano en la boca realmente voy a vomitar.

— No tengo hambre, de veras Yer no pasa nada—voy corriendo hasta el baño y abro la puerta, la cierro de una patada y me postro en el baño. La comida recién ingerida sale de nuevo por mi boca sin esfuerzo, mezclándose con las lagrimas que salen a borbotones de mis ojos. 

Me pregunto como se puede llorar y echar la pota a la vez...un rato después me levanto muy debilitada y me lavo la cara, niego con la cabeza Maldita sea, el día había empezado muy bien. Salgo del cuarto de baño, no sin antes echar desodorante. Espero que Yer no haya escuchado nada, aunque no tengo muchas esperanzas. Voy hasta mi cuarto  y agradezco que no me esté esperando. Me arde la garganta  y de repente tengo sueño. Me tiro en mi cama que estaba deshecha y se me van cerrando los ojos. Despierto con el tono de mi movil, miro la hora y me sobresalto maldiciendo !!!  las 6¡¡¡ Marian estará poniéndome en busca y captura. Cojo la llamada y es ella  reclamándome, me excuso diciéndole la verdad y me despido dispuesta a ir hasta su casa.  Cojo el movil, las llaves de casa y mi chaqueta y me voy sin decirle nada a Yeremi, no quiero verlo ahora. Media hora después llego hasta su casa, la verdad es que vive bastante lejos de mi. 

Me ducho en su casa, me enseña un millón de vestidos de mil tipos y elijo  uno negro, no podía ser de otra manera, que es de una sola pieza, y se adapta a mi cuerpo...demasiado...diría yo. Marca mis curvas con exactitud y aunque estoy muy delgada, embutida aquí no lo parezco. Recibo una llamada de Chack y quedamos a las 22 en casa de Marian. Ella riza mi pelo largo y me enfunda unos tacones no muy altos, me  pinta,a las 21 30 ya estamos listas, ella ha optado por una minifalda y una palabra de honor que combinan a la perfección. 

Cuando me miro en el espejo de su cuarto me quedo catatónica, ésta no puedo ser yo....me miro literalmente boquiabierta. Me enfundo la chaqueta y salimos de su casa. Chack nos espera fuera, apoyado sobre el coche. Nos mira a las dos y se queda parado, mirándome a mi, se sonroja intensamente y parece no poder dejar de mirarme, incluso cuando estoy ya delante de el. Marian sube al coche con una sonrisa retorcida en nuestra dirección, pongo las manos en mi cintura haciéndome la indignada:

—¿Me enfundo el chándal mejor Chuki?— tarda unos 5 segundos en reaccionar, tose afectado y niega.

—No...No perdón enana..es que.... creo ..que nunca te había visto así....te queda..b..bien..muy bien...—parece que no puede ni mirarme. Nos subimos al coche y nos encaminamos a la fiesta.