Sonrisas

26 3 0
                                    


Pasamos la tarde muy bien, se podría decir que fue productiva, después de hacer cocinar, comimos en la cocina, bueno Jason comió, yo conseguí acabarme la mitad del plato. Hablamos de muchas cosas y sobre todo, nos conocimos más, debo admitir que quedé algo paralizada cuando me costó su pasado, me entraron las dudas rápido pero las aparté rápido, no iba a cagarlo todo, solo por mis dudas. Pero a pesar de eso, cuanto más se de él, mas enamorada me siento.  Después nos fuimos a mi cuarto, al principio ambos estábamos cohibidos, yo mas que él, uno de los dos debía llevar la iniciativa, y esa no era yo. Cuando entramos yo gano tiempo abriendo un poco la ventana y la persiana, lo veo mirar el porta retratos de mis padres, noto que aguanta el impulso de tomarlo y verlo de cerca y me enternece saber que es por mi que es tan considerado, se acerca hasta mi pequeña estantería y se fija en todos los detalles, mis libros y figuritas, veo que se queda mirando el álbum, yo ya estoy de espaldas sentada en la cama, esperando su reacción, me mira y me pregunta "¿Puedo?" refiriéndose al álbum de fotos, yo asiento y me acomodo en la cama, apoyando la espalda en la pared, veo que se sienta y en un solo movimiento se mueve para atrás, a mi lado, me mira sonriente y comienza a abrir el álbum, por su cara pareciera que va a encontrarse con lo mas interesante del mundo, se ríe al ver fotos de Yer y mías de bebés,  en unas salimos con nuestros padres, en otras solos y en otras Yer y yo juntos, nos reímos divertidos al llegar a las fotos en donde ya somos niños mayorcitos. Hay un millón de fotos en las que Yer y yo estamos juntos jugando , nunca fuimos niños rebeldes ni malos pero cuando liábamos algo solía ser idea de él. 

Yo solía ser la hermana que admiraba cada paso que daba su hermano y seguía sus ideas siempre convencida de que si él lo decía estaba bien, llegamos a las fotos de la comunión, Jason se queda viendo las fotos detenimiento, en unas sale Yer con su traje de marinero y yo tan pequeña a su lado, colgada del brazo sonriente, en otra él está tomando mi mano  con una mirada de adoración en su cara, después pasa a ver las mías, ya estaba bastante grande, y mi cuerpecito poco a poco dejaba de parecerse al de una niña,  en cambio Yer que en aquel entonces tenía 11 años ya estaba enorme, era alto y bastante corpulento, salgo posando en mis fotos de la comunión, recuerdo pensar que era una bella princesa, aunque me cagaba pensar que  había en aquella iglesia cien princesas más como yo, río al recordar lo enfadada que me sentí, nos desternillamos ambos cuando llegamos a la foto en donde Yer está arrodillado en el suelo, sujetándome la mano como si fuese yo una verdadera princesa,  en la primera foto me veo haciéndome de rogar, enfurruñada, pero después se me ve sonriendo encantada y en la tercera ya estoy abrazada a mi hermano feliz, después ya estoy posando con mis padres, ambos sonrientes y orgullosos. Me pierdo viendo la foto, aún me parece increíble pensar que nunca más estaremos así . Siento frío, como si el mundo me escupiese a la cara, recordándome mi desgracia, me recorre un leve escalofrío que me hace estremecer, parpadeo para eliminar las ganas de llorar, Jason que parece haber notado mi cambio de humor deja el álbum a un lado y me toma entre sus brazos, yo dejo que me abrace e incluso apoyo la cabeza en su pecho y paso los brazos por su cintura por debajo de la chaqueta, estoy congelada y eso se siente en mis manos frías, besa mi sien repetidas veces, algo que me calienta por dentro y paraliza de momento mis estremecimientos:

__!Lo siento princesa¡__vuelve a besar mi sien y también mi frente__ yo sorbo las lagrimas pero alguna traicionera se escapa de mis ojos al escuchar la ternura en su voz, si pudiese estar así 24 horas, estoy segura que yo estaría bien siempre, me estoy dando cuenta que solo Jason es capaz  de evitar que me pierda en la oscuridad__Soy un idiota, tenía que haberme dado cuenta que ésto te dolería__vuelve a besar mi cabeza,  yo me voy calmando y aunque quisiera decirle que no, que la culpa es suya, que es mía por ser tan débil, que algún día debo hacer ésto, poder mirar un puto álbum de fotos sin desplomarme, algún día debo hablar de ellos, poder hacerlo  sin sentir que mi mundo se cae a pedazos, algún día debo hacerlo, él solo me está ayudando a conseguirlo. Quisiera decirle todo eso pero me callo, poco a poco hemos cambiado de posición,  poco a poco he acabado con la cabeza entre el hueco de su cuello y su pecho, mis brazos rodeándolo, una mano suya acaricia mi pelo dulcemente y la otra la acaricia la piel que  queda descubierta en mi cintura, y esa mano me relaja enormemente, aunque ahora que estoy mas calmada  una oleada de calor me envuelve, la desecho rápidamente y consigo que mi mente no se desvíe del camino esa sensación queda latente en mi. Suspiro encantada y le veo retorcerse, debe estar doliéndole terriblemente la espalda en esta posición, susurra un "espera" y sujetándome va moviéndose hasta quedar recostados en la almohada, entonces si, ambos nos re acomodamos,  igual que antes pero ahora mis piernas están enredadas con las suyas. Nos quedamos un buen rato así, callados, en silencio, un silencio tan sumamente relajante que hasta siento que me adormezco sobre él, solo un poco, intento  contener mis bostezos pero no puedo, de igual manera de repente tengo mucho sueño, cuando estoy casi, semi dormida, le siento reírse, levanto la cabeza y le miro, solo consigo recrear un sonido parecido a un "¿mmm?" el sonríe:

Por tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora