La comida

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Cuando despierto lo primero que veo es un rayo de sol que se  cruza entre las rendijas de la persiana. Parpadeo y intento despegar mis ojos, bostezo y me desperezo, me incorporo cuando me doy cuento que Jason no está a mi lado, estoy sola en la cama, me entra el pánico pero me recrimino al momento "Cleo relájate, no va a abandonarte en su cama, en su casa con su padre loco" me levanto y voy hasta la puerta, asomo la cabeza despacio, en parte temiendo ver a su padre correr hacia mi  con intención de desmembrarme, lo que no sucede obviamente, pero me calmo cuando oigo el sonido de la ducha, Jason debe estar duchándose,   vuelvo dentro y con movimientos rápidos y precisos me visto de nuevo, aprovechando éste momento de intimidad,me encantaría ducharme, de hecho, mi cuerpo me lo está pidiendo a gritos, me da la impresión que hasta huelo a orangután, pero sé que en parte es psicosis mía, me pasa cada vez que  se me pasa por rutina la hora de la ducha.Me estoy poniendo los calcetines cuando oigo la puerta abrirse y  cuando levanto la cabeza Jason está entrando  con una toalla enrollada en la cintura, todos mis pensamientos se alejan ,evaporan, me quedo mirándolo totalmente cautivada, aún está mojado y me fijo en las gotitas de agua que caen por su pecho y sus músculos, que no son exagerados pero si tiene un torso definido con muy poco bello o casi nada, mi boca se abre quedándose seca y me quedo clavada en una gota de agua que se pierde en su toalla,podría quedarme así horas, soñando como recorro su pecho con mis manos y un  pervertido pensamiento me lleva a imaginar que lo hago hasta con mi boca, su risa me obliga a despegar mi mirada de su pecho y clavarla en sus ojos, me doy cuenta que lo miro  descaradamente,  ya siento mi rostro enrojecer, él se percata de mi repentina timidez, tiende mi su mano en dirección a mi , que sigo sentada, salgo de mi letargo y me levanto tomando su mano, me pega a él y coloca sus manos en mi cintura, mi jersey aún no está colocado del todo y sus manos ágiles se valen de eso para ascender por encima de la cinturilla de mi pantalón hasta tocar mi piel, arrastrando con el mi jersey y recorriendo mi abdomen, nos quedamos durante unos segundos que se me hacen eternos mirándonos, alternando nuestras miradas desde nuestros ojos hasta nuestra boca, la tensión entre nosotros es evidente y cada vez parece que nos cuesta mas contenernos , mis manos, no se como, se han colocado en su nuca, se me acerca despacio, como un depredador, acechando y saboreando a su presa incluso antes de comérsela,  me quedo estática, ansiando, necesitando sentir sus labios, soñandolo, creo que me he vuelto adicta a él, se acerca hasta  mi oído y habla en voz baja, casi en un susurro " Cleo si sigues mirándome así, te juro que voy a hacerte mía ahora, en este mismo instante" Deja escapar un suspiro que a mi me suena a  resignación y un modo de contención, aunque para mi, un martirio,  su aliento me estremece y no puedo evitar que un estremecimiento me recorra  entera, el debe sentirlo  porque lo siento estrujarme aún mas entre sus brazos y besar mi cuello. Me suelta, y se aparta:

__Me visto y nos vamos.... __noto en su rostro cierta contradicción, frunzo el ceño mirándolo, el debe ver un interrogante en mayúscula en mi cara porque se explica__ Necesito sacarte de mi cuarto ya......__me mira con una media sonrisa, !!dioses¡¡¡ Adoro su sonrisa, adoro su expresión y sus ojos, estoy totalmente enamorada de él__voy a cambiarme....__se da la vuelta, dándome la espalda y veo su toalla caerse, alcanzo a girarme antes de ver nada, pero puedo asegurar que ahora mismo, podría cocinar un huevo en mi cara. 

Escucho el ruído de su ropa y después un momento de silencio, sus brazos me rodean desde atrás y besa mi mejilla con un beso sonoro:

__¿Nos vamos?__asiento mirándolo__ ¿vienes a comer a casa?__asiente.

__¿A tu hermano le molestará...?__niego.

__Le he avisado.....__el se ríe mientras salimos de su cuarto, recorremos el pasillo, se detiene justo en la entrada, coge las llaves del coche y las de casa y salimos, me mira mientras nos dirigimos al coche:

Por tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora