❥ Vigésimo capítulo

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Tres meses después

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Segunda oportunidad
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JiMin

Suspiré por quinta vez y volví a mirar a todas esas mujeres y hombres que estaban a mi alrededor, todos ellos eran mayores que yo y muchos iban acompañados de sus respectivas parejas. Miré el asiento de al lado, que se encontraba vacío, y bajé la mirada con algo de vergüenza y decepción. Le había rogado por más de tres semanas a YoonGi que me acompañara en esta cita, él solo aceptó con la condición de que lo dejara en paz y eso hice, cumplí cada uno de sus pedidos y todo para que no cumpliera su promesa, y me dejara plantado.

Volví a mirar mi celular, esperando que aunque sea llamara y diera una buena excusa a su falta, pero él no lo hizo y al parecer no pensaba hacerlo. Con mucho pesar, volví a guardar el aparato y tomé una de las revistas que yacía en la pequeña mesita central de la sala de espera.

Algunas mujeres me miraban con cierto recelo mientras que otras solo se dedicaban a murmumar lo muy joven que me veía para estar en este delicado estado. Lo sabía, porque al parecer no sabían disimularlo y mucho menos, susurrar. Por otro lado, las parejas de esas señoronas son los que más fastidio me causaban, siempre andaban mirándome o haciendo uno que otro guiño. Los odiaba.

Traté de ponerle la mayor atención a esa revista, pero con solo abrirla y notar que tenía más letras que imágenes me aburrí. Sin embargo, me dediqué a mirar las pocas imágenes que traía, pues no sabía de qué otra manera perder el tiempo. En una de ellas se podía admirar a un chico, igual de joven que JungKook, cargando a un bebé, aquello me hizo pensar en el padre de mi hijo y en todo lo que hubiera ocurrido si tan solo él se hubiera quedado.

— Tal vez las cosas hubieran sido diferentes — susurré para mí, mirando mi ya abultado vientre. Solo al alzar la mirada me percaté de que había llamado la atención de algunas mujeres, que no hacían nada más que juzgarme al verme de esa manera tan... poco amigable. No sabía la razón de su repentina atención hacia mi persona, hasta que la aburrida voz de la enfermera me sacó de mi trance y por tanto, me dio la respuesta a todas esas miradas.

Sonreí a modo de disculpa y me levanté con mucha delicadeza. Avancé lo más rápido que mis pies me lo permitieron, hasta que entré al consultorio. La doctora me recibió con una gran sonrisa en el rostro, ella sabía sobre mi historia y muy a pesar de eso no me despreció, ni mucho menos me trató mal. Ella, muy al contrario de todos, me apoyaba y aconsejaba como una madre a su hijo.

— ¡Está muy grande! — se expresó al ver y tocar mi vientre. Sonreí sin saber qué decir o cómo expresar mi agradecimiento. Ella al parecer lo notó, pues rápidamente me ayudó a tomar asiento.— Todo está yendo bien en casa, ¿Cierto? — Volví a sonreír, solo que esta vez fue con incomodidad, y asentí, aunque no me viera del todo convincente. — ¿No ha habido problemas con tu... — negué de inmediato, evitando la mención de YoonGi — ¿No has tenido ningún tipo de estrés? — volví a negar. — ¿Ni tampoco sobre cargas? — negué por tercera vez.

— ¿Yo... yo puedo saber el sexo de mi bebé en esta cita?

Ella dejó de mirar los tantos papeles que yacían en la mesa y asintió.

— Ya cumpliste cuatro meses, así que... ¡Hoy es el gran día!

Sonreí de felicidad, prestando la debida atención a los consejos de la doctora. Al terminar de hablar, pasamos hacia la camilla. Los nervios se apoderaron de mí tan pronto como tuve mi vientre abultado al descubierto.

El ya muy conocido gel frío se instaló en mi vientre y a los pocos minutos pude observar a mi bebé en la pequeña pantalla. No pude evitar reír y achicar mis ojitos al ver como ese pequeño ser iba creciendo dentro de mí.

— JiMin, ¿Has estado tomando las vitaminas que te recomendé?

Dejé de admirar a mi bebé al escuchar la voz preocupada de mi doctora.

— Yo... ¿Sucede algo? — pregunté con cierto temor. Ella me ignoró y siguió moviendo el aparato alrededor de mi vientre. Tuve miedo al instante y comencé a alterarme.— ¿¡Qué sucede!? — pregunté un poco más alterado. Sin embargo no recibí respuesta, por lo que mi temor aumentó. — ¡Exijo que me lo diga!

— Cálmate. — me dijo tranquilamente, alejando el aparato de mi vientre. — JiMin, tu bebé no tiene el peso que debería tener un bebé en esta etapa del embarazo. — Entre abrí la boca, tratando de defenderme o siquiera decir algo, pero no salió nada. Tenía demasiado miedo. — Tú sabes claramente que faltaste a las dos primeras citas y todo por no saber qué hacer, pero eso no te impide seguir con las indicaciones y tomar enserio esto. — Me sentí como un niño regañado, ella decía la verdad, al principio no tomé ni el más minimo interés a mi embarazo, pero ahora sí lo hacía. Sin embargo eso no bastaba. —¿Has estado siguiendo la dieta que te recomendé? — Asentí de manera lenta. — ¿Has estado comiendo todos los azúcares necesarios? — Bajé la mirada de inmediato. No podía decirle que sí cuando eso era una total mentira. — JiMin, hemos hablado de eso al principio de las citas y creo que tú me debes una explicación.

Mordí mi labio inferior, impidiendo de esa manera decir que YoonGi me había llamado "gordo y feo" el mes pasado al mirar mi forma tan apresurada de comer. No pensaba decir aquello por lo que me inventé la mentira más creíble.

— No me gustan los dulces.

Ella sólo rodó los ojos y negó al mismo tiempo. — Sí para el próximo mes no logras subir dos kilos tu bebé estará en riesgo. — advirtió. Volví a asentir como un niño regañado.

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Segunda oportunidad
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Al bajar del taxi, observé con mucha nostalgia la ecografía de mi bebé. — Jamás fue mi intención dañarte, bebé — susurré, mirando mi vientre. — prometo alimentarnos bien.

Traté de sonreír y volví a caminar hacia la puerta del edificio. Al estar en el ascensor, una sensación incómoda invadió mi pecho. Algo andaba mal.

El ascensor se detuvo y abrió sus puertas, salí y caminé a paso apresurado hasta mi departamento. Sabía que algo andaba mal, pero muy en el fondo quería mentirme diciendo que todo estaba yendo de maravilla. Solo al estar dentro de mi "hogar" pude comprobar que estaba totalmente equivocado. Los gemidos-gritos se escuchaban por todo el lugar.

Tragué grueso y con pasos suaves, casi lentos me dirigí hacía el origen de aquellos ruidos. Llegué a la habitación que compartía con YoonGi y al abrirla me arrepentí de inmediato.

YoonGi me engañaba.

YoonGi me engañaba

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 Segunda Oportunidad ❀ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora