「 d o s 」

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—¡Hola estúpidos inservi-

Yoongi ni siquiera ha terminado de ingresar por completo en la cocina cuando le lanzo lo primero que encuentro, que casualmente es una cuchara amarilla de plástico.

La cuchara lo golpea en la frente haciendo un sonido hueco. Yoongi forma su típica mueca de disgusto mientras avanza hasta la pequeña mesa, y ni siquiera recoge la estúpida cuchara. A mi lado, Taehyung se desarma de la risa, tanto así que temo que le de un ataque de asma. O tal vez muera de apnea, porque definitivamente no voy a darle respiración boca a boca.

Aunque quizá Yoongi lo haga.

El pensamiento me hace reír entre dientes.

—¿Puedo saber qué hizo alguien tan perfecto como yo para merecer este trato? —Farfulla Yoongi.

Ruedo los ojos mientras arrebato de las manos de un hiperventilado Taehyung una hoja ya bastante rayada.

Escribo en una de las esquinas libres del papel: "Podrías, ¡si no hubiera perdido mi teléfono por tu culpa! ¿Esperabas que te contestara con un "Hola, Yoongi. Acabo de recuperarme milagrosamente gracias a tu llamada. ¡Eres el mejor!"? "

Extiendo la hoja hacia Yoongi, a medida que lee, una sonrisa se va formando en su rostro.

—Uh, eso fue una equivocación. —Dice encogiéndose de hombros. Le da un golpe en la nuca a Tae para que deje de reírse -lo que no da resultado- y se sienta en el otro taburete junto a mí.— ¿Vas a explicarme cómo perdiste tu teléfono o...

Levanto mis brazos formando una equis, lo cual en nuestro lenguaje, es un "no" rotundo.

—¿No podías lanzarme algo más suave?—Refunfuña masajeándose la frente.— Va a salirme un chichón por tu culpa.

—¡Un...chichón...! —Jadea Taehyung golpeando la mesa. Ruedo los ojos cuando Yoongi se abalanza sobre él. Comienzan a pelearse como dos niños pequeños, incluso se jalan el cabello. Me encojo de hombros y me levanto de la silla, hago el camino hasta la sala con el propósito de echarme en el sofá de Tae hasta tener ochenta, pero antes de llegar el timbre suena.

Ya que son cerca de las ocho, asumo que se trata de el padre de Taehyung. Usualmente llega a esta hora de su empleo, así que abro la puerta sin pensarlo.

Puta. Vida. De. Mierda. Joder.

—Vaya. —Articula Hoseok dándome una mirada de pies a cabeza.

Solo traigo encima un suéter azul de Taehyung que me llega apenas por sobre la rodilla, mi cabello debe estar revuelto y mis mejillas llenas de plumón verde por culpa de los hermanos pequeños de Taehyung.

¿Debería llorar ahora o esperar a que se marche?

— No pensé que iba a encontrarte aquí. —Murmura.

Me limito a observarlo con los ojos abiertos como platos.

—Ahm. —Se inclina rascándose la nuca con nerviosismo. La imagen de él sin camisa sigue grabada en mis retinas, y no sé si sentirme bendecida o avergonzada por recordarlo.— Sé que eres cercana a Kim Taehyung, y también sé que él vive aquí, así que traje esto. —Añade levantando mi celular.

Doy un saltito fuera de la puerta y tomo mi celular como si se tratara del mismísimo Santo Grial. Lo levanto y abrazo el artefacto contra mí.

Mierda, ¿no lo habrá revisado, verdad? Porque creo que tengo un vídeo de él bailando The Greatest, y en ese entonces ni siquiera nos habíamos visto directamente.

talk - jhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora