talk - jhope

「 d o c e 」

Caminamos durante unos minutos por el borde la arena en un silencio algo tenso. Las calles comenzaban a cobrar vida, supongo que el horario de clases ya había acabado.

Veía una masa de estudiantes eufóricos recién salidos de la escuela, algunos gritaban, otros se reían de lo que sus amigos hacían y uno que otro miraba fijamente la pantalla de su móvil.

Que desperdicio. Un día precioso con gente tan feliz a tu alrededor, y ellos mirando una pantalla.

Los comerciantes encendían luces de neón frente a sus puestos en la calle y todo ese ambiente de vacaciones inminentes se hacía presente, mientras yo solo me encargaba de mirar cada cierto rato a Hoseok para asegurarme de que seguía ahí. Es extraño para mí verlo tan calladito.

A todo esto, quedan solo un par de meses para las vacaciones.

De pronto, Hoseok le da un vistazo rápido a su móvil y vuelve a bloquearlo con la misma rapidez para guardarlo en su bolsillo sonriente.

—Oficialmente, nos hemos saltado todo un día de clases. —Informa. No sé cómo responderle, así que me limito a asentir. Continuamos caminando. Según Hoseok, caminar me serviría para estabilizarme un poco luego de mi episodio.

Por un instante, me distraigo viendo a un par de chicas en la acera del frente que parecen estar discutiendo, y de no ser por Hoseok y sus reflejos de ninja dopado, me habría estampado contra el suelo.

—Nena, los cordones...—Chasquea la lengua y se agacha frente a mí, apoyando solo una rodilla en el piso.— Venga, levanta el pie.

Solo entonces comprendo que traigo los cordones desamarrados. Niego ligeramente, por alguna razón me siento avergonzada. No quiero ensuciar sus pantalones negros con los restos de tierra de mis zapatillas, y por otro lado, noto que algunas personas se nos quedan viendo atentamente. Tal vez tenga que ver con que Hoseok esté arrodillado como si en cualquier jodido momento me fuera a pedir matrimonio.

—Minnie, vamos. Me da igual un poco de polvo. —Ríe leyéndome el pensamiento. O bueno, la mitad de ellos. Suspiro brevemente y me impulso para apoyar mi pie derecho sobre su rodilla. Hoseok hace el nudo hábilmente, y luego se encarga de acomodar mis medias blancas para que ambas estén a la misma altura. Ese simple gesto me hace contener la respiración.

—¡¡Qué tierno!! —Chilla una estudiante a un par de metros de nosotros. Por como sostiene su celular, parece que nos ha tomado una foto.— ¡Yo también quiero un novio así!

Las otras chicas a su lado sueltan risas y comienzan a molestarla. Una de ellas trae una guitarra a cuestas y un chico un poco mayor a su lado carga lo que parece ser una caja de percusión. Estoy tan concentrada en la escena que no noto como ambos se acomodan a nuestro lado sonriendo cómplices.

Me percato de que la estudiante chillona vuelve a elevar su móvil para grabar, y no es hasta que la chica toca el primer acorde de su guitarra que caigo en cuenta.

—Oh, Dios...—Murmura Hoseok con los ojos brillantes de emoción. Incluso antes de que pase, ya sé que viene a continuación.— ¡Yo conozco esta canción!

Sonrío sin poder evitarlo. A mí también me gusta la canción.

—Así que espera, cariño. —Hoseok literalmente se pone a bailar en medio de la calle.— No te vayas a enamorar de alguien más o estaré celoso.