「 t r e c e 」

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Cierro los ojos un instante, sintiendo el aire congelado golpeándome en las mejillas. Tengo tanto frío que me hace apretar los dientes involuntariamente, pero aún así no me levanto del suelo ni para coger un suéter ni para cerrar la ventana. Básicamente, me arde la garganta, tengo los ojos hinchados y la mano de mi padre estampada en la mejilla. No me extrañaría ver un magullón allí al día siguiente, después de todo, papá aún no se quita la sortija de matrimonio, y creo que me rasguñó con ella al golpearme.

Sabía que la había jodido en todos los sentidos posibles, pero jamás había visto a papá tan furioso por algo. Lo que más me confundía, es que parecía estar más molesto por mi lazo con Hoseok que por el haber faltado a la escuela.

Y claro, también por marcharnos a la playa. Taehyung se encargó de contarle cada jodido detalle.

A estas alturas, ya no sé que pensar. No entiendo porqué Taehyung lo hizo, me siento traicionada y asquerosamente decepcionada de él. Además, tampoco logro comprender del todo la actitud de papá. Él nunca había llegado a golpearme. Nunca. Y ahora parece haber perdido todo tipo de autocontrol. No lo culpo, después de todo.

Tal vez me lo merezco.

Observo inútilmente la pantalla de mi móvil, como si mirándolo mágicamente el nombre de Hoseok o Boo o incluso Yoongi fuera a aparecer. Es estúpido, aún más teniendo en cuenta que está descargado y además, aunque me llamaran yo no podría contestar. De hecho, por la misma razón nunca me llaman, solo envían textos.

A excepción del retardado de Yoongi, él es el único que de vez en cuando lo olvida y me llama.

A pesar de que mi estado de ánimo está por los suelos, no puedo evitar reír entre dientes. Si Yoongi no me hubiera llamado aquella vez, Hoseok jamás se habría enterado de mi existencia y yo seguiría siendo una completa desconocida para mi sol radiante. Probablemente continuaría escabulléndome en el laboratorio para verlo bailar a escondidas.

Joder, era una psicópata.

Me recuesto lentamente y suspiro con fuerza. Estoy a punto de cerrar los ojos y dormirme en el suelo cuando alguien toca el timbre. Me reincorporo con el ceño fruncido, agudizo el oído para asegurarme de que papá va a abrir, pero no oigo sus pasos. Segundos después, vuelven a llamar al timbre.

Me asomo a través de la puerta de mi habitación cuidando no hacer ni el más mínimo ruido. Tengo miedo de que papá se me acerque otra vez. Busco en la oscuridad algo de movimiento, pero nada. Asumo que papá ha vuelto a tomar calmantes, lo que significa que ni siquiera con un huracán podría despertarse antes de que el efecto de los calmantes pase.

Doy pasos en tropel a través de la escalera hasta llegar a la primera planta. Abro la puerta de golpe, sin verificar antes quien es. Por lo mismo, me sorprende encontrarme con nada más y nada menos que nadie.

No hay absolutamente nadie frente a la jodida puerta.

Me inclino ligeramente para mirar a ambos lados, esperando que alguno de mis amigos o Hoseok aparezca de la nada y esto sea una broma. Pero no hay rastro de ninguno de ellos. Por mera casualidad, mi mirada se dirige al tapete de la entrada, encontrándome con una pequeña caja azul cuidadosamente acomodada.

Bien, esto acaba de comenzar a dar muy mal rollo. Es el tipo de escenas que ocurren al inicio de las películas de terror.

talk - jhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora