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Capítulo nueve.

//Lilly’s POV//

- No deberías estar tan nerviosa, es sólo una cena.

- Mathew, no entiendes, ese chico está aquí, en la escuela. ¿Sabes? Tú eres al único que le agrado.

- Bueno, pero, tal vez sea de los que te ignoran.

- Ojalá. Y lo peor es que mamá salió con éste tipo antes por mucho tiempo y ahora vienen a hacerlo serio. – Pierdo la mirada distrayéndome pero todo vuelve a aterrorizarme. – Dios, esto apesta. – Miro al resto de los chicos a mí alrededor apoyando mi cabeza en mi mano. ¿Con cuál de estos idiotas cenaré hoy? Y peor aún, ¿cuál será mi futuro posible hermanastro? Siento como si fuera a vomitar. – Estoy mareada, voy al baño. – Digo mientras tomo mi libro de dibujos y me levanto.

Entro al baño y me lavo la cara, me siento horrible. Lo peor es qué mamá quiere que sea una sorpresa, ni siquiera me dijo el nombre, sólo sé que es un chico. Entro al sanitario y descargo la vejiga. Cómo ya no tengo ánimos de salir levanto mis piernas y las pongo sobre el dispensador de papel higiénico, voy a dibujar. 

Escucho a otras chicas entrar al baño pero no salgo de mi dibujo. De hecho, hago esto todo el tiempo, desde hace un tiempo, es una manera de escondite, intento quedarme lo más callada posible así que nunca lo notan. 

- Entonces… ¿Vamos a hacer la fiesta o no? – Dice una chica. Es Scarlett, ya reconozco su voz.

- Mis padres viajarán el próximo sábado. Todo será perfecto. – Responde Mónica.

- ¡Genial! Tiene que ser espectacular, Dios, todos hablarán de ella.

- Obviamente, uno cumple 18 años sólo una vez. Será la fiesta del año.

- Ojalá. Sabes que Justin siempre hace la fiesta del año.

- Es injusto, él tiene ventaja porque cumple años después. Ah, no importa, siempre puedo ser el centro de atención en la suya. Bien, ya acabé, vamos.

- Espera, debo entrar al baño. – Escucho la puerta de un baño cerrarse.

- ¿Qué vas a hacer? 

- Ya sabes que voy a hacer. 

- Oh, vamos Scarlett, sólo comiste medio sándwich. – Dice Mónica. Scarlett no responde, simplemente comienza a vomitar. – Ugh, por favor detente.

Es lo normal cuando entran el baño, Scarlett es bulímica hace un tiempo, allí fue cuando otras porristas comenzaron a vomitar. Yo nunca lo he entendido, tal vez su autoestima no es tan alta como parece. 

- Dios, Lilly, relájate, tal vez no sea tan malo. – Me dice Mathew sentado en su moto. 

- Es fácil para ti decirlo, a ti no te importa lo que te dicen pero a mí sí. ¿Y si se casan? Ni siquiera podré estar en paz en mi propia casa. – Respondo alterada. Se levanta y me da un abrazo.

- En ese caso puedes ir a mi casa, todo está bien. – Recuesta mi cabeza sobre su pecho y comienza a acariciar mi cabello. Ojalá no fuera fea y tal vez se fijaría de mí.

- No, no está bien. Tus primos me incomodan y me da miedo salir. 

- Yo puedo recogerte, y también puedo drogar a mis primos, todo estará bien.

- No es momento de bromas, por favor. – Digo y me zafo de su abrazo.

- No es broma, sólo les doy pastillas de dormir y no molestan en todo el día. 

- ¿En serio? – asiente. – Yo creí que eras más bueno.

- Tú no vives con niños, pueden llegar a ser insoportables. – Lo miro con una mueca, él tuerce su mirada y se sienta en su moto de nuevo. – Ven, te llevo.

- No lo sé. – Digo como si sospechará de él. Él ríe.

- No seas tonta, no podría drogarte. – Dice. – Es que no traigo pastillas al colegio. – Frunzo el ceño y subo a la moto. 

Me paso toda la tarde pensando en quién podría ser. Ojalá sea como dice Mathew y sea de los que me ignora siempre, sería perfecto, nos ignoraríamos todo el tiempo y no tendría por qué preocuparme. Pero si es de los otros… Dios, estoy frita.

Mamá llega temprano y comienza a organizar y me hace hacerlo también. Luego me hace cambiarme, ella quería que me pusiera como si fuera a una cena con el presidente pero no, elegí un suéter y un pescador, y luego, en vez de usar botas, usé sandalias. No puede pedir más de mí. Mientras llegan veo televisión, suena el timbre y mamá me pega un golpecito en la cabeza para que me levante. Suspiro y me levanto. Mamá abre la puerta y recibe a su novio, Jeremy, creo, él pasa y nos saluda a ambas, su hijo aún no entra.

- Espera al chico en la puerta, Lilly. – Me dice, hago una mueca y comienzo a esperar. Mantengo la mirada perdida porque él chico está sacando algo del auto. Cuando siento sus pasos cerca levanto mi mirada, él levanta la suya y nos miramos. Yo ya estaba pensando que sería alguien malo, pero no así de malo. 

- Lamento desilusionarte, cariño, que estemos fuera de la escuela no significa que puedas mirarme. – Bajo mí mirada rápidamente mientras siento un dolor en el pecho. Él no puede estar aquí, él no puede ser. 

- ¡Justin! ¡Hola! Pasa. – Lo recibe mi mamá cariñosamente. Él pasa por mi lado, chocándome el hombro. Mi vida es asquerosa, quiero morir.

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