#33

44 1 0
                                    

Capítulo treinta y tres.

– ¿Con Mathew, Justin? ¿Por qué le harías algo así a Mathew? ¡Es el novio de Lilly! ¿Por qué pelearías con él? – Preguntó Jeremy.

– No sé, estaba enojado y me desquité con él. – Dijo Justin.

– Por no contar que hiciste algunos destrozos que yo tengo que pagar. Creí que ya habías aprendido a controlar tu carácter. Tal vez te meta en terapia, estás loco.

– No te lo recomiendo.

– Ah no, a mí no. Puedes amenazar y controlar a todo el mundo pero a mí no.

– Bien, entonces dime que harás al respecto. – Dijo Justin, convencido de que Jeremy no reaccionaría cómo otras veces.

– Tal vez te prohíba salir hasta que vayas a la universidad, tal vez te quite el auto, tal vez ambas. No logro decidirme realmente.

– ¿Me está jodiendo, viejo? – Preguntó Justin mientras se levantaba de la silla en la que estaba sentado recostando ambas manos sobre el escritorio de Jeremy mientras lo miraba atentamente, sintiendo la ira de nuevo. – Más te vale que no me hagas eso.

– No me amenaces, no seas patético. – Dijo Jeremy.

Casandra y Lilly volvían a la casa en la noche después de haber ido a varios lugares fueron recibidas con el estruendo de algo rompiéndose.

– ¡No me llames Drew! 

– ¡Te llamo cómo se me dé la maldita gana! ¡Y no me levantes la voz, merezco respeto, soy tu padre! 

– ¡Respeto mis bolas! ¡Jódete! ¡Te odio!

– ¡No me importa! ¡Ódiame todo lo que quieras, no me importa! ¡Ahora vete a tu cuarto y no salgas hasta que sea lunes! ¡Si no me obedeces tendremos un gran problema tú y yo! ¡¿Me oíste?! – Lo siguiente que escucharon después de eso fue un portazo increíblemente fuerte.

– Ve… a tu cuarto a descansar, hoy, ha sido un día largo. – Le dijo Casandra a Lilly, ella asintió y subió a su habitación. Demasiado largo para su gusto.

Al día siguiente Lilly fingió que tenía cólicos fuertes para no ir a la escuela, estuvo en su casa hasta las 2pm y después fue a visitar a Mathew. Timbró dos veces y Rachel abrió la puerta.

– Hola, Lilly. - Saludó Rachel. - ¿Qué me trajiste? - Preguntó. Lilly metió la mano a su bolso, sacó una muñeca de trapo y se la entregó. - ¡Oh mi Dios! ¡Mathew, mira! ¡Hizo a Claire! - Exclamó emocionada mientras le mostraba a Mathew que estaba recostado en el sofá.

Claire era una chica que Rachel le pidió a Lilly que dibujara. Se sentaron juntas y Lilly dibujaba de acuerdo a lo que Rachel le decía. A Lilly se le ocurrió hacerla una muñeca y dársela, se sentía incómoda mientras estaba con Rachel y Luke, se las arreglaba para agradarles.

Siempre que iba y estaba Rachel, le daba cualquier tontería. Un botón de su colección, un caramelo, una moneda. Por eso Rachel siempre le preguntaba a Lilly qué le llevaba.

– Dale las gracias. 

– Gracias. – Dijo Rachel con una sonrisa.

– Está bien. – Dijo Lilly y esbozó una media sonrisa un tanto incómoda. – Mathew está en el sofá. – Dijo y lo señaló. – Ayer se peleó en la escuela y alguien debe cuidarlo porque está muy herido. Yo lo hago, soy su enfermera.

– ¿Me... permites cuidarlo hasta que me vaya? – Preguntó Lilly. Rachel lo pensó por unos segundos.

– Mm... Está bien. Pero sólo porque eres su novia. No lo beses demasiado porque debe descansar.

StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora