#25

63 1 0
                                    

Capítulo veintucinco.

// Narrador Omnisciente//

- No estés tan mal, Lilly. No es cómo si el avión fuese a caer y todos muriesen a bordo. – Dijo Mathew empeorando la situación a propósito. Lilly sintió ganas de arrancarse el cabello.

- Apestas, ¿sabes? – Dijo Lilly algo exaltada. Estaba a minutos de abordar el avión y no necesitaba a su novio diciéndole que probablemente en ése vuelo de dos horas a México moriría. 

- Lo lamento, es la costumbre. 

- No, no hay problema. Tal vez el avión caiga en el mar y nos ahoguemos.

- No creo que el avión caiga al mar y todos mueran ahogados. 

- Bueno, tal vez yo lo haga a propósito, ¿Quién sabe? 

- Deberías tomar una pastilla y tener en cuenta que en México son muy agradables, eso dicen. –Lilly lo miró con una expresión que decía: “¿Me estás jodiendo?”. – Lo lamento, olvidé que detestas el contacto físico y te cuesta socializar, mi equivocación. – Lilly ablando su expresión y miró al frente. 

- Ya tomé dos pastillas pero no funcionan. – Mathew se sacó un frasco de píldoras prácticamente lleno del bolsillo y se lo extendió a Lilly.

- Toma. – Dijo Mathew y Lilly lo miró, tomó el frasco y lo analizó. – Son más fuertes que las que ya tomas y el frasco está casi completo porque no las necesito, nunca tuve una ansiedad fuera de lo normal.

- ¿Crees qué puedo tomar esto? Digo, ¿Eres médico? Auto medicas a tus primos, ahora a mí… En lo personal creo que con tus primos es suerte. – Bromeó Lilly.

- Lo que yo creo es que si no te las llevas te vas a suicidar y eso es lo que creo. ¿Trajiste mantequilla de maní? – Lilly se llevó la mano a la frente y cerró los ojos con fuerza como reacción a la pregunta.

- Carajo, la olvidé. 

- Sé que es algo mediocre, pero, feliz navidad. –Lilly abrió los ojos y vio como Mathew extendía hacía ella un frasco de mantequilla de maní. Mientras ella se lamentaba con los ojos cerrados Mathew estaba sacando la mantequilla de maní de la bolsa. Y sonrió, pero no fue de esas sonrisas que solía hacer que más que sonrisa era alzar las comisuras de los labios, era una sonrisa completa. 

- ¿Mediocre? No quería una corona de diamantes, Mathew, esto es perfecto. Gracias. – Dijo Lilly y guardó el frasco en su bolso de mano. 

- No es nada. – Dijo él y sonrió.

Lilly y Mathew siguieron hablando hasta que se vieron interrumpidos por los gritos de la mamá de Lilly. Lilly se levantó, dejó su maleta con Mathew y fue a atender a su mamá. 

- ¿Qué pasa? – Preguntó Lilly a su mamá cuando estuvo a su lado.

-Lilly, han llamado mil veces a abordar ¿cómo es posible que no escucharas? Ahora debemos subir al avión, vamos. – Respondió su mamá y la tomó del brazo para hacerla abordar. Todo pasó muy rápido para Lilly. 

Cuando estaba sentada en el avión sacó celular y le marcó. Ya que si bajaba del avión podría quedarse, a ella le habría encantado correr ese riesgo pero su mamá simplemente no la habría dejado.

- Hola, ¿dónde estás? – Preguntó Mathew en cuanto contestó la llamada.

- En el avión, al parecer ya habían llamado varias veces pero no escuché nada así que cuando llegué mi mamá me tomó del brazo pasó los tiquetes y me hizo abordar. Llamaba para despedirme.

StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora