Entre cotilleos y sorpresas

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Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, son exclusivos de Rumiko Takahashi. Esta historia está libre de fin de lucro.

Entre cotilleos y sorpresas.

—Buen día.

Volteó a ver a la mujer pelirroja, que le saludó con muy pocos ánimos.

Aun vestía el pijama de blusa de tirantes blanca y el pequeño short rosado. Sus cabellos rojos eran todo un desastre y se notaba que había bebido más de la cuenta.

—Que borrachera te has pegaste anoche, Ayame —comentó con diversión.

—Calla, no me digas más —la pelirroja tomó asiento al lado de Rin—. No vuelvo a tomar de esa manera.

—Claro —dijo con ironía.

—¡Oye! Deberías confiar más en tu amiga.

Sólo pudo reír ante las palabras de Ayame.

La conocía desde hace nueve años, y fue la primera amiga que tuvo desde que salió del orfanatorio.

Las dos trabajaron en el mismo centro de recreaciones, específicamente en un karaoke. Pero su amistad se fortaleció, cuando Ayame se independizo y empezaron a convivir en el mismo departamento. Ahora podría decirse que eran como hermanas.

—Te creo, pero mejor desayuna algo. Hice hotcakes.

Ayame repentinamente la rodeó, apretujándole en un fuerte abrazo, mientras frotaba su mejilla con la de ella.

—¡Por eso te amo!

—Lo sé.

La pelirroja dio un beso en la mejilla de su amiga y se dispuso a servirse del maravilloso desayuno que había preparado Rin. Pero se detuvo al tercer hotcake, para prestar toda su atención a la pelinegra que bebía café de la gran taza.

Sus ojos verdes escudriñaron a su amiga, la cual, a tan insistente mirada, se sintió incomoda.

—¿Ocurre algo malo? —Espetó preocupada.

—¿Planeas conquistar a tu nuevo jefe?

—¡¿Eh?!

Rin se quedó extrañada ante la curiosa y tonta pregunta por parte de Ayame.

No entendía a qué venía eso. Después de todo, apenas lo conoció ayer y con lo poco que lo trató, ni siquiera podía considerarlo como alguien de su gusto.

—Kōga me dijo que Sesshōmaru, se parece mucho al señor Takashima. Así que supongo, que debe ser un hombre muy atractivo, ¿no es así?

Ladeó un poco su cabeza hacia la izquierda.

Simplemente su amiga estaba por las ramas, al pensar cosas que ni siquiera se acercaban a la realidad.

—Sí, es un hombre muy guapo. Pero, aun así, eso no es motivo —movió su cabeza con negación—. ¿Qué te hace decir que yo quiero conquistarlo?

—Por las ropas que usas hoy.

Bajó su mirada marrón hacia sí misma, entendiendo porque la pelirroja ideo tal tontería.

—Hoy tenemos junta —habló con calma—. Y sabes muy bien, que para esos días importantes uso los trajes que me regalo la señora Izayoi.

—Ya veo.

Ayame mostró su total desilusión al ver que no había nada de lo que ella imaginó, así que volvió toda su atención a su plato.

Al terminar de servir su taza de café, cogió asiento al lado de Rin, así empezando a comer. Pero su curiosidad era mucha, así que tenía que saber porque su amiga, no mostraba ningún interés en susodicho personaje.

Cambios InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora