Disclaimer: Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, son exclusivos de Rumiko Takahashi. Esta historia está libre de fin de lucro.
Miedo e inseguridades
Rin entró cuidadosamente al despacho para hacer el más mínimo ruido posible, pero conociendo a su novio, éste ya sabía que estaba dentro. A veces su magnífica faceta de bromista era aplastada ante el Demonio Blanco, que le demostraba que para esos juegos él iba un paso adelante.
-¿Qué necesitas, Honjō?
-Ya pasan de las dos de la tarde -caminó pausadamente hacia el grande escritorio-, y quería preguntarle algo -rodeó el mueble y se acercó hasta Sesshōmaru, quitándole de paso los papeles que tenía en las manos. De esa manera se ganó la dorada mirada, con aquella ceja altiva e interrogante-. Espero que no esté muy ocupado, porque le voy a invitar a comer.
Sesshōmaru se echó hacia atrás para recargarse en el respaldo de la silla, pero sin apartar ni un sólo momento los ojos de Rin. Fue cómo si su propuesta lo hubiera interesado, y no precisamente porque sería ella quien pagaría la comida, sino porque sería la primera vez que la secretaria tomaba la iniciativa.
-¿Qué dice? -Le sonrió coqueta.
-Antes de darte una respuesta -se cruzó de brazos-. Debemos hablar de algo que he estado aplazando.
-¿Hablar sobre qué? -Ladeó su cabeza curiosa y algo asustada.
Generalmente cuando el albino le decía que tenían que hablar, no era para charlar del clima o que tal iba la temporada de Béisbol. Siempre venía cargado de una sorpresa o una mala noticia. Así que no tuvo de otra que tomar cómo apoyo el filo del escritorio, por si la sorpresita le provocaba el caerse por el asombro o la conmoción.
-Le escucho -lo alentó, al ver que no hablaría hasta que ella se sintiera segura de proseguir-. ¿De qué se trata?
-Ya no quiero que seas mi secretaria.
-¡¿Qué?! -Exclamó intempestivamente.
-Escuchaste bien.
Su cuerpo se tensó, sus dedos se aferraron a la orilla del escritorio cómo si pudiera penetrar la madera, su quijada se apretó y su mirada estaba estática sobre su jefe -sino es que ya era su exjefe-, que parecía bastante calmado ante la frase que le lanzó sin más.
Respiró profundo, tratando de encontrar un poco de tranquilidad, así podría escuchar la razón o las razones para que quisiera deshacerse de ella. Sobre todo, que ahora ya era el presidente de la compañía.
-¿Puedo saber por qué? -Expelo con una seriedad nada propia de su personalidad.
-¿No has pensado en especializarte?
Su enfado se transformó en asombro en cuestión de segundos, por esa simple pero significativa pregunta que el albino realizó. Ella había quedado en la universidad en un bajo perfil de conocimiento de Administración de Empresas. En ese entonces, la beca que tenía no le podía ofrecer más. Ella no podía trabajar y estudiar al mismo tiempo, en una carrera que la absorbía. Era eso o morir de hambre, y cualquiera con un par de dedos de frente escogería la opción de seguir viviendo, aunque fuera de una manera modesta. Por eso aprovechó la oportunidad de entrar cómo secretaria y aprender conforme a la marcha. Tuvo muchos momentos en querer volver a ingresar a la universidad y especializarse en Finanzas y Sistemas. Pero ser la secretaria de presidencia la mantenía concentrada sólo en su trabajo.
-Eres muy buena en el área financiera, sino es que eres mucho mejor que los titulados que tenemos cómo empleados -habló parcamente-. Si en verdad quieres continuar en la compañía, espero que sea en un puesto mucho mejor, que sólo ser la mano derecha de presidencia.
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Cambios Inesperados
FanficSesshōmaru regresa a Japón, para reclamar el lugar que le pertenece. Pero vera que sus planes sufrirán cambios inesperados, la mayoría siendo provocados por la secretaria de su padre.