Capítulo 20

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Narra Jayden

Todo era tan lindo, no podía creer todo lo que estaba pasando, a pesar de que no podía recordar muchas cosas, entrar en aquel lugar me daba cierto aire de nostalgia, todo tan ordenado y no solo eso, sino el hecho de que todos mis amigos se hubiesen esforzado para hacer eso, mi corazón palpitaba rápidamente, no sabía exactamente cuanto tiempo llevaba apreciando el lugar hasta que escuché mi nombre salir de entre los labios de Kagekao.

Kagekao: Espero que te guste... señorita-

Lo miré y sonreí asintiendo frenéticamente con emoción, pero había algo que no me convencía del todo con esas palabras.

Jayden: Me encanta, pero... ¿Señorita?-

Kagekao: Sí, no te puedo seguir llamando pequeña, no debe ser muy cómodo para ti- Dijo un tanto inseguro.

Jayden: Es que... me gusta que me digas... así- Dijo bajando la cabeza un tanto avergonzada.

Podía sentir como los colores subían a mis mejillas.

Kagekao: Entonces, eres una pequeña. MI pequeña- Sonrío inconscientemente.

Él viene en mi dirección y toma mi mano con tanto cuidado, como si me fuese a romper y estuviese asustado de esa posibilidad, pero yo estaba tan contenta y a la vez avergonzada. Sujeté su mano con fuerza y lo miré con una sonrisa, él me la devolvió y me guio hasta la puerta, estaba tan metida en mi mundo que no me di cuenta de que Sadie se había ido del lugar, ella obviamente sabía todo lo que pasaría en esa tarde.

Salimos de la cabaña y miré extrañada a Kagekao, el cual sólo me miró tranquilamente, lo cual me relajó y me dejé llevar a donde sea que íbamos.

Caminamos por el inmenso bosque en dirección a un lugar que Kagekao quería que yo viese, no sabía que esperar, estaba emocionada por lo que quería que viese, pude sentir como mi mano rozó levemente con Kagekao, lo miró levemente y él miraba en otra dirección, me debatí un poco, pero al final de unos segundos tomé su mano con un poco de timidez, bajando mi cabeza por la vergüenza que tenía, me calmé al sentir como se aferraba a mi mano con firmeza, su mano era tan grande en comparación con la mía, pero era como si fuesen hechas para estar juntas, tal vez me estaba imaginando cosas, pero pude sentir como con uno de sus dedos acariciaba suavemente mi mano, era tan lindo.

Kagekao: Aquí es, pequeña- Me anuncia al llegar al lugar.

Un lugar tan lindo, como un pequeño prado, unas cuantas flores se asomaban de entre unas pequeñas hierbas, había un pequeño árbol que tenía un hueco entre sus raíces, de ahí vi salir a unos lindos animalitos, no podía creer que en un gran bosque tan intimidante como este, se encontrara esta especie de prado.

Volteé a mirar a mi novio y este me miró expectante, salté sobre él para abrazarlo, provocando que perdiese el equilibrio y ambos caigamos sobre el verde césped, rodamos en él jugando un rato, era la primera vez que no lo veía serio, cuando nos detuvimos, vi que me miraba con una pequeña sonrisa que se asomaba de entre sus labios, una burlona.

Jayden: ¿Qué?- Él suelta una carcajada.

Su risa, lo más perfecto del mundo, como música que se había hecho únicamente para mí, lo miré y me contagié con su risa, ambos reíamos y era simplemente perfecto, valía una mierda si nos veían, valía una mierda si pensaban que lo nuestro era extraño y no nos entendía, era nuestra vida y podíamos amar a quien quisiéramos. Luego de nuestra incesante risa, tuvimos que parar para tomar un poco de aire, entonces me miró, una mirada tan pura, y lo supe, todo era de verdad, me quería y yo lo quería a él.

La Cabaña (Kagekao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora