Quería darme un tiro cuando recibí la calificación de mi examen extraordinario, el corazón me latía rápido y las manos me temblaron apenas vi el resultado, tenía una enorme NA en mi kardex. ¿Cómo era posible que no haya aprobado? Después de todas las horas que invertí estudiando, de todos los ejercicios y los apuntes, ¡¿cómo era posible?! Incluso Dan pasó un día entero explicándome las dudas que todavía tenía justo antes del examen. ¿En qué fallé? Oh... Déjame recordarte en qué fallaste Anette Ibarra, fallaste en saltarte las clases importantes para intentar salvar una relación que desde hace mucho se fue a la mierda. Sí, en eso fallaste. ¡Maldición!
—Lo siento, estaba con Gabo.
Ingrid se acerca a mí para saludarme con un beso en la mejilla, dejando su bolso sobre la silla vacía que estaba a mi lado. Entiendo que haya llegado tarde, al contrario, me siento bastante apenada por haberla sacado de su cita sabiendo que le queda poco tiempo en México, sabiendo que está a nada de regresar a Estados Unidos y que estos últimos días los ha aprovechado para pasarlos con Gabriel. Pero aquí está, lo ha dejado a él para venir después de que la llamé, apoyándome como siempre. Jaló la silla que tenía en frente y se sentó, buscando mi mirada después.
—¿Qué pasa?
—No pasé el extra...
—Oh... Lo siento mucho. ¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Cómo te sientes?
—Pues lo más seguro es que recurse. ¿Qué cómo me siento? De la verga. Todos van a estar taaan decepcionados de mí. Todos me tienen en un lugar en dónde siempre he sido la chica inteligente, la estudiante perfecta, los voy a decepcionar porque no es así. —Le digo, evitando mirarla a los ojos—. Soy un total fiasco.
—Hey, eso no es cierto. Yo estoy orgullosa de ti baby, eres humana y tienes derecho a fallar de vez en cuando. —Ingrid me obliga a mirarla—. No tienes que ser perfecta todo el tiempo, eso es agotador.
«No tienes que ser perfecta todo el tiempo, eso es agotador» ¿y cómo cree Ingrid que he vivido los últimos años de mi vida? Cumpliendo las expectativas que todos tienen de mí, intentando ser todos los días la hija perfecta, la estudiante brillante y en su momento, la novia bonita que lo quería y cuidaba tanto como la madre de Matt lo hacía. Los últimos años de mi vida los he gastado intentando acercarme a la perfección, y sí, es agotador, pero es lo único que me han orillado a hacer. Y no sé cómo dejar de hacerlo.
Liz se acercó a nosotras para entregarle su latte helado a Ingrid, cruzamos la mirada por un momento y traté de esbozar una sonrisa para ella.
—¿Te sientes bien Anette? —Cuestiona.
—Sí, sí, gracias Liz.
—Bueno. Cualquier cosa que necesiten me hablan, ¿vale?
Ambas asentimos con la cabeza y la vimos regresar hacia adentro de la cafetería, no entiendo porque se comporta tan amable conmigo, ni siquiera hemos hablado alguna vez, solo sé que es amiga de Daniel y ella sabe que... Dan y yo, estamos «saliendo», ni siquiera es oficial. Ingrid movió el vaso en el que tenía su bebida y después de beber un poco, decidió volver al tema de conversación.
—¿La conoces?
—De vista solamente, es amiga de Dan.
—¿Dan? —Cuestiona Ingrid con un tono de voz pícaro—. ¿No Daniel? Ya hasta diminutivo le pusiste... ¿Te gusta?
—Se me hace interesante. —Respondo, evitando mirarla mientras agitaba cuidadosamente mi cold brew para combinar ambas capas—. Además es un chico que sabe lo que quiere y eso me encanta... Pero no, digo, apenas acabamos de conocernos, hemos salido un par de veces, pizza, Cineteca, lo acompañé a comprar discos, fuimos al Museo Jumex a una exposición... Sólo eso.
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Solo te quiero para mí [1]
Teen FictionDespués de que Matías termina su relación de años por mensajes de texto, Anette decide darle una segunda oportunidad al amor con Daniel, un chico que termina por revolucionar su vida. Un nuevo amor, un amor del pasado y algunos dramas de por medio...