Capítulo 30

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Junio, 2018

Julieta ha encontrado una nueva obsesión: las telenovelas turcas y Çağatay Ulusoy. Ha aprovechado que terminamos de rendir los finales para ponerse al día con sus capítulos favoritos y también ha aprovechado la oportunidad de llevarme a comer comida turca para ponerme contexto con la cultura que últimamente la ha atrapado tanto.

Y, a pesar de que Julieta quería que quedara tan fascinada como ella con la comida turca, no logró atraparme por completo. Sabe todo muy concentrado, con demasiadas especias y apenas he terminado mi plato siento ya que me arde el estómago.

—Probablemente me voy a inscribir a crossfit. —Me dice, bebiendo un poco de su café—. Quizás lo haga cuando regrese de Puerto Vallarta.

—Cool, ¿te vas con tu familia?

—No, me voy con Eric. Estuvimos ahorrando y juntamos lo suficiente para irnos de viaje juntos, estoy súper nerviosa por eso.

—Que bien, sólo... Cuídense.

Mi amiga intentó escudarse en su café, pero las mejillas se le han puesto rojas como un jitomate.

—¿Qué? Digo, se van de viaje, es obvio que va a pasar algo.

—Ay sí pero, no sé, se me hace algo incómodo de hablar incluso contigo.

—Okey, no hablaremos de eso ahora. No sé porque te da tanta pena. —Le digo—. Es normal platicar entre amigas este tipo de cosas, si supieras lo que me cuento con Ingrid.

—Sí, pero yo no soy Ingrid, espero que lo entiendas.

Tomé un poco de café y después miré momentáneamente mi teléfono. Me llamó un poco la atención lo que vi en mi Instagram: «a @MattLicea le ha gustado tu publicación», ¿una vez más? Lleva un par de días haciendo lo mismo, me deja «me gusta» en mis fotos, ve mis historias, creí que con lo de Carla me había dejado de seguir pero al parecer no fue mutuo.

—¿Tú piensas salir de vacaciones?

—No lo sé, mi papá tiene demasiado trabajo en el despacho. Probablemente voy a aprovechar el tiempo para trabajar con él en el verano, necesito dinero propio.

—Buena idea, el dinero nunca sobra.

Tomé finalmente un lokum de color rojo, vaya que de esto si era fan, puesto que me concentré más en continuar comiendo aquellos cubitos gelatinosos que en escuchar lo que me contaba Julieta sobre sus planes con Eric para Puerto Vallarta.


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No había podido elegir peor plan para el verano que pasar días enteros ayudando en el despacho contable de mi padre. Le dije a Ingrid que quería un descanso para mí y esto no era lo que pensaba que haría para ese break que tanto necesitaba. Yo necesitaba un escape a la playa y desaparecer un rato, necesitaba sentarme a la orilla del mar y que mi única preocupación sea saber qué bebida voy a beber después, si una piña colada o un mojito.

Solo te quiero para mí  [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora