Era increíble lo feliz que me sentía en estos momentos. Hace tres semanas sentía que el mundo se me venía abajo cuando me enteré de que iba a recursar fisicoquímica y ahora sentía que estaba en mi mejor momento.
Amaba mis clases con la Dra. Rosalía, incluso levantarme temprano no parecía una tortura y eso que yo tengo una pelea constante con mi despertador. Me encantaba llegar y sentarme con Julieta para escuchar a la profesora dar las clases más amenas que alguna vez experimenté en toda mi vida como alumna, si todos los profesores fueran como ella seguramente que el sistema educativo en México sería diferente.
—Estoy amando fisicoquímica por ella. —Me dice Julieta, cerrando su cuaderno—. En verdad, Carmen varias veces me hizo pensar en salirme de la carrera y con Rosalía siento que todo está valiendo la pena.
—Lo sé, me está pasando igual. El semestre pasado consideré seriamente darme de baja...
Abandonamos el salón juntas, con dirección hacia la cafetería para comprar algo de comer. Julieta apretó su coleta de caballo y se miró rápidamente en el espejito que cargaba siempre con ella para asegurarse que el labial rojo siguiera casi intacto en sus labios. Por como venía hoy arreglada, sabía que saliendo de aquí iba a ver a su novio, siempre que se acicalaba de más significaba que él vendría a recogerla a la universidad.
—¿Ya lo perdonaste? —Cuestiono.
—Ya. Eric a veces es un poco orgulloso para admitir cuando se equivoca. Sé que me ama Ann, se tragó su orgullo y me fue a buscar a mi casa, ¡me llenó de flores!
—¿Estás segura de que eso es lo que quieres? Juls, te cela por todo.
—No por todo, pero sabes cómo es Mauricio y le fueron con chismes, le dijeron que según yo andaba con él. Sabes que Mauricio y yo jamás seríamos una posibilidad tan siquiera, Mau es un fuckboy en toda la extensión de la palabra.
—Lo sé, destrozó a Laura en el verano. —Musito, aún insegura por la relación que Julieta mantiene con Eric—. Pero me alegra que todo esté bien entre ustedes.
Realmente no me gustaba la relación que Julieta mantenía con su novio Eric. Él la celaba por cualquier cosa y ella se la pasaba llorando por todos los rincones cuando su novio se molestaba, le aplicaba la ley del hielo y tomaba la decisión de bloquearla de toda red social existente. Aquellos dramas comenzaban a hacerse mucho más frecuentes y Julieta estaba cayendo en ese círculo vicioso que conducía inminentemente a una relación bastante tóxica.
Finalmente nos sentamos en una mesa después de haber comprado el desayuno, Julieta miró por última vez su teléfono, feliz porque Eric por fin ha respondido el mensaje que le envió más temprano. ¿Hasta cuándo durarían en paz esta vez?
—¿Tú cómo vas con Daniel?
—Bastante bien. Sólo que... Digamos que establecimos ciertas reglas. —Le digo, su expresión me hizo saber que no le quedó claro eso último que dije—. Nos deseamos los buenos días y no hablamos mientras estamos en clase, regularmente ya lo hacemos como a las seis, de igual forma casi no nos vemos entre semana, pero sé que los fines de semana ya tengo plan con él. Mañana vamos a ir a ver a la banda de su amigo Héctor en un bar en Insurgentes Sur.
—Genial, espero que todo salga bien entre ustedes. Lo de Matí...
—Shhh, no quiero escuchar su nombre.
Mi celular vibró, lo miré de reojo para darme cuenta de que Dan no ha seguido esa regla que establecimos. Me ha mandado una foto de él con Liz haciendo una mueca mientras tomaban clase, seguido de un mensaje que decía:
Daniel Morán: Te extraño, ya quiero verte.
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Solo te quiero para mí [1]
Roman pour AdolescentsDespués de que Matías termina su relación de años por mensajes de texto, Anette decide darle una segunda oportunidad al amor con Daniel, un chico que termina por revolucionar su vida. Un nuevo amor, un amor del pasado y algunos dramas de por medio...