Capitulo V.

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Stanley.

Hoy fue un día difícil, estaba cansado, solo quería estar en casa, en calma con una buena cerveza en la mano, y así fue eran cerca de las once de la noche, abrí el refrigerador en busca de mi bebida.

Claire ya se había ido a dormir, encendí la televisión y las noticias locales estaban siendo transmitidas en el horario nocturno, me senté en una silla que tenía cerca, le di un sorbo a mi cerveza y comencé a descansar, pero eso duro muy poco, el sonido de los aullidos de los lobos y perros lejanos no me lo permitieron, pero a eso no le di importancia, sino que lo verdaderamente desconcertante fue el sonido de unos gritos de ayuda que surgieron del bosque.

Sali, con escopeta en mano en búsqueda de aquella persona, tal vez fue altruismo o tal vez quería que se callasen de una vez, con fuerza azoté la puerta y me encamine hacia aquel lugar, un diminuto sonido se pequeños pasos sobre tierra marcaron seguido por otros pasos mas.

-Stan, Stan, espera- dijo la voz de Grace mientras se acercaba a mi, estaba exhausta había corrido, tenía miedo, se le notaba en la voz.

-¿Que pasa?- pregunté mientras giraba para encontrarme con ella cara a cara, clavé mis pies en la tierra y sostuve el arma con una sola mano.

-Voy contigo- respondió con voz entrecortada, se ajustó la chaqueta roja clara a sus hombros para evitar el frio, se acomodó los guantes sin dedos color gris y se acomodó a mi paso.

-No- espeté con firmeza antes de que tuviera la loca idea de cometer una locura o un error.

-Si, si ire, ¿Sabes porque?, porque no permitiré que vayas hacia allá a enfrentarte a algo que no conoces, no permitiré que mueras, o por lo menos solo- Me quedé un momento en silencio, solo la miraba, era una ingenua, todos lo somos al fin y al cabo, Grace solo se dedicaba a mirarme y a intentar descifrar mi lenguaje corporal -Tienes miedo- dijo -Tienes miedo a que me pase lo que le pasó a Heather ¿Verdad?.

-Bien sabes que pude haberlo evitado- respondí, había tocado una fibra moral de mi persona, algo que para mi se había vuelto un tema difícil e inclusive tabú, casi nadie hablaba de eso.

-Sigues culpandote de su muerte- movió la cabeza de un lado al otro con una expresión seca y con énfasis a decirme que estaba en un enorme error -Yo viví su asesinato, y no te voy a mentir, la extraño y bien si supiera quien se lo hizo yo misma lo despedazaria con mis propias manos y haría que se comiera sus extremidades, pero no tienes que cargar con su culpa, si estuviste en el lugar equivocado en el momento equivocado- puso su mano tibia sobre mi hombro y con la otra levantó mi rostro apoyándose en mi menton -Estaré bien, te lo prometo, además alguien viene con nosotros.

-¿Quienes?- pregunté mientras volvía a colocar la escopeta en ambas manos, tenía el guardamanos de madera en mi mano izquierda.

-Jean y Daryl- respondió mientras levantaba la mano derecha y señalaba a aquellos hombres que se alejaban de la carpa del circo y de sus luminosas residencias para unirse a nuestra empresa.

-Bien, así nos cuidaran nuestras espaldas- dije mientras comenzaba a caminar en dirección donde había escuchado los gritos de aquellas personas.

Nuestros pasos resonaban entre el montón de hojas que se encontraban en el suelo de fango y charcos de agua lodosa, las linternas de Daryl y Jeane alumbraban lo mas recóndito del bosque haciendo correr a aves y a pequeños animalitos hacia sus escondites dentro de árboles o arbustos -Allí, Daryl apunta con la linterna- dijo Grace mientras señalaba con el dedo y con desesperacion, la linterna de Daryl apuntó hacia una nube de humo que era proveniente de un automóvil anaranjado que estaba cuidadosamente estacionado entre un par de árboles, tenía las llantas desinfladas y los faros totalmente destrozados, nos acercamos hacia el vehículo con miedo de lo que pudieramos encontrar en el.

Jean iluminó el interior del automóvil y encontramos para nuestra desgracia y desafortunado una chica de unos 25 años de edad completamente atada de manos y pies, sentada en el asiento del copiloto y amordazada, tenía sangre en la mejilla izquierda y sudor en la frente.

-Gracias- dijo la muchacha en desesperación.

-¿Como llegaste aquí?- preguntó Jean mientras se dedicaba a liberar sus pies y manos.

-Ya viene, tienen que ayudarme- gritó mientras tomaba a Jean de la camiseta con sus dedos acalambrados.

-Alguien viene, ¿Quien viene?- preguntó Daryl asustado.

-Quien me trajo aquí, deben ayudarme, vámonos ahora que hay tiempo- gritó con euforia, pero no había mucho que hacer, unos pasos agigantados que golpeaban con fuerza el suelo de tierra comenzaba a hacerse mayor, cada vez más fuerte, di vuelta a mi cabeza y me encontré con una enorme silueta negra, no se distinguían sus rasgos, pero cada vez estaba más cerca de nosotros, sentía su agitada respiración en mi cuello, solo podía distinguir un cuchillo en la mano y un portafolio en la otra, -Ya es tarde, ya está aquí- dijo.

-Vaya, vaya, parece que tienes unos nuevos amigos- expresó esa voz profunda y gruesa.

La oscuridad aún no permitía ver su rostro pero si que era aterrador, se acercó cada ves más a nosotros, pero ahora a pasos pequeños y me di cuenta que no era un cuchillo, era un machete, lo alzó ante mi y...

El Gran EspectáculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora