Capitulo XVIII

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Al día siguiente fuimos a visitar a Grace a la cárcel, fue algo un tanto extraño ver a nuestra amiga en esa situación, Grace lo había dado todo y ahora no tenía nada, solamente ropa color naranja y una condena de cinco años, llegamos a la sala de visitas donde habían otras presas pero Grace no estaba allí, esperamos un rato y un guardia la estaba escoltando.

-Hola Grace- saludó Becky con una sonrisa un tanto forzada -¿Cómo has estado?

-Pues- titubeó un poco, arrastró una silla para poder sentarse frente a nosotras -Dentro de lo cabe bien- exclamó desanimada, -¿Y ustedes?

-El circo está como locos, nada es lo mismo que antes, se te extraña mucho- dije.

-Gracias, aquí también los extraño- replicó Grace.

-Te tenemos una noticia- Grace se mostró claramente interesada -Descubrimos que fue el vagabundo que vimos cuando levantamos a Tom quien te delató.

-¿Cómo lo saben?, no me digan que fueron a su casa y le pusieron una pistola en la sien- dijo Grace alzando la voz, se había levantado brevemente de su asiento, Becky y yo nos miramos con una cara que delataba nuestra culpabilidad -Por favor tengan cuidado, este lugar no es para ustedes- dió un pequeño suspiro -Ni para mí.

-No te preocupes lo hemos estado teniendo, y tenemos un plan de contingencia por si Stwart aparece-

-Espero que con ustedes si funcione- dijo Grace.

Pasamos otro rato hablando sobre lo que estaba pasando en nuestras vidas, sobre la vida de Grace en ese nuevo ambiente, pasó cerca de una hora cuando un guardia se acercó a nosotras y dijo -Su tiempo se acabó reclusa Holcroft.

Nos retiramos hacia dónde teníamos la reunión con Frank y observamos como Grace atravesaba una puerta hacia el interior de aquel lugar.

Grace

Había vuelto ya de mi visita, y para mí sorpresa ya era la hora del almuerzo por lo que me dirigí al comedor, me formé para que me sirvieran mi comida, la fila siguió y fue entonces cuando escuché la voz de alguien detrás de mí.

-Hey, novata- dijo la voz a mis espaldas, no era una guardia tampoco alguien con quien ya había hablado antes, era alguien que no conocía, -¿Te llamas Glenda, verdad?

Giré mi cabeza y me encontré con una chica de aproximadamente mi edad, tenia el cabello castaño y los ojos de color marrón, mi suposición era correcta, no la conocía, con mi bandeja ya con comida en mano y apretando mi paso en la fila le respondí -No, me llamo Grace- continué avanzando hasta que vi una mesa solitaria -¿Que tenias que decirme?

-Oh si- me senté en la mesa y la chica con quién estaba teniendo la conversación también se sentó pero enfrente de mi, metí un bocado del pan en mi boca -Dirás que soy entrometida, pero alcancé a escuchar el nombre de Chase Stwart cuando estabas en la visita.

-¿Lo conoces o algo así?- pregunté.

-Conocerlo, el es mi razón de estar aquí, por su culpa llevo más de un año en este lugar- Parecía molesta -Por cierto, me llamo Sherley.

-¿Porque estás aquí?- pregunté mientras terminaba de comer, la comida era terrible, y para evitar aquellos sabores comía bastante rápido, masticaba a medias pero si lo suficiente para tragar, cuando tuve mi primera cena aquí casi me ahogo.

-Es algo complicado, se las arregló para que pareciera que fui la culpable de un asesinato en Eugene- dijo ella con un poco de rencor en su voz -¿Y tú?

-Antes de venir aquí, era empleada de un circo o todavía lo soy, trabajé con Chase- tomé un poco de agua de mi vaso.

-Espera un segundo, ¿Tu eres Grace Holcroft?- mencionó casi gritando, abrió sus ojos como platos, se mostraba realmente sorprendida.

-Parece que soy famosa- solté una pequeña sonrisa mientras miraba mi bandeja llena de restos de grasa, subí la vista hacia el rostro de Sherley, tenía unos bonitos ojos verdes -¿Que ha dicho de mi?

-No mucho, solo que esta perdidamente enamorado de ti, pero que eres bastante, ¿Cuál fue la palabra que utilizaba?, A sí, "Ciega", decía que estabas ciega pero que él te abrirá los ojos- no sabía que sentir, era real, pero una parte de mi ya lo sabía, sabía que sus amenazas pasaron a ser promesas, no me sentía muy preocupada, después de todo, al estar encerrada estaba "segura", nadie podía entrar y Chase no era la excepción, ¿O talvez si?, Nunca lo sabré y espero no averiguarlo.

Una alarma interrumpió nuestra conversación, la hora del almuerzo había terminado y debíamos ir al patio, me levanté y me dirigí a dicho lugar a un lado de Sherley, ella era la única reclusa con quien había hablado, era mi única amiga hasta ese momento.

Ya en el patio, que no era muy grande pero que contaba con rejas de barda las cuales permitían ver el exterior desde adentro, me senté junto con Sherley en una banca de concreto me coloqué enfrente de las bardas, una frontera artificial que dividía dos mundos completamente diferentes, veía el exterior, afuera había verde césped y adentro había concreto, concreto gris y frío, giré mi cabeza y alcancé a ver un pajarito, un lindo y bello pajarito que sobrevolaba el patio de la prisión, ¿Acaso esa ave podría notarme como yo lo noto a el?, ¿Acaso el sabía qué clase de lugar estaba sobrevolando?, El pajarito siguió su vuelo hasta que cruzó por encima de la barda, lo perdí de vista detrás de las torres de los guardias, el volaba libremente y yo lo veía.

En mi mente comenzaron a surgir varias incógnitas, sobretodo me preguntaba que pasaría ahora que estoy aquí, si Chase vendría a buscarme o atacaría directamente al circo, como sea son incógnitas que no quiero descifrar

El Gran EspectáculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora