Grace
A pasado ya un día desde que Chase prometió vengarse y no ha pasado nada, pero con un hombre impredecible es casi imposible de saber.
Esa noche me encontraba a las orillas del lago y como de costumbre con una botella en la mano y la tapa en la otra, estaba yo sola, acompañada únicamente por las estrellas y la bebida que calentaba mi garganta.
-Creí que ya te habías ido a dormir- dijo Stephanie mientras llegaba de la distancia.
-No puedo dormir- respondí mientras la invitaba a sentarse junto a mi, yo estaba descalza mis pies los sumergí en el lago y jugueteaba con el agua cristalina del lago -Llevo días sin poder.
-Y también sin comer- mencionó mientras se sentaba junto a mi, de una bolsa de papel que tenía sacó un emparedado de carne y me lo dió.
-Gracias- dije, le dí una pequeña mordida al alimento, estaba delicioso -¿Tu lo hiciste?
-Si- respondió -Lo hice en mi remolque, a decir verdad yo tampoco puedo dormir.
-¿A que se debe?
-Al diario de Chase
-¿Te lo enseñó Stan?- ella negó con la cabeza -Lo robaste
-Stanley no me lo mostraría- le dirigí una mirada de desaprobación, se dice que todos tenemos una historia y Stephanie no es la excepción, se unió al grupo en Memphis, la encontramos robando en una tienda, y prefirió venir con nosotros a quedarse en la prisión femenil de Tennessee -Stanley habla mucho de peligros- encendió un cigarrillo -Pero ni siquiera nos dice cuáles son, mucho menos nos da detalles.
-¿Que te pareció el álbum?- pregunté.
-Perturbador, aun no entiendo cómo McDullter lo pudo contratar- sacaba una bocanada de humo de tabaco -No era un ladrón como yo o una alcohólica como tu- su comentario hizo que me sonrojara, no supe porque pero me sonroje -Es un asesino y nos dimos cuenta tarde, cuando la policía de medio país estaba siguiéndonos.
-¿Que había en tu foto?- Stephanie no hizo palabra, más bien se quedó en silencio desconcertada -¿Tenía fotos de ti?
-Si, estaban con dibujos de color rojo, algo como lo que le hizo a Becky, ¿Viste su página?- asentí con la cabeza -Solo que tenía un collar en el cuello y la frase "Perfecta sirvienta"-
-Por lo menos sabes lo que te quiere hacer- expresé mientras le daba un último sorbo a mi botella -Yo no se lo que hará conmigo y eso me da más miedo
-Eres fuerte, no te hará daño-
-Casi me mata ayer- respondí -Solo se dar golpes de ebrio.
Me levanté para irme, tenía sueño y la verdad ya no quería seguir bebiendo, Stephanie me ayudó a ponerme de pie, caminaba torpemente a causa de mi estado.
-¿Hueles eso?- dijo Stephanie mientras hacía movia su nariz como si fuese un sabueso olfateando
-¿Que cosa?- dije mientras intentaba incorporarme.
-Huele a... podrido- respondió mientras se adentraba en el bosque, me tomó de la mano y fuimos en la busca de aquel objeto tan maloliente.
Cada vez el olor se hacía más fuerte y potente, sentía náuseas, quería vomitar pero me aguanté.
Entre los árboles y hojas se encontraba una manta blanca cubierta de hierbas y empapada de lodo y lo que parecía ser sangre, una zapatilla roja se asomaba levemente por la manta.
Stephanie se puso de cunclillas, mi curiosidad le ganó a mi cordura y la ayude a retirar las hojas de la manta, posteriormente retiramos la manta.
Lo que ví me dejó atónita y asqueada que no mire a detalle, me acerqué a un árbol cercano, me recargué en el y vomité, las náuseas cesaron.
Ya estaba casi totalmente en mis cinco sentidos, me acerqué nuevamente al objeto, era un cuerpo de una mujer a media descomposición, tenía una coloración muy pálida, de la boca abierta le salían cucarachas y moscas, tenía los ojos blancos y múltiples puñaladas en el cuerpo, era una escena de horror, estaba paralizada, ¿Quien era aquel cadáver?
-¿Que hacemos con el?- preguntó Stephanie asqueada y con voz entrecortada.
-Llevemoslo a mi refrigerador, ya se me ocurrirá algo- dije, envolví el cuerpo en la manta, la sujetamos y lo fuimos arrastrando por medio del bosque, no sé cómo pudimos aguantar el asco producido por el olor y aspecto del cadáver pero lo hicimos.
Pasamos más de media hora caminando a través del bosque, por fin llegamos a mi remolque, abrí la puerta y subimos de nueva cuenta por las escaleras que alcanzaban la entrada de mi casa.
Busqué la llave del candado que mantenía cerrado mi refrigerador, la encontré y la introduje en el candado, le di vuelta y con un clic se abrió, quité el candado y abrí la puerta del refrigerador que era de los que se usan para vender hielo.
Colocamos el cuerpo dentro del refrigerador tuvimos el cuidado para que el cuerpo no estorbara y la puerta cerrará bien, lo cual lo hizo, volví a poner el candado para que nadie encontrase el cuerpo, mucho menos Stanley.
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El Gran Espectáculo
Mistério / SuspenseEl circo Henriette ha viajado por todo el país entreteniendo al público y dejando una misteriosa marca de infortunio. Ahora una chica llamada Claire se vuelve miembro del elenco de artistas del circo, pero llega el momento en que aquella racha de ma...