Capítulo XXVI

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Claire.

-Claire alguien quiere verte- dijo Reed entrando en mi remolque, yo extrañada hice lo más normal, me puse mis zapatillas y decidí salir a ver qué pasaba.

En la mesa del comedor, estaba sentada alguien a quien no creía volver a ver en cinco años, era ¿Grace?

-¿Grace?- saludé, mientras me acercaba a ella, estaba bebiendo una cerveza mientras comía un pedazo de carne bastante jugoso, lo decorada cual loba y lo disfrutaba cual humana -¿Qué haces?

-Hola Claire, también es un gusto verte- se presentó irónica, aunque claro ella no había quedado en libertad por manos de la policía, ella más bien había buscado su propia libertad -Pues digamos que se me presentó la oportunidad.

-Claro, claro- respondí -Bueno es un gusto verte también.

Grace terminó su comida y fue allí cuando tomó mi mano y me llevó hacia su remolque, estábamos las dos sola, ella cerró la puerta y se comenzó a desnudar, yo estaba nerviosa, había leída su carta, cada palabra cada oración de aquella declaración la tenía grabada en la cabeza, y me había parecido tan hermosa la corta, fue lo más hermoso que alguien me había escrito en toda su vida, bueno más bien manifestado en toda mi vida, solo me quedé observando, como su uniforme de la prisión caía al suelo dejando ver su fina figura femenina únicamente cubierta por unas bragas y un sostén blanco, volteó a verme y me miró con una gran y hermosa sonrisa -No pienses mal, solo me estoy cambiando de ropa- y así fue, se puso unos jeans y una blusa negra, se cubrió el cuello con una mascada de color vino.

-Grace- dí un pequeño suspiro -Leí tu carta.

-¿Enserio?- se mostró sorprendida -¿Que piensas de ella?

Se acercó y tomó mis manos, se veía feliz y ruborizada, en ese momento el tiempo bien pudo haberse detenido pero no fue así, Daryl llegó al remolque interrumpiendo totalmente aquel momento -Chicas, Stanley las necesita.

Grace y yo nos pusimos de pie bastante desiliucionadas, habíamos prometido hablar de la carta cuando todo haya terminado.

Fuimos al comedor y allí estaba Stanley sobre una mesa, hablándonos, parecía una reunión de comunistas justo antes de empezar una huelga, -Bien, necesitamos voluntarios para ir por Becky, iremos a su búsqueda, hasta el momento iremos, yo, Jean, Reed y Weasley.

-Yo iré, soy la única que sabe dónde está Chase- anunció la compañera de Grace, me parece que su nombre era Clara.

-¿Alguien más?

-Yo voy- gritó Daryl -Puedo serles de utilidad.

-Yo también tengo que ir- dije.

Acto seguido Grace alzó su mano y dijo -Yo también.

-No, Grace, debes quedarte- reclamó Stanley -No sabemos aún a lo que nos enfrentamos, a lo que es capaz.

-Si sé, me enfrento a Chase, a quién está enamorado de mi- respondió fuertemente -El me quiere a mi, bien lo sabes, entonces soy necesaria para esto, no dejaré que vayan ustedes y terminen en una trampa mortal- Stan guardó silencio unos minutos -¿Quieres que no me convierta en Heather?

-Supongo que es peor que te quedes aquí- dijo Stan.

Pasaron un par de horas y nos pusimos en marcha hacia dónde Clara suponía que debía estar Chase, fueron cerca de dos horas de camino, y en ningún momento pude hablar con Grace, jamás aproveché la oportunidad.

-¿Esto es una broma?- comentó Reed -Aqui no hay nada, solo un montón de maíz inútil.

-Juro, que aquí me dijeron que se esconde- manifestó Clara.

-Claro se va a esconder en un maizal, eso te lo creería si estuviésemos buscando un culto de niños pero no lo estamos haciendo- dijo bastante enojado, me bajé de la camioneta y aprecié que el maíz estaba muy alto, demasiado, ocultando algo, a lo lejos estaba un viejo espectacular de metal de General Electrics estaba oxidado y torcido.

Daryl, miró fijamente el maizal, se introdujo en el sin pensar -¿Acaso esperan una invitación formal?.

Decidimos hacer caso y nos adentramos entre los cultivos, estaban muy maduros, y no se nos complicó atravesar el campo de maíz, cuando llegamos al final de los sembradíos encontramos que el espectacular ocultaba algo, algo bastante desconcertante.

Una iglesia abandonada de madera antigua, estaba pintada de blanco en sus mejores días pero ahora la pintura se caía dejando ver el color café original de la madera, tenía un ventanal roto y las puertas estaban cerradas.

Reed se acercó a tratar de abrir la puerta, pero estaba realmente cerrada, desde el interior.

Stanley se dirigió a una pequeña cafetería de carretera que estaba igualmente abandonada, de acero en su mayoría y el letrero Dinner estaba incompleto.

-La puerta está abierta- dijo Stan, no mentía realmente era muy sencillo ingresar en el establecimiento, la electricidad funcionaba, los focos encendían torpemente y los ventiladores giraban por el viento que se colaba por la ventana rota del restaurante, todo estaba lleno de polvo y telarañas.

-¿Cuánto tiempo estará esto así?- preguntó Grace.

Weasley levantó un periódico de una mesa era una copia del New York Times, estaba empolvado, por lo que le sopló para así verlo mejor -Yo diría que desde el 26 de Diciembre de 1991- el titular del periódico anunciaba el fin de la Unión Soviética.

Comenzamos a hacer una búsqueda del lugar, tras pasar unos momentos de búsqueda bastante desafortunados Jean encontró una puerta en el suelo del establecimiento, -Bingo- festejó, levantó la puerta y reveló la ironía del restaurante, en lo que parecía ser el sótano había una pulcritud magnífica, no había ni una marca de polvo y las luces eléctricas funcionaban bastante bien.

Comenzamos a recorrer con cuidado el complejo, apestaba a orines y a sangre podrida, las luces lastimaban nuestros ojos, eran demasiado brillantes, no había nada interesante, salvó una puerta, una gran puerta de hierro, la cual estaba abierta y dentro se escuchaban sollozos, Reed apuntó con la escopeta y Grace abrió la puerta, lo que estaba adentro nos dejó sin aliento.

Era Becky, encadenada a la pared de cuello y muñecas, tenía un bozal en la boca y su cabello estaba totalmente arruinado.

-Santo Dios- gritó Grace dejando caer su linterna al suelo, corrió hacia Becky, quien no dejaba de chillar, no se le entendía ni una sola palabra, pero sabíamos que pedía auxilio,ñ -Ya, espera- Grace comenzó a desatar el bozal y lo dejó caer al suelo y pronto comprendimos porque no podía hablar bien.

Sus labios estaban cocidos con un grueso hilo de cáñamo, los agujeros en su piel aún no terminaban de curar y había sangre corriendo por su mentón.

Pero antes de siquiera pensar en cómo liberarla, sentí un golpe en la cabeza, caí al suelo y sentía como mis ojos se cerraban, lo último que ví fue a Clara gritando por piedad y a Daryl cayendo al suelo.


El Gran EspectáculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora