Capitulo VII

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Grace.

Estos últimos días fueron realmente tensos, el circo no fue muy concurrido, y ahora con el constante pánico de que Stwart podría aparecer de la nada y matarnos a todos o hacer sus locuras se volvió un ambiente muy malo, se podía cortar la tensión con un cuchillo, peleas, gritos, errores en los ensayos, no lo podía soportar más y ahora se suma la inquietante y recurrente presencia de un detective de la policía que aparentemente su trabajo consiste en desordenar, fumar, y decir frases vacías y obvias.

Todo estaba patas arriba, Roxy cumplía tres semanas aquí y por mi parte he vuelto a caer en las frías y deliciosas garras de aquellas viejas botellas de alcohol, debo admitir que antes era una borracha eventual, pero ahora todo ha cambiado, Becky y Brandon pelean cada vez más ¿Cuando Becky dejara a aquél hombre?, Daryl se ha vuelto más callado y Reed más misterioso, Nathan hace cosas en solitario y lo único que parece normal es su relación con Becky, Jean no ha cambiado mucho, Weasley ya no fuma mucho pero ahora parece que ha perdido toda intensión de vivir, paso de un "Yo lo hago y con gusto" a un "Ya que...", pero el que sin dudas ha cambiado mucho es Stanley, se ha vuelto paranoico, obstinado, y obsesionado con que si va a dormir o a bañarse Chase estará allí para asesinarnos, vaya obsesionado, estoy segura que cuando Chase nos venga a cazar, no nos daremos cuenta hasta que estemos en su costal o en donde el guardé a sus víctimas.

Era de noche, las 2 de la mañana y seguía viendo programas de televisión de comedia, aunque no les veía la gracia, era mi cuarta cerveza, y aún quería más, un solo pensamiento rondaba mi cabeza "El circo se irá al carajo", extrañaba los días en los que éramos un equipo, éramos magníficos, éramos grandes, pero todo cambió cuando decidimos en parte preocuparnos en cuidarnos de peligros que nosotros creamos y descuidamos el disfrutar el presente, "deberías agradecer que estás aquí, libre y no con el, o perdida en el bosque o en el desierto de Utah" es el lema de Stan, -Al carajo, de que sirve ser libre si vives con miedo- grité mientras tiraba al suelo la botella.

Me levanté y fui hacia el refrigerador -Nos despertamos preguntando si sobreviviremos para la hora de dormir, y nos dormimos preguntando si sobreviviremos para despertar- susurré mientras con torpeza abría el refrigerador y tomaba otra cerveza, solo me queda una.

Giré mi cuerpo hacia el sillón y me encontré con algo que me dejó helada totalmente, era un hombre de la estatura de Stanley, con una chaqueta de color gris oscuro, una camiseta del recuerdo de Chayanne, miré su rostro tenía dientes amarillentos y ojos penetrantes detrás de unas gafas de sol bastante intumidante -Ch... Chas...- retrocedí hacia la mesa, coloqué mis manos en dicho mueble, dejé caer la cerveza al suelo, los pedazos de vidrio y cerveza recorrían la alfombra del lugar.

-Hola Grace, ¿Me extrañaste?- abrió la boca, dejando ver aún más sus amarillentos dientes, su aliento era terrible.

-¿Que haces aquí?- pregunté con miedo, moví mis manos en busca de algo con que defenderme, encontré un cuchillo de cocina y lo tomé del mango.

-Solo paseaba por el vecindario y encontré esta carpa y dije ¿Por que no visitar a aquella mujer que me destrozó la vida?- a medida que continuaba hablando su odio salía de su boca, y cada vez sentía más temor hacia aquel hombre.

-¿Que es lo que quieres?- pregunté, tenía el cuchillo detrás de mi espalda.

-Solo quiero vengarme- dijo, el podía ver que en mis ojos reflejaba una completa negación, ¿Vengarse?, de que lo hará -Creo que ya te olvidaste de esto- abrió su camisa dejó ver el hombro y justo encima del pecho tenía aquella cicatriz, una rasgadura en su piel provocada por un asador.

-Yo no tengo la culpa de eso- dije mientras comenzaba a caminar, di la vuelta y cuide que no le dejara espacio para que no viera el arma que tenía en mi espalda.

-Claro que si, pero no te culpo- comenzó a caminar por la habitación, se detenía en las mesas, en la televisión y en todos los muebles -Despues de todo, somos tal para cual- Se acercaba a mi, lentamente paso a paso.

No pude decir nada, estaba mida y lo único que se me ocurrió fue el intentar clavarle el cuchillo, lo levanté y con furia intenté clavarlo, pero el fue más rápido, detuvo mi muñeca, la puso contra la pared y me sujetó del cuello, de un golpe me quitó el cuchillo y me susurró al oído -Tienes​ que aprender a ser más rápida belleza- colocó su mano sobre mis labios -No intentes gritar- de inmediato mis instintos me guiaron a morder su mano, Chase soltó un grito de dolor.

De pronto dejó de gritar para reírse y me dijo -Vaya que eres audaz, pero lo compensas con idiotez, no te voy a asesinar, sería una lástima- me sujetó nuevamente del cuello, comenzó a acariciar mi rostro -Tanta belleza desperdiciada, y sería demasiado fácil- abrió la puerta y antes de irse me comentó​ -Mi venganza será muy diferente ya lo verás...

El Gran EspectáculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora