Capítulo XV

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Era ya cerca de la medianoche cuando Tom ya estaba instalado en el mismo remolque donde estaba West, Tom no había puesto tanta resistencia, el ya había provado de lo que Grace es capaz de hacer aunque la rubia asegura que lo hizo bajo presión y que nunca seria capaz de matar a un hombre, talvez ella tenga razón no tiene ojos de asesina pero las manos... sus manos están completamente dispuestas a llenarse de sangre.

Me encontraba en el remolque mientras Becky interrogaba a los invitados, estaba hablándole a Tom y haciendo preguntas sobre su relación con Chase y sobre aquel personaje, preguntas ya redundantes y que seguramente ya deberían estar acostumbradas a hacerlas, Grace en ese momento era caso aparte, estaba sentada en un rincón cerca de la puerta del remolque dándole la espalda a Becky y aquellos invitados, me acerqué a ella con el fin de saber que es lo que le pasaba, tenia claro que tenia ciertos problemas con la bebida pero ahora no tenia motivo para embriagarse o a menos eso pensaba yo.

-Grace, ¿Estas bien?- le pregunté mientras le tocaba el hombro justo antes de sentarme con ella -Crei que habias dejado la bebida.

-Yo también había creido eso, me hice una promesa que no tenia podía cumplir-dijo mientras le daba un pequeño sorbo directo de la botella de aquel viejo tequila -Nunca tomé en cuenta lo que pasó hoy.

-Debo admitir que fue algo fuerte.

-¿Algo fuerte? ¡Casi mató a un hombre! Doy gracias al cielo de no haber cargado el arma- de sus ojos comenzaban a brotar lágrimas y su tono de voz comenzaba a subir -Estuve a nada de convertirme en una asesina, si el arma hubiese estado con balas en el cargador le hubiese volado los sesos- bajo la botella calmadamente al suelo, se seco las lágrimas y dijo más calmada -Talvez creas que me lamento de más, talvez parezca una niñita llorona que desahoga sus penas en una botella de alcohol, después de todo llevo casi la mitad de mi vida haciendo esto, diez malditos años de mi vida tengo 26.

-De hecho- le dije -Te comprendo, tienes un gran espíritu, pero necesitas ser fuerte.

-Gracias Claire, pero es que no quiero ir a prisión, si de por sí lo que hacemos aquí no es muy legal que digamos, y mucho menos quiero que nos arresten a las tres por mi culpa- Fue entonces cuando encendió un cigarrillo y comenzó a fumarlo

-No te preocupes, estoy segura que todo esto acabará de prisa- dije -Solo hay que tener cuidado.

El tiempo pasó y Tom no dejaba de llorar, no pudimos obtener información alguna, todo iba mal pero lograbamos avanzar un poco, un pasito a la vez conseguiamos la información necesaria.

Revisé el reloj de la pared del remolque y cuando me di cuenta ya eran cerca de las tres de la mañana, fue entonces cuando ocurrió algo que desconcertó bastante, en el exterior alguien estaba pisando ramas y hojas secas, lo supe por el ruido.

-¿Escuchaste eso?- dijo Becky.

-Parece que tenemos compañía- tomé el revolver y una linterna para tratar de descubrir quien era aquel que espiaba.

Salí con la linterna encendida, apuntando su rayo de luz hacia dónde había escuchado aquel ruido, la noche lo estaba ayudando a ocultarse, efectivamente había pisado aquellas ramas y había huido cuando salí por la puerta del remolque.

Aquella persona era bastante torpe seguía pisando ramas, hojas y el lodo pero era lo suficientemente veloz para escapar de la luz de la linterna.

Se escuchó un fuerte golpe unos metros dentro del bosque, apunté la linterna hacia una zona peculiar, una piedra grande con musgo, césped y un tronco cortado decoraban ese lugar de donde el ruido fue originado.

Me acerqué y observé algo un tanto familiar, una chaqueta razgada color verde estaba atorada en una rama del tronco, me aseguré que no hubiese nadie cerca.

Tomé la chaqueta y me dirigí a paso rápido hacia el interior del remolque, cuando entre a dicho lugar, le arrojé la chaqueta a Grace y le dije -Encontré esto, me parece familiar.

-Se parece a la chaqueta de aquel vagabundo, aquel que estuvo mientras subimos a Tom al auto- respondió.

-¿Crees que nos siguió hasta el circo?

-No lo creo, lo hizo- afirmó Grace

-Eso no es bueno- dijo Becky -Si el pudo seguirnos entonces Chase también puede hacerlo.

Moví un poco la chamarra y fue entonces cuando cayó una tarjeta de identificación, la levanté y leí el nombre del dueño de la chaqueta, todo estaba claro, era del vagabundo, su fotografía lo revelaba, su nombre era Frank Mitter.

-Sea como sea, es posible que aún este aquí- dije mientras observaba el cargador del arma, tenía cuatro de las seis balas que le caben al revolver -¿Tienen más balas?-

-El policía tiene- Becky me arrojó su munición y de inmediato las introduje en el barril de acero, una por una hasta completar las seis balas.

-Debemos estar alerta, ¿Cuanto falta para que alguien se despierte?- pregunté mientras me sentaba en una caja de madera.

-Wesley se despierta a las seis de la mañana- respondió Grace -¿Debemos esperar hasta el amanecer?

-Por lo menos quién nos visitó hoy no tendrá oportunidad de atacarnos con la guardia baja- dije -Ademas son solos un par de horas, nada que un buen café ayude.

Apagamos las luces y comenzamos a contar las horas para que amaneciera minuto tras minuto intentaba permanecer alerta, Grace y Becky se habían ido a dormir hace ya varias horas, para mí sorpresa la rubia ya había despertado.

Faltaba poco para desayunar, lo que pasó durante ese momento nos sorprendió.

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