flaws | h.s

seis

Y allí nos encontrábamos, en el medio de la cocina, observándonos mientras nuestras respiraciones estaban irregulares. Edward tenía los ojos llorosos y yo seguía sin creer que él estuviera en ese estado tan... frágil.

Normalmente, él sólo intentaría arreglarlo, sin lágrimas de por medio, como lo ha hecho estos años. Pero al parecer, hoy he tocado una fibra sensible, la cual no sabía que existía. Es decir, sabía que tenía sentimientos pero Edward siempre ha sido tan reservado cuando de ello se trata, que ver esta faceta de él, me sorprende.

Él sacó un pañuelo de su saco y comenzó a remover las pocas lágrimas que habían caído por sus mejillas. Miró la tela de color vino en su mano y entrecerró los ojos. Lo guardó de donde lo había sacado y dirigió su vista hacia mi, como si nada hubiese sucedido unos minutos atrás.

"Acepta el regalo, por favor." pidió y volvió a extender la caja que contenía una pulsera de diamantes. Enarqué una ceja. "Perdóname, Venus, por todo." 

¿Por todo? En lo que cabe siempre le he reclamado sobre algo en específico: el trabajo. Nunca ha sido más que ello. Entonces, ¿Qué significa exactamente todo?

"Sé que no he sido el esposo perfecto y que mereces más tiempo de mi parte, pero estos momentos... no puedo, Vee. Soy jefe de una empresa que cada día va creciendo, no puedo dejar ese peso sobre un trabajador y dejar que todo se vaya a la basura por–"

"¿Por mi?" lo interrumpí.

"Por no hacer lo que me corresponde. " terminó de completar. "Tengo responsabilidades, unas que luego ni me dejan conciliar el sueño y que también requieren de mi tiempo. Vee, yo realmente necesito entiendas eso."

"¿Qué puede ser tan importante para que no concilies el sueño?" Pregunté. Observé como su cuerpo se tensaba y esa acción me dejó deseosa de saber que era lo que no dejaba dormir a Edward.

Él carraspeó. "Papeles, contratos. Ya sabes, lo usual." Rascó su nuca, algo que nunca hace, más cuando está nervioso, lo que quiere decir, que no está siendo del todo honesto.

"Lo usual, ¿huh?" Dije incrédula y él asintió en respuesta. No sé que me dolió más, si el hecho de que quiso disculparse con una pulsera o la manera tan descarada en la que trató de mentirme. Suspiré y negué con la cabeza. "Voy a tomar un baño." Le avisé, no queriendo continuar con esta conversación. "Y espero que esta vez no lo interrumpas."

Una hora después de haber tomado mi baño, me dirigí a la cocina y me preparé unas tostadas francesas. Las coloqué en un plato y me senté en un taburete; le dí la primera mordida y tomé mi celular que se encontraba a un lado, donde lo había dejado antes de que tuviera la discusión con Ed. Di otro bocado, comenzando a revisar mi buzón de mensajes, donde había uno de Harry. Una sonrisa se plantó en mis labios cuando lo abrí, preguntando si había llegado bien.

"Sana y salva."

Su respuesta no tardó en llegar.

"¿Te veré mañana en el evento?"

Una corriente inexplicable recorrió todo mi cuerpo al leer ese mensaje.

"Si, Señor Styles."

"Solo intenta no esconderte."

Reí, recordando la noche que nos conocimos en el jardín de su hotel mientras yo intentaba esconderme del todo el mundo.

"No prometo nada."